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Edades y Etapas

Evaluaciones auditivas para los recién nacidos: qué recomienda la AAP

Por Julia L.Hecht, MD FAAP

Aprender a comunicarse a través del lenguaje es una parte crítica del desarrollo de su hijo. Debido a que la audición generalmente desempeña un papel fundamental es importante realizarle pruebas de audición a su hijo en hitos clave desde su nacimiento.

La mayoría de los recién nacidos escuchan bien, pero se estima que en los Estados Unidos cada año nacen alrededor de 6,000 niños con una audición que está fuera del rango típico. La evaluación auditiva temprana es un paso crucial para identificar a los niños que necesitan intervención temprana y apoyo para adquirir habilidades lingüísticas que les ayudarán a aprender.

La American Academy of Pediatrics (AAP) respalda las evaluaciones auditivas para recién nacidos requeridas en los 50 estados. Debido a que la audición de un niño puede cambiar con el tiempo, también recomendamos (en inglés) valuaciones auditivas anuales para niños de 4 a 6 años, seguidas de evaluaciones adicionales a los 8 y 10 años. Los niños y adolescentes deben recibir por lo menos 3 evaluaciones auditivas para detectar cambios que podrían afectar el lenguaje, el desarrollo académico y el bienestar social.

A continuación le mostramos lo que los padres y cuidadores deben saber sobre las evaluaciones auditivas, las pruebas de audición y los pasos necesarios para apoyar el desarrollo del lenguaje.

¿En qué momento se hace la evaluación auditiva en un recién nacido?

La primera evaluación auditiva de su bebé se realizará entre el 1º y el 2º día de nacido. Si da a luz en un hospital, la evaluación auditiva se realizará antes de que se vayan a casa. Si da a luz en casa o en un centro de parto o si sale del hospital en 24 horas, el doctor de su bebé la ayudará a coordinar las evaluaciones auditivas.

¿Cómo beneficiará la evaluación auditiva a mi hijo?

Es esencial tener información clara y precisa sobre la audición de su hijo, ya que algunos niveles de audición sin intervención pueden provocar:

  • Dificultad para entender a otras personas

  • Retraso en el habla y en las habilidades lingüísticas

  • Dificultades de aprendizaje en la escuela

  • Sentimientos negativos sobre ellos mismos

  • Problemas para hacer amigos y relacionarse con otros

  • Desafíos con las relaciones familiares

Puedo decir que mi bebé me escucha. ¿Las pruebas son realmente necesarias?

Quizás se pregunte acerca de la necesidad de realizar una evaluación formal, ya que su bebé puede asustarse, parpadear o girar la cabeza en respuesta a diferentes sonidos. Muchos recién nacidos reaccionan de esta manera, pero aún tienen problemas para oír lo suficientemente bien como para aprender el lenguaje oral. Su hijo aprende a hablar escuchando y procesando lo que escucha, es por eso que los problemas auditivos que no se detectan pueden afectar el aprendizaje temprano y el desarrollo del lenguaje que sienta las bases para el éxito en la escuela y en la vida.

¿Cómo funcionan las pruebas de audición para recién nacidos y niños?

La evaluación auditiva de los recién nacidos es indolora y toma al rededor de 5 a 10 minutos para completarse. La evaluación puede hacerse mientras su bebé duerme o está acostado y quieto.

Estos son los dos métodos comúnmente usados para evaluar a los recién nacidos:

  • La evaluación de respuesta auditiva automática del tronco encefálico (AABR) mide la respuesta del nervio auditivo y del cerebro al sonido. Se utilizan auriculares blandos que reproducen clics o tonos en los oídos del bebé, mientras que los sensores colocados en la cabeza del bebé miden las respuestas. Esta prueba auditiva se realiza en recién nacidos y bebés hasta los 6 meses y se deben realizar mientras el bebé está dormido.

Otoacoustic Emissions

  • Las emisiones otoacústicas (OAE) miden las ondas sonoras producidas en el oído interno del niño. Se coloca una sonda pequeña apenas dentro del canal auditivo, a fin de medir la respuesta del oído (eco) cuando se reproducen clics o tonos en el oído del niño. Esta prueba se puede realizar tanto en recién nacidos como en niños más grandes. Los niños pueden estar despiertos pero deben permanecer quietos y en silencio.

Audiometría de tonos puros para niños en edad escolar y niños mayores

Los niños pueden someterse a una evaluación de audiometría de tonos puros (PTA) a partir de los 4 años. Para esta evaluación se le pide a los niños que levanten su mano izquierda o derecha cuando escuchen un sonido en ese lado del cuerpo. Utilizando auriculares en un espacio silencioso, el evaluador prueba cada oído en diferentes frecuencias, ya que los cambios auditivos pueden afectar solo a un oído.

Si se detectan anomalías en la audición de un niño después de una evaluación de PTA, se realizarán pruebas adicionales para ayudar a confirmar cualquier cambio. Se puede evaluar con otros métodos a los niños que tengan dificultad para quedarse quietos o levantar las manos.

