Por Stephanie Johannes, MD, MA, y Perry Sheffield, MD, FAAP
Las actividades humanas que conducen al cambio climático también afectan nuestra salud. Estos riesgos para la salud son mayores para las personas embarazadas y los bebés. El cambio climático afecta a los niños incluso antes de que nazcan.
Respirar aire contaminado enferma a las personas y acorta la esperanza de vida. La quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) contamina el aire y aumenta la temperatura. El calor empeora la contaminación del aire.
Hay maneras en que las mujeres embarazadas pueden evitar estos problemas para ellas y sus bebés. Siga leyendo para obtener más información.
¿Cómo conducen el calor extremo y la contaminación del aire al cambio climático?
La contaminación del aire proviene de la quema de combustibles fósiles del tráfico, la industria, la agricultura y los
incendios forestales. Cuando se queman petróleo y gas, se liberan gases al aire llamados gases de efecto invernadero. Los gases se combinan con los gases de efecto invernadero que se producen naturalmente en la tierra y forman una gruesa capa alrededor de la tierra. Esta manta se ha vuelto más gruesa y ha provocado que la temperatura de la tierra aumente durante el último siglo.
La última década fue la más calurosa registrada. La próxima década será aún más calurosa a menos que reduzcamos el uso de combustibles fósiles. Algunas regiones tendrán un mes entero más con días de calor extremo.
Algunos riesgos directos para la salud de las embarazadas, los recién nacidos y los bebés por el calor y la contaminación del aire son:
Nacimiento prematuro, que es la principal causa de enfermedad y muerte del recién nacido.
Bajo peso al nacer, que es un factor de riesgo para problemas de salud después del nacimiento.
Peor salud para las embarazadas durante e inmediatamente después del embarazo, como un mayor riesgo de hipertensión (presión arterial alta) y preeclampsia.
Mayor riesgo de mortinatos y síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) debido a temperaturas más altas.
Asma en la niñez por exposición prenatal a la contaminación del aire.
Mayor riesgo de condiciones como el
trastorno del espectro autista debido a la exposición al aire contaminado durante el embarazo.
El cambio climático afecta a unas comunidades más que a otras
Las personas de diversos orígenes raciales y étnicos respiran más aire sucio de la quema de combustibles fósiles, sin importar su nivel de ingresos. De hecho, respiran un 20 % más de esta contaminación que los blancos. Debido a las históricas políticas racistas y la discriminación continua, es más probable que las comunidades donde residen personas de diversos orígenes raciales y étnicos y de bajos ingresos sean más calurosas, lo que expone a los residentes a temperaturas más altas que ponen en riesgo la salud. Durante y después del embarazo, las personas negras y sus bebés tienen un mayor riesgo de resultados perinatales deficientes. Una razón principal es su mayor exposición al calor extremo y la contaminación del aire.
¿Cómo puedo protegerme a mí y a mi bebé durante el embarazo y después del nacimiento?
Verifique el índice de calidad del aire (AQI, por sus siglas en inglés) en su área. El AQI proporciona detalles sobre la calidad del aire y las medidas que puede tomar para proteger su salud. Los ejemplos pueden incluir: limitar la actividad al aire libre, usar aire acondicionado o tener inhaladores para el asma listos.
Conozca los riesgos de la exposición al calor en el
lugar de trabajo (en inglés) y aprenda cómo evitar la exposición al calor extremo y la contaminación del aire durante el embarazo
Mantenga a los bebés frescos e hidratados
Nunca deje a sus hijos solos en un
vehículo
Elija refrigerar o calentar su hogar con electricidad (estufa eléctrica, bomba de calor). Seleccione compañías eléctricas que utilicen energía no contaminante, si es posible y está disponible en su área.
Elija filtros de mayor calidad para el sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado de su hogar. Busque un filtro con una calificación de valor de informe de eficiencia mínima (MERV, por sus siglas en inglés) de 13 o superior para atrapar partículas más pequeñas en el aire
Manténgase actualizado sobre la guía de mascarillas cuando el aire esté muy contaminado
Considere vehículos de cero emisiones y utilice el transporte público o camine y ande en bicicleta cuando sea seguro
Recuerde
No es demasiado tarde. Reducir el uso de combustibles fósiles proporcionará beneficios para la salud de inmediato. Es la mejor manera de frenar el cambio climático y mejorar la calidad de nuestro aire.
Hable con su pediatra sobre cómo proteger a su familia del calor y la contaminación. Al cambiar a fuentes de energía no contaminantes, evitamos un mayor calentamiento y daños por el cambio climático. Reducir los combustibles fósiles es bueno para nuestra salud. Reducir la contaminación hoy reduce el cambio climático mañana.
Más información
Acerca de la Dra. Johannes
Stephanie Johannes, MD, MA, es pediatra y miembro de inmunología de alergias de primer año en Denver. Completó su residencia en la Universidad de Duke en Durham, NC, y tiene experiencia en investigación de tolerancia inmunológica antes de convertirse en médica. Es defensora del clima de la American Academy of Pediatrics y fundadora de Carolina Advocates for Climate, Health and Equity, porque quiere que todas las personas tengan acceso a un entorno saludable.
|
Acerca de la Dra. Sheffield
Perry Sheffield, M.D., M.P.H., FAAP, es profesora asociada de pediatría en la Escuela de Medicina Icahn en la ciudad de Nueva York. Tiene experiencia en ciencias ambientales y es defensora del clima de la American Academy of Pediatrics.
|
Este documento fue respaldado en parte a través del acuerdo de cooperación OT18-1802 otorgado a la American Academy of Pediatrics y financiado por el Centro Nacional de Salud Ambiental de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades. El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de los autores y no necesariamente representa los puntos de vista oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades o el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU.