Las nuevas tendencias nos permiten hacer menos, no más. Aparentemente, en una investigación del 2013, se determinó que los padres con estilos controladores pueden dificultar los hábitos de alimentación saludable de los niños. Los nuevos datos publicados señalaron que las prácticas controladoras por parte de los padres relacionadas con la comida no solo son comunes sino