La violencia con armas de fuego se ha convertido en una crisis de salud pública en Estados Unidos. Las armas están ampliamente disponibles en nuestra sociedad y millones de estadounidenses las guardan en sus hogares. Según el Centro para la Prevención de Violencia con Armas de Fuego, casi 8.7 millones de niños y adolescentes tienen acceso a armas de fuego, y muchos no conocen o ignoran las posibles consecuencias de manipular esas armas mortales. Su sola presencia representa un peligro real para los niños.
Los niños en edad escolar son curiosos y a menudo se sienten atraídos por las armas. Algunas veces las ven como símbolos de poder. Al igual que muchos adolescentes y adultos.
La disponibilidad de armas de fuego en ambientes en donde viven y juegan los niños ha cobrado un número devastador de vidas humanas, que se refleja en algunas estadísticas preocupantes y casi inconcebibles: Cada dos horas, el hijo de alguna persona muere por un arma de fuego; en un homicidio, un suicidio o como resultado de una lesión no intencional. Además, un número desconocido pero grande de niños sufren lesiones graves ocasionadas por un arma; a menudo quedan discapacitados irreversiblemente, pero sobreviven. Los principales centros urbanos de trauma informan un incremento del 300 por ciento en el número de niños tratados por heridas por arma de fuego; de hecho, una de cada veinticinco admisiones a los centros pediátricos de trauma en los Estados Unidos se debe a heridas por arma de fuego.
Los padres deben estar conscientes que es cuarenta y tres veces más probable que un arma de fuego en el hogar se utilice para matar a un amigo o miembro de la familia que a un ladrón u otro criminal. Para agravar este problema, los preadolescentes y adolescentes deprimidos se suicidan con armas con más frecuencia que con cualquier otro medio.
La mejor medida preventiva contra las lesiones y muertes por armas es no poseer una. Sin embargo, si decide tener armas en su hogar, siga las siguientes pautas para tener un arma de fuego de manera segura:
- Nunca permita que su hijo tenga acceso a sus armas. No importa cuántas instrucciones le dé, un joven no es suficientemente maduro ni responsable como para manipular un arma de fuego potencialmente letal.
- Nunca guarde una pistola cargada en la casa ni el auto.
- Las armas y las municiones deben estar bajo llave en lugares seguros de la casa y separados; asegúrese de que los niños no tengan acceso a las llaves.
- Las armas deben tener seguros para detonadores.
- Cuando utilice un arma para cazar o practicar puntería, aprenda cómo funciona antes de cargarla. Nunca apunte a otra persona con una pistola y mantenga el pestillo de seguridad puesto hasta que esté listo para dispararla. Siempre descargue el arma antes de guardarla. No use alcohol ni drogas mientras dispara.
Aunque no tenga armas en su casa, eso no eliminará los riegos para su hijo. La mitad de los hogares en Estados Unidos tienen armas y más de una tercera parte de todos los disparos accidentales de niños ocurren en las casas de sus amigos, vecinos o familiares. En una encuesta del Centro para la Prevención de Violencia con Armas de Fuego se estimó que cerca de 135,000 estudiantes llevan armas de fuego a la escuela todos los días y otros 270,000 las llevan a la escuela por lo menos una vez; hoy en día, esa cifra puede ser aún más alta.
A continuación encontrará información importante que debe comunicar a sus hijos jóvenes:
- Hágales saber que en los lugares que visitan y juegan pueden existir riesgos de lesiones por armas de fuego.
- Dígales que si ven o encuentran un arma en la casa de un amigo o en cualquier otro lugar, deben alejarse a toda costa, e informarle a usted al respecto.
- Hable con los padres del amigo de su hijo y averigüe si tienen armas en su casa. Si es así, insista en que las guarden descargadas, bajo llave y en lugares a los que los niños no tengan acceso.
- Asegúrese de que sus hijos entiendan que la violencia en la televisión y en las películas no es real. Necesitan saber, y probablemente que les recuerden una y otra vez, que en la vida real, los niños mueren y sufren heridas graves por armas de fuego. Aunque los medios populares a menudo idealizan el uso de las armas, los jóvenes deben saber que esas armas de fuego pueden ser extremadamente peligrosas.