Algunos niños y adolescentes pueden enfermarse gravemente a causa de las infecciones por COVID. Esto puede incluir niños y adolescentes con discapacidades del desarrollo. Hay varias razones por las que pueden estar en mayor riesgo.
Por ejemplo, los niños con discapacidades del desarrollo pueden tener condiciones de salud concomitantes que resulten en más complicaciones médicas y dificulten la lucha contra el COVID. Es posible que pasen más tiempo en lugares donde están expuestos a personas que brindan la enseñanza y las terapias necesarias, por lo que puede ser más difícil prevenir la propagación de la COVID. Si les lleva más tiempo aprender a usar mascarillas y seguir otras precauciones, los niños con discapacidades del desarrollo correrán un mayor riesgo de exposición al COVID.
Si su niño o adolescente tiene una condición de salud que los pone en mayor riesgo, es posible que también necesiten dosis adicionales de vacunas.
¿Deberían los niños con discapacidades del desarrollo o intelectuales recibir la vacuna contra el COVID para su edad en meses y años, o su edad de desarrollo?
Su hijo debe recibir la dosis de vacuna recomendada para su edad en el momento de recibir la vacuna. La dosis de la vacuna se basa en la edad de una persona en meses o años.
En los ensayos de la vacuna contra el COVID, las dosis se basaron en la edad de una persona en meses o años. Los niños y adolescentes con discapacidades del desarrollo o intelectuales y los niños que nacieron prematuramente participaron en los ensayos de vacunas. Siga leyendo para obtener más respuestas.
¿Cómo funciona la vacuna contra el COVID?
La edad del sistema inmunitario de una persona es lo que importa cuando se trata del tamaño de la dosis de una vacuna. Al igual que otras vacunas que recibe su hijo, la vacuna contra el COVID le enseña al cuerpo cómo detener los gérmenes antes de que puedan enfermar a su hijo. Solo una dosis muy pequeña es todo lo que necesita el cuerpo para recordar cómo detener los gérmenes en el futuro. Las células del sistema inmunitario van al lugar donde se administra la vacuna, en lugar de que la vacuna tenga que desplazarse por todo el cuerpo. Las células inmunitarias estudian la información de la vacuna para saber qué hacer para deshacerse del virus.
La mayoría de los medicamentos funcionan de manera diferente a las vacunas. Los antibióticos, por ejemplo, ayudan al cuerpo a deshacerse de los gérmenes cuando su hijo está enfermo. Por ejemplo, la dosis de antibióticos se basa en el peso de una persona. Su cuerpo necesita la cantidad correcta de medicamento para que pueda llegar a todos los lugares de infección y eliminar los gérmenes.
Si mi hijo con discapacidades del desarrollo usa una mascarilla, ¿aún necesita una vacuna contra el COVID?
¡Sí! Junto con la vacunación y las dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID, el uso de mascarillas y otras medidas de seguridad como el distanciamiento físico, los testeos y el lavado de manos son clave para reducir la infección y propagación de COVID.
Las vacunas son seguras y son la mejor medida de salud pública para proteger a las personas del COVID-19, retrasar la transmisión y reducir la probabilidad de que surjan nuevas variantes.
Los niños y adolescentes deben vacunarse incluso si tienen alergias a alimentos, mascotas, insectos, veneno, polen, polvo, látex o medicamentos orales. La vacuna NO contiene huevos, conservantes, látex ni metales. Sin embargo, si su niño o adolescente tiene antecedentes de una reacción alérgica a un ingrediente de la vacuna (por ejemplo, polietilenglicol o polisorbato), no debe recibir las vacunas Pfizer-BioNTech o Moderna.
El tiempo y la investigación determinarán si se necesitan inyecciones adicionales. Por ahora, sabemos que las vacunas contra el COVID protegen a los niños de enfermedades graves y hospitalizaciones. Estar vacunado y con dosis de refuerzo es especialmente importante para proteger a todos ahora que las cepas más contagiosas se están propagando rápidamente e infectando a más niños.
Más información