Los pediatras se asocian con las familias que han sufrido una pérdida trágica de un niño para informar sobre la campaña para prevenir ahogamientos
El ahogamiento puede ser silencioso y muy rápido, y mata a casi a 1.000 niños todos los años. Para reenfocar la atención de los padres y médicos en una de las principales causas de muerte entre los niños, la American Academy of Pediatrics ha publicado una actualización de sus recomendaciones para la seguridad en el agua.
"El ahogamiento es la causa principal de muertes relacionadas con lesiones entre los niños de 1 a 4 años", dijo Sarah Denny, MD, FAAP, autora principal de la declaración de política titulada, "La prevención del ahogamiento" publicada en línea el 15 de marzo en Pediatrics. "Muchas de estas muertes ocurren cuando el niño no estaba previsto que estuviera nadando o cuando logran acceso al agua inesperadamente. Los niños pequeños son por naturaleza curiosos, y por esta razón debemos implementar otras estrategias, tales como cercas o vallas para la piscina y cerrojos para las puertas".
El segundo grupo de edad que corre mayor riesgo de muerte por ahogamiento son los adolescentes, dijo la doctora Denny. Todos los años, cerca de 370 niños entre 10 y 19 años se ahogan. "Los adolescentes pueden hacer alarde y tener demasiada confianza en sus destrezas para nadar, y tienen más probabilidad de consumir alcohol cuando nadan, lo que aumenta su riesgo de forma considerable. Los niños de color, en especial los adolescentes afroamericanos corren mayor riesgo".
En la declaración de política, la AAP presenta las estrategias para proteger a los niños en cada etapa de su vida. Se le aconseja a los nuevos padres a estar atentos a la hora del baño y a vaciar los baldes y piscinas para niños de inmediato. Todos los niños deben aprender a nadar, y los niños y los adolescentes deben usar chalecos salvavidas mientras permanezcan en las cercanías de cuerpos o superficies con agua. Los adolescentes pueden aprender reanimación cardiopulmonar (RCP) y otras técnicas de seguridad.
La prevención de lesiones siempre ha sido una prioridad para los pediatras, y las iniciativas de salud públicas implementadas en los últimos 50 años han resultado en reducciones dramáticas en muertes por lesiones relacionadas con choques automovilísticos, por el síndrome de la muerte súbita del infante, el ahogamiento y otras lesiones accidentales. Sin embargo, en los últimos años, el índice de declive de estas muertes se ha disminuido.
El ahogamiento continúa siendo la tercera causa principal de muertes accidentales relacionadas con lesiones entre los niños de 5 a 19 años. En el 2017, cerca de 1.000 niños fallecieron por ahogamiento, y 8.700 visitaron una sala de emergencia debido a un incidente relacionado con el ahogamiento, con mayor riesgo para niños pequeños y adolescentes.
Este será el tema que se tratará en la presentación del panel que se llevará a cabo el 16 de marzo, cuando los líderes de la AAP se reunirán en Itasca, IL durante la conferencia anual del liderazgo. Miembros de las familias involucradas, que incluyen a Nicole and Johathan Hugher, y Bode Miller hablarán de la experiencia de perder a un hijo por causa del ahogamiento. Sam Hanke, MD, FAAP quien también perdio a un niño debido al síndrome de muerte súbita del lactante participará en el panel, así como Greg Schell, presidente de la Red de Asociaciones con Familias de la AAP. El panel abordará las más recientes tendencias para prevenir lesiones infantiles, y cómo los pediatras pueden colaborar con las familias para mejorar la salud infantil.
"Apreciamos la oportunidad que tenemos de asociarnos con estas familias, que han decidido canalizar su pena ayudando a otros padres a prevenir una tragedia similar. "Es de suma importancia para nosotros colaborar con las familias y las comunidades para proteger a los niños del ahogamiento", dijo Ben Hoffman, MD, FAAP, presidente del Consejo de Prevención de Lesiones, Violencia y Envenenamientos de la AAP. "Los pediatras deben hablar sobre la seguridad en el agua durante las visitas de control del niño sano. Pero creemos que tener a las familias compartiendo sus experiencias personales, puede ayudar a hacer la conexión con los padres de familia que pudieran pensar que esto "nunca les pasaría" a ellos. Trágicamente, esto le puede pasar a cualquier persona".
"La investigación ha descubierto que las clases de natación son buenas para los niños a partir del 1 año de edad, y podrían reducir los índices de ahogamiento", dijo Linda Quan, MD, FAAP, y coautora de la declaración de política.
"Aprender a nadar es una magnífica actividad para la familia", dijo la doctora Quan. "Las Familias pueden hablar con su pediatra sobre si de acuerdo con el desarrollo, su niño está listo para clases de natación, y luego buscar un programa que tenga experiencia e instructores de natación capacitados. Lo ideal es que los programas enseñen también "supervivencia en el agua", la habilidad de salirse del agua si su niño por alguna razón termina en el agua de forma inesperada".
Incluso ni las mejores clases de natación pueden hacer que un niño sea "infalible al ahogamiento", y es por esto por lo que la AAP recomienda encarecidamente que los padres se aseguren de que el entorno del niño es seguro. Para los hogares con piscina, la medida de seguridad más importante es tener una valla por los cuatro lados que rodee por completo a la piscina y la separe de la casa.
La AAP también recomienda:
Los padres y cuidadores nunca deben dejar a los niños solos o al cuidado de otro niño cuando están en la tina o en sus cercanías, ni en piscinas, balnearios o cualquier superficie con agua al aire libre.
Los adultos deben vaciar el agua de los baldes y cualquier otro recipiente inmediatamente después de usarlos.
No deje a los niños pequeños en el cuarto de baño. Los seguros para tapas de inodoros pueden prevenir ahogamientos de niños pequeños.
Cuando los bebés o los niños pequeños están cerca del agua, debe haber un adulto supervisándoles que sepa nadar y debe permanecer a la mano, proporcionando "supervisión de contacto".
Incluso en el caso de niños mayores o que saben nadar mejor, debe haber un adulto supervisándolos y que esté pendiente del niño y no ocupado en otras actividades que lo puedan distraer.
"Hay agua por todas partes, y necesitamos múltiples niveles para proteger a nuestros niños de los riesgos mortales que posee", dijo la doctora Quan. "Como pediatras, no podemos pasar por alto este riesgo". Los pediatras pueden ayudar aconsejando a las familias y colaborando con sus comunidades para mejorar la seguridad, especialmente alrededor de las piscinas, lagos y comunidades navieras".
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