¿Qué pasa si la prueba de audición de mi recién nacido genera inquietudes?

Si la prueba de audición de su bebé queda fuera del rango típico, es posible que le recomienden repetir la prueba. Si la repetición de la prueba muestra anomalías, se deben realizar pruebas de seguimiento con un profesional de la audición lo antes posible, a más tardar a los 3 meses de edad.

Si mi bebé es sordo o hipoacúsico, ¿qué pasará después?

El primer paso es asegurarse de que las diferencias auditivas no causen que su hijo sea menos sano o pleno que los demás. Con intervención y apoyo oportunos en el hogar y en la escuela, su hijo puede seguir un camino saludable de aprendizaje y desarrollo.

Los estudios (en inglés) muestran que los bebés sordos o hipoacúsicos tienen mayores posibilidades de desarrollar el lenguaje cuando las intervenciones comienzan a los 6 meses de edad. Cuanto más lenguaje absorba su hijo en casa, en la guardería o en la comunidad, tendrá más facilidad para desarrollar sus propias habilidades lingüísticas.

Su hijo experimentará mejoras gracias a un equipo que reúne a su pediatra con un audiólogo y un otorrinolaringólogo pediátrico (un especialista que se enfoca en el funcionamiento interno del oído). Al trabajar juntos, estos profesionales medirán las habilidades auditivas de su hijo y recomendarán intervenciones, terapias y recursos.

Debido a que algunos niños con discapacidades auditivas pueden tener problemas de visión, su pediatra también recomendará una visita a un oftalmólogo pediátrico (oculista). Algunos niños también consultan a un genetista para determinar si existe una causa hereditaria por los cambios en la audición.

Si la audición de mi recién nacido está bien, ¿será necesario realizarle evaluaciones de audición más adelante?

Todos los niños necesitan pruebas de audición de rutina, ya que la audición puede cambiar significativamente a medida que los niños crecen. Las causas comunes de los cambios auditivos en la infancia incluyen:

Los recién nacidos que pasan largos periodos en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) también podrían enfrentar mayores riesgos de sufrir cambios auditivos en el futuro.

La AAP recomienda que todos los niños se realicen pruebas de audición a los 4, 5, 6, 8 y 10 años, con evaluaciones adicionales entre los 11 y los 14 años, los 15 a 17 años y los 18 a 21 años. Estas evaluaciones pueden diagnosticar cambios auditivos en la etapa más temprana posible, cuando las intervenciones pueden tener el mayor impacto positivo.

Es posible que su pediatra recomiende un programa de evaluación diferente si hay cambios en la audición en su familia o si existen causas ambientales que pudieran afectar la audición de su hijo.

Tenga en cuenta que los cambios en la audición pueden ser muy graduales, lo que dificulta notarlos al principio. La evaluación constante ayuda a garantizar que los problemas no se pasen por alto para que su hijo reciba la atención y el apoyo necesarios para progresar.

Audición en casa: señales a las que debe prestar atención en su hijo

Los padres, cuidadores u otros miembros de la familia suelen ser los primeros en notar los cambios en la audición del niño. Incluso si la evaluación auditiva de su hijo no detecta ninguna anomalía, hable con su pediatra si nota que su hijo:

  • No se asusta con sonidos fuertes

  • No gira hacia el origen de los sonidos

  • Es lento para empezar a hablar o es difícil entenderle

  • No puede decir palabras sueltas como "papá" o "mamá" entre los 12 y los 15 meses

  • Tarda en lograr sentarse o caminar sin sostenerse

  • Tiene dificultad para mantener la cabeza erguida

  • No nota su presencia hasta que la ve

  • Se concentra en ruidos con vibración más que en otros sonidos

  • No muestra entusiasmo ni interés cuando le lee

  • No siempre responde cuando lo llama, en especial desde otra habitación

  • Parece escuchar algunos sonidos pero otros no

  • Quiere que el volumen de la música o de la televisión esté más alto que otros miembros de la familia

Por qué son importantes las palabras cuando hablamos de la audición de un niño

Como todo el mundo, las personas sordas o hipoacúsicas son diversas y tienen derecho a definir sus propias identidades. A menudo, los términos "discapacidad auditiva" y "pérdida de la audición" no se prefieren en la comunidad sorda. Debido a que algunas personas que son sordas también experimentan otras condiciones de salud, el término DHH+ o DHH Plus podría usarse para reflejar sus experiencias. A medida que su hijo se convierta en un adulto joven y desarrolle su propia identidad, puede preguntarle cómo le gustaría identificarse. Obtenga más información sobre el lenguaje y las prácticas afirmativas de la Asociación Nacional de Sordos (National Association of the Deaf, NAD).

Más información

Acerca de la Dra. Hecht

Julia L. Hecht, MD FAAP, es la coautora del informe clínico, "Evaluación auditiva en bebés, niños y adolescentes: recomendaciones más allá de la evaluación neonatal." Es miembro del Consejo de Niños con Discapacidades y de la Sección de Pediatría del Desarrollo y del Comportamiento de la AAP.

Última actualización
10/13/2023
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright @ 2023)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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