Dos de las principales organizaciones de salud hacen un llamado para establecer impuestos especiales o indirectos y restricciones para la publicidad dirigida a los niños, entre otras medidas, y citan pruebas fehacientes (sólidas) del vínculo entre el aumento del consumo de azúcar agregado y el aumento de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud a largo plazo.
En una declaración de política común, la America Academy of Pediatrics (AAP) y la American Heart Association (AHA) aprobaron un conjunto de medidas de salud pública, incluyendo un impuesto especial o indirecto, limites en la publicidad dirigida a niños, además de incentivos económicos por compra de bebidas más saludables, con el propósito de reducir el consumo de las bebidas azucaradas en los niños.
La declaración de política titulada, "Políticas públicas para reducir el consumo de bebidas azucaradas en niños y adolescentes" (en inglés), será publicada en el número de abril de 2019 de Pediatrics.
Los niños y los adolescentes consumen galones de bebidas azucaradas anualmente, incluyendo bebidas deportivas, refrescos de sabores de fruta y sodas/gaseosas. Las guías alimentarias para estadounidenses 2015-2020 recomiendan que los niños y los adolescentes consuman menos de 10 por ciento de calorías de azúcares agregados. Pero datos revelan que los niños y los adolescentes consumen hoy en día 17 por ciento de sus calorías de azúcares agregados, y cerca de la mitad de estas provienen exclusivamente de bebidas.
"Para los niños, la fuente principal de azúcar agregado se encuentra con frecuencia no en lo que comen, sino en lo que beben", dijo la pediatra Natalie D. Muth, MD, MPH, RDH, FAAP, autora principal de la declaración de política. "En promedio, los niños consumen más de 30 galones de bebidas azucaradas anualmente. Lo suficiente para llenar una tina del baño, y ni siquiera incluye los azúcares agregados de los alimentos. Como pediatra, me preocupo porque las bebidas endulzadas plantean problemas de salud que se pueden prevenir, tales como caries dentales, diabetes, obesidad y enfermedades cardíacas. Necesitamos políticas de orden público para reducir el acceso que tienen los niños a bebidas azucaradas baratas.
La AAP y la AHA recomiendan:
Los encargados de elaborar políticas locales, estatales y a nivel nacional deben considerar aumentar el costo de las bebidas azucaradas, con medidas como impuestos especiales o indirectos, y al mismo tiempo iniciar campañas educativas. Los ingresos fiscales deben ser utilizados en parte para reducir disparidades de la salud y socioeconómicas.
El gobierno federal y los gobiernos estatales deben apoyar medidas para disminuir la comercialización y publicidad de bebidas azucaradas a los niños y adolescentes.
Bebidas saludables, como el agua y la leche deben ser la opción por defecto de bebidas para niños en los menús y expendedores automáticos de alimentos, y los programas federales de asistencia nutricional deben garantizar acceso a alimentos y bebidas saludables y disuadir el consumo de bebidas azucaradas.
Los niños, los adolescentes y sus familias deben tener fácil acceso a información fiable sobre la nutrición, incluía información sobre las etiquetas nutricionales, menús de los restaurantes y anuncios publicitarios.
Los hospitales deben servir como modelo y establecer políticas para restringir o disuadir la compra de bebidas azucaradas.
Los adolescentes que toman más de 10 % de sus calorías diarias de azúcar agregado tienen más probabilidad de tener niveles anormales de colesterol, como el alto nivel del colesterol LDL (lipoprorteínas de baja densidad) o colesterol "malo", niveles altos de triglicéridos y bajo nivel del colesterol de lipoproteínas de alta densidad HDL que protege el corazón, dijo la doctora Muth.
Las compañías productoras de bebidas gastan millones en publicidad para adultos y niños, $866 millones en 2013, y la mayoría de los adolescentes ven por lo mínimo un comercial de bebidas azucaradas al día, de acuerdo con El Centro Rudd para Políticas Alimentarias y Obesidad. Los niños de grupos minoritarios y comunidades de bajos ingresos se ven desproporcionadamente afectos por los bajos costos y el fácil acceso a las bebidas azucaradas.
La AAP y la AHAA hacen un llamado para implementar varias políticas que reduzcan el consumo de bebidas azucaradas en los niños, incluyendo aumentos de precio, tomadas de experiencias aprendidas de las décadas de trabajo para controlar el consumo del tabaco. La declaración de política marca la primera vez que la AAP ha recomendado impuestos para las bebidas azucaradas.
"Como nación debemos saber decir NO a la arremetida de anuncios de bebidas azucaradas dirigidos a los niños", dijo Rachel K. Johnson, PhD, RD, profesora emérita de Nutrición en la Universidad de Vermont y expresidenta del Comité de Nutrición de la Asociación Estadounidense del Corazón. "Sabemos qué cosas funcionan para proteger la salud de los niños, y ya es hora para establecer medidas eficaces que logren disminuir los índices de consumo de las bebidas azucaradas, tal y como se hizo con el tabaco".
Los impuestos especiales o indirectos para bebidas azucaradas han reducido con éxito el consumo en ciudades como Berkeley, California, y en Filadelfia, Pensilvania. Algunas ciudades han reinvertido el capital generado por los impuestos en programas comunitarios, tales como:
San Francisco: Ingresos fiscales de 1 centavo por onza financian subsidios para cubrir servicios de salud preventiva en comunidades de bajos ingresos y para programas para mejorar la nutrición y la salud bucal en las escuelas.
Seattle: Ingresos fiscales de 1,75 centavos por onza financian programas para ayudar a personas de bajos recursos a comprar alimentos saludables, y ofrece subvenciones a escuelas y centros de cuidado infantil para aumentar las porciones que sirven de frutas y verduras.
Otras ciudades que han aprobado dichos impuestos incluyen Albany y Oakland en California, así como Boulder, Colorado que también están financiando programas de salud preventiva.
"Las comunidades han empezado a hacerle frente a este problema con soluciones creativas, y están demostrando que trabajando juntas pueden hacer disponibles opciones saludables y más económicas", dijo la doctora Muth. "Todos los niños merecen llegar a ser adultos sanos. Así que debemos hacer más para promover opciones de bebidas saludables, como agua y leche. Si trabajamos juntos para lograrlo, mejoraremos la salud a largo plazo de los niños de nuestra nación".
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