Los niños pueden despertarse o no dormir bien durante la noche por distintos motivos. Las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo y hablar dormido, por ejemplo, son problemas de sueño comunes entre los niños. A continuación, se incluyen algunos consejos para tenerlos en cuenta cuando sucedan.
Pesadillas en niños
Las pesadillas son sueños atemorizantes que suelen ocurrir en la segunda mitad de la noche cuando los sueños son más intensos. Los niños pueden empezar a tener pesadillas a partir de los 6 meses de edad. Suelen alcanzar su punto máximo entre los 3 y los 12 años. Los niños pueden despertarse llorando o con miedo y pueden tener problemas para volver a dormirse. Si su hijo tiene una pesadilla, la mejor respuesta es reconfortarlo.
Lo que usted puede hacer
Vaya con su hijo lo más rápido posible
Asegúrele que usted está ahí y no dejará que nada le suceda
Anímelo a que le cuente lo que sucedía en el sueño. Recuérdele que los sueños no son reales
Permítale dejar una luz prendida si hace que se sienta mejor
Una vez que su hijo esté listo, anímelo a volver a dormirse
Vea si hay algo que esté asustando a su hijo, como sombras. Si lo hay, asegúrese de quitarlo
Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos ocurren con más frecuencia en infantes y preescolares. Ocurren durante las etapas de sueño más profundo. El sueño más profundo generalmente se da al comienzo de la noche, usualmente antes de la hora de dormir de los padres.
Durante un terror nocturno, es posible que su hijo:
Llore descontroladamente
Transpire, tiemble o respire rápidamente
Tenga una mirada aterrorizada, confundida o vidriosa
Se mueva agitadamente, grite, patee o mire fijamente
No lo reconozca o no se dé cuenta de que usted está allí
Intente empujarlo, especialmente si intenta abrazarlo
Si bien los terrores nocturnos pueden durar tanto como 45 minutos, la mayoría son mucho más cortos. La mayoría de los niños vuelven a dormirse después de un terror nocturno porque en realidad no se despertaron. A diferencia de una pesadilla, el niño no recordará el terror nocturno.
Lo que usted puede hacer
Mantenga la calma. Los niños no son conscientes de haber tenido un terror nocturno porque están dormidos, por lo que no afecta a los niños, solo a los padres.
Asegúrese de que su hijo no pueda hacerse daño. Si intenta salir de la cama, impídaselo con suavidad.
Recuerde que, después de un breve período, es probable que su hijo se relaje y vuelva a dormir tranquilamente. Si su hijo tiene terrores nocturnos, asegúrese de decirles a las niñeras lo que son y qué hacer. Si los terrores nocturnos continúan, hable con el médico de su hijo.
Sonambulismo y hablar dormido
Como los terrores nocturnos, el sonambulismo y hablar dormido suceden cuando los niños están profundamente dormidos. Mientras sufre un episodio de sonambulismo, los niños pueden tener la mirada perdida. Es posible que no respondan a los demás y puede ser muy difícil despertarlos. La mayoría de los sonámbulos vuelven a la cama solos y no recuerdan haberse levantado. El sonambulismo tiende a ser hereditario. También puede ocurrir varias veces en una noche en niños más grandes y adolescentes.
Lo que usted puede hacer
Asegúrese de que los niños no se hagan daño durante el episodio de sonambulismo. Quite de la habitación cosas con las que los niños puedan tropezarse o caerse.
Trabe las puertas exteriores para que los niños no puedan salir de la casa.
Bloquee las escaleras para que no puedan subir ni bajar.
No intente despertar a los niños mientras estén sufriendo un episodio de sonambulismo o estén hablando dormidos. Llévelos con cuidado a la cama y probablemente se calmarán solos.
Recuerde
Si tiene alguna pregunta o inquietud sobre los hábitos de sueño de su hijo, no dude en hablar con su pediatra.
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