El Día de Acción de Gracias —es un día festivo con muchos alimentos y tradiciones en los Estados Unidos— y puede ser un reto para los padres de niños exigentes para comer. ¿Quién quiere que la cena de celebración se vuelva una zona de batalla y de negociaciones? Afortunadamente, planeando un poco, usted puede preparar una comida equilibrada de Acción de Gracias que toda la familia pueda disfrutar.
Las siguientes son algunas recomendaciones para calmar a estos comensales exigentes sin sacrificar la nutrición, preservando la tradición y sin crear más trabajo.
Elija por lo menos un alimento que sabe que le gusta a su niño. Ya sea que la cena de Acción de Gracias se sirva en su casa o si van a ir a la casa de otras personas a celebrarla, cerciórese de ofrecer o traer por lo menos un alimento que usted sabe su niño va a disfrutar. De esta manera, garantiza que su niño coma algo durante la cena; también le demuestra a su niño que usted se preocupa por sus preferencias cuando prepara las comidas.
Incluya a su niño a la hora de planear la comida. Pregúntele a su niño si a él o ella le gustaría ayudar a planear las festividades del Día de Acción de Gracias. Déjele saber que usted planea ofrecer por lo menos una proteína, un grano, una verdura y una fruta. Usted puede decirle al niño qué alimentos usted piensa incluir (por ejemplo, pavo como proteína y el relleno como grano), pero pregúntele si tiene ideas de otros grupos de alimentos . Por ejemplo, ¿Qué tipo de verdura piensas que deberíamos incluir? ¿Y qué fruta?" Luego, busquen recetas juntos que tengan esos alimentos como ingredientes. Un niño que ayuda a elegir los alimentos que se ofrecen tiende más a consumirlos.
Incluya a su niño a la hora de preparar la comida. Invite a sus niños a la cocina para que le ayuden a preparar la cena de Acción de Gracias. Por ejemplo, pídale a su niño pequeño que le ayude a limpiar las verduras, a su niño en edad escolar a hacer el puré de papás o a su adolescente a hervir los arándanos. Cuando los niños ayudan a preparar los alimentos, por lo general prueban lo que están preparando y también están más dispuestos a comer sus "obras maestras" al momento de la cena.
Use maneras para categorizar los alimentos. Una vez que el alimento es aceptado, busque otros similares en color, sabor o texturas (como puentes) para expandir la variedad de alimentos que su niño consume. Por ejemplo, si a su niño le gusta el pastel de calabaza, trate de incluir puré de batata (boniatos) en su plato de la cena de Acción de Gracias.
Trate de que la cena se vea, huela y sepa delicioso. Muchas veces los niños piensan que no les va a gustar un alimento antes de probarlo. Cuando los platos de la cena de Acción de Gracias se ven bien, huelen y saben delicioso, usted ayuda a que su niño se anime a probarlos y a pedir una segunda porción. Puedo lograrlo añadiendo ingredientes con fragancias como la canela y la nuez moscada a las manzanas cocidas, por ejemplo, o preparando una bandeja de verduras en forma de pavo.
Haga que la hora de la comida sea tranquila y disfrutable. Céntrese en disfrutar el tiempo juntos celebrando este día de gratitud. Confíe en que ha preparado una comida equilibrada y que ha hecho todo lo posible por incluir a los niños en el proceso, haciendo posible que haya por lo menos un alimento que les va a gustar. Así habrá logrado su objetivo. Trate de no preocuparse de que si el niño está comiendo y qué está comiendo.
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