El hogar más seguro para un niño es un hogar sin armas de fuego. Sin embargo, si hay un arma de fuego en el hogar de un niño, el arma debe almacenarse descargada y bajo llave y las municiones también deben guardarse bajo llave para que el niño no pueda tener acceso a la pistola.
Más de 1,5 millones de niños en los Estados Unidos viven en un hogar donde hay por lo menos un arma de fuego cargada y sin llave. Estudios de investigación han demostrado que el almacenar las armas de fuego descargadas y bajo llave en el hogar reduce el riesgo de lesiones accidentales y de suicidios en los niños y en los adolescentes.
Los pediatras desempeñan un papel clave en la prevención de lesiones proporcionando orientación preventiva a los padres para ayudarlos a minimizar el riesgo de lesiones en el entorno cotidiano del niño. En estudios controlados, los individuos que recibieron asesoramiento médico reportaron con más frecuencia la adopción de 1 o más medidas de seguridad para almacenar las armas de fuego.
Asesorar a los padres sobre la posesión y almacenamiento seguro de las armas de fuego no es diferente del asesoramiento que se les proporciona sobre otros productos o sobre los riesgos de posible lesión tales como los cinturones de seguridad y el tabaquismo de los padres y tiene el mismo propósito – el de mitigar el riesgo de lesiones a los niños en los lugares donde viven y donde juegan. La orientación preventiva es una parte importante del chequeo médico del niño sano y de las visitas al médico debido a lesiones donde se tratan varios temas, incluyendo la seguridad de los niños cuando viajan como pasajeros, prevención de ahogamiento y logros o hitos del desarrollo.