Nutrición de alta calidad, actividad física y sueño adecuado. Estos son algunos de los ingredientes necesarios para promover la mejor salud de los niños, junto con un enfoque positivo en el uso de pantallas y el bienestar socioemocional.
Pero para muchas familias, el medio ambiente plantea obstáculos, ya sea el desafío de encontrar alimentos nutritivos, la falta de espacios verdes o aceras, o el atractivo constante de las redes sociales.
Identificar estrategias prácticas para las familias
La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda formas en que los pediatras y las familias pueden ayudar a los niños a adoptar conductas saludables y superar los desafíos en el informe clínico "El papel del pediatra en la promoción de una vida activa y saludable" ("The Role of the Pediatrician in the Promotion of Healthy, Active Living."). El informe, publicado en línea el 26 de febrero, actualiza las recomendaciones realizadas por última vez en 2015 y describe formas de reducir los riesgos de enfermedades como la obesidad o los trastornos alimentarios.
En el informe, la AAP señala que se necesitan con urgencia estrategias prácticas para promover una vida activa y saludable, ya que pocos niños y adolescentes cumplen con las recomendaciones de nutrición y actividad. Propone un modelo de atención que considera el entorno en el que vive un niño (y cómo puede hacerlo más saludable), así como los factores interpersonales e individuales que influyen en la salud del niño.
"Los pediatras pueden abogar por que todos los niños tengan un ambiente más saludable, incluido el acceso a una buena nutrición, espacios seguros para la actividad física, atención médica preventiva y otras cosas que sabemos que los niños necesitan para prosperar", dijo Natalie D. Muth, MD, RDN, MPH , FAAP, FACSM, autor principal del informe clínico, escrito por la Sección de Obesidad de la AAP y el Comité de Nutrición de la AAP.
Un enfoque en la prevención de la obesidad
En el informe, la AAP proporciona gráficos que enumeran las cantidades óptimas de sueño y actividad física necesarias según el grupo de edad, así como orientación sobre el tiempo frente a la pantalla y qué y cómo comer. El informe clínico complementa la "Guía de Práctica Clínica para la Evaluación y Tratamiento de Niños y Adolescentes con Obesidad" de 2023 (en inglés), con enfoque en la prevención.
El enfoque más eficaz para los pediatras es ofrecer orientación sin prejuicios, entendiendo los numerosos factores sociales que subyacen a la vida familiar. Las familias y las redes sociales también pueden perpetuar mitos o malinterpretar las definiciones de "saludable".
Los pediatras y otros proveedores de atención primaria de salud pediátrica desempeñan un papel crucial a la hora de ayudar a promover factores de estilo de vida beneficiosos para la salud de los niños de todos los pesos, formas y tamaños.
"La investigación nos dice mucho sobre cómo mejorar la salud de un niño", afirmó Christopher Bolling, MD, FAAP, coautor del informe. "Sabemos que las familias obtienen grandes beneficios al comer juntas tres veces por semana. También tenemos evidencia de que la actividad física mejora la salud mental y el bienestar. Una vez que identificamos una necesidad, podemos pensar en formas prácticas que, como resultado, benefician a toda la familia y no solo a los niños."
Los comportamientos saludables también están asociados con un estilo de crianza en el que el padre o cuidador demuestra un gran respeto por el niño y capacidad de respuesta emocional, así como un alto control y límites claros y estrictos. Este enfoque de crianza incluye ofrecer una estructura y coherencia a los horarios de las comidas y meriendas. También apoya el uso que hace el niño de las señales de hambre y saciedad para guiar su propia ingesta.
Recomendaciones de la AAP
Se anima a los pediatras no sólo a realizar un seguimiento de las mediciones y tendencias de crecimiento de un niño, sino también a revisarlas de una manera centrada en la familia y no estigmatizante para identificar áreas de posible preocupación. Además, la AAP recomienda que los pediatras:
Evaluar los determinantes sociales de la salud, como la pobreza, la inseguridad alimentaria, la exposición al racismo, el trauma y el estrés tóxico, y el entorno construido.
Evaluar las prácticas de crianza y la nutrición básica, la actividad física, el sueño y el uso de pantallas. Cuando existe una brecha entre las conductas recomendadas y las informadas, considere la disposición del paciente y su familia para realizar un cambio y trabajar juntos para desarrollar un plan de cambio, cuando sea apropiado.
Utilizar un lenguaje respetuoso y no estigmatizador al abordar el peso, los comportamientos o la necesidad de un cambio de comportamiento.
Aprender e implementar enfoques de comunicación para el cambio de comportamiento, como las entrevistas motivacionales.
Ser un ejemplo a seguir de patrones saludables en torno a la nutrición, la actividad física, el sueño, el uso de pantallas y el autocuidado.
Remitir a niños y adolescentes a recursos comunitarios.
Apoyar políticas para erradicar el racismo, abordar los determinantes sociales de la salud, mejorar la nutrición, disminuir el consumo de bebidas azucaradas y aumentar la actividad física.
Abogar por un pago adecuado por el servicio de atención preventiva y la atención en equipo para respaldar la orientación para una vida activa y saludable.
La AAP se centra en la necesidad de apoyar una generación de niños más saludable y trabajar para prevenir enfermedades que surgen de una compleja constelación de factores genéticos, ambientales y sociales.
"Los pediatras trabajan con niños desde la infancia hasta la edad adulta, por lo que están en una excelente posición para ayudar a identificar brechas y apoyar a las familias que trabajan hacia estilos de vida más saludables", afirmó el Dr. Muth. "También podemos asociarnos con los padres y modelar patrones saludables en torno a la nutrición, la actividad física, el sueño y el uso de pantallas. Incluso cuando no nos damos cuenta, los niños nos observan y siguen nuestras indicaciones".
Los informes clínicos creados por la AAP están escritos por expertos médicos, reflejan la evidencia más reciente en el campo y pasan por varias rondas de revisión por pares antes de ser aprobados por la Junta Directiva de la AAP y publicados en Pediatrics.
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