La demanda de actividades al aire libre y la compra de piscinas para jardín aumentaron notablemente durante la pandemia de COVID-19. Que las familias esperen pasar el verano al aire libre es un motivo de optimismo, pero también es necesario que los padres recuerden que deben estar extremadamente atentos por los riesgos de ahogamiento.
La American Academy of Pediatrics (AAP) analiza las investigaciones más recientes sobre niños en el informe técnico "Prevention of drowning" (Prevención del ahogamiento) y concluye que los niños pequeños y adolescentes varones son los que tienen el mayor riesgo de ahogamiento. El informe, publicado en el número de agosto de 2021 de la revista científica
Pediatrics, enfatiza que ninguna intervención individual, como las clases de natación o guardavidas, es suficiente y recomienda diferentes estrategias de protección para prevenir ahogamientos.
Un asesino rápido y silencioso
"El ahogamiento es rápido y silencioso (todo lo contrario de lo que las personas podrían imaginar), y puede producirse en una tina de baño, una piscina inflable de jardín o una piscina de hotel, o en la playa donde hay guardavidas trabajando", dijo Sarah Denny, MD, FAAP, autora principal del informe, escrito por el Consejo de Prevención de Lesiones, Violencia e Intoxicación de la AAP.
"Tal vez los padres esperarían escuchar ruidos de salpicadura de agua o el llanto de un niño cuando está en problemas en el agua, pero con frecuencia esto no sucede. Igualmente tenemos estrategias para prevenir estas tragedias, que incluyen no solo la supervisión atenta sino también la colocación de barreras físicas para impedir el acceso de los niños al agua", agregó.
Datos y estadísticas sobre ahogamiento
El ahogamiento es la causa principal de muerte relacionada con lesiones no intencionales en niños estadounidenses de 1 a 4 años y la tercera causa principal de muerte relacionada con lesiones no intencionales en niños y adolescentes de 5 a 19 años.
En 2018, 900 niños y adolescentes menores de 20 años murieron por ahogamiento. Ese año, 7,200 de ellos fueron atendidos en el departamento de emergencias (DE) de un hospital por un caso de ahogamiento, y el 35% de esos niños fueron hospitalizados o transferidos para recibir atención adicional.
Alrededor del 75% de todos los niños y adolescentes víctimas de ahogamiento eran varones. Los adolescentes varones tienen 10 veces más probabilidad de experimentar ahogamiento que las mujeres, posiblemente debido a que tienen mayor exposición a entornos acuáticos, sobreestiman su capacidad de nadar, toman más riesgos o consumen más alcohol.
La mayoría de las muertes por ahogamiento en bebés se producen en tinas de baño y cubetas grandes. Aproximadamente, del 15% al 30% de los cuidadores informaron que dejan sin supervisión a sus niños menores de 2 años en la tina durante un período de entre un minuto y apenas más de cinco minutos.
Los niños menores de 5 años que se ahogan cada año, a menudo, tienen acceso imprevisto y sin supervisión al agua, por ejemplo, a una piscina hogareña. Alrededor de 6,700 niños menores de 15 reciben tratamiento en los departamentos de emergencias de los EE. UU. por lesiones no mortales relacionadas con piscinas e instalaciones de spa, y 379 mueren por ahogamiento cada año. Alrededor del 75% de los niños de ambas categorías son menores de 5 años, según la investigación.
En general, las tasas de ahogamiento son más altas en niños de raza negra e indios americanos/nativos de Alaska de 19 años y menos. En las piscinas de natación, los niños de raza negra de entre 5 y 19 años tuvieron 5.5 veces más probabilidad de ahogarse que los niños de raza blanca de la misma edad. Al no haber diferencias fisiológicas para explicar la diferencia en el riesgo de ahogamiento, los expertos consideran que no saber nadar bien, tanto los niños como sus padres, la falta de entrenamiento temprano y la falta de guardavidas en las piscinas de moteles/hoteles y departamentos pueden ser factores importantes.
Las investigaciones muestran que el 70% de las muertes por ahogamiento en niños de 15 años y menos se producen de mayo a agosto (meses más calurosos en el hemisferio norte). En un informe, se halló que aproximadamente la mitad de los ahogamientos se produjeron entre las 4:00 p. m. y las 6:00 p. m. (en el horario de la tarde), lo que coincide con los horarios más populares de natación y las distracciones relacionadas con la preparación de la cena.
Comenzar clases de natación
"Recomendamos clases de natación para niños desde alrededor de 1 año, teniendo en cuenta que las clases y la capacidad de nadar son esenciales, pero no suficientes por sí mismas y no siempre impedirán el ahogamiento de un niño", dijo Linda Quan, MD, FAAP, otra autora del informe. "Los padres tal vez deseen considerar si su hijo está lo suficientemente maduro como para tomar clases de natación y hablar con el pediatra si tienen inquietudes sobre las limitaciones físicas o la salud del niño", concluyó.
Prevención del ahogamiento: establezca medidas de seguridad
Para prevenir el ahogamiento, la AAP recomienda distintas medidas de protección divididas en categorías de atención personal, equipos y entornos de agua, y que deben aplicarse de manera simultánea. Estas incluyen las siguientes:
Supervisión cercana, constante, atenta y capaz de un adulto cuando los niños están en el agua o cerca de ella, además del uso de salvavidas para niños y adultos.
Para prevenir el acceso sin supervisión: colocar una cerca de cuatro lados en la piscina que mida, al menos, 4 pies de alto (1.2 metros de alto) y tenga puertas con cierre y traba automáticos. La valla debe aislar por completo la piscina de la casa y el jardín.
En el hogar, estar atentos a que el asiento de baño del bebé pueda caerse, y los niños puedan caerse del asiento y ahogarse incluso si hay pocas pulgadas o centímetros de agua en la tina. Nunca se debe dejar solo a un bebé en la tina, ni siquiera durante un minuto.
Los padres y cuidadores deben evitar el acceso sin supervisión a la piscina, las aguas abiertas o una tina.
Para evitar el ahogamiento en los inodoros, no se debe dejar solos a los niños pequeños en el baño, y pueden ser útiles las trabas de inodoro.
Debe vaciarse el agua de los recipientes, como cubetas y baldes, inmediatamente después de usarlos.
Los niños menores de 12 años que son demasiado pequeños para recibir la vacuna contra el COVID-19 deben seguir manteniendo el distanciamiento social, lavarse las manos y usar mascarillas en público, según la guía preliminar de la AAP. Los niños no deben usar mascarillas en el agua.
"Es emocionante volver a ver a los niños al aire libre, en campamentos y jugando con sus amigos", dijo la Dra. Denny. "Queremos que todos pasen un verano seguro, y eso incluye el tiempo que dedicamos a crear recuerdos en las playas, los lagos y las piscinas", finalizó.
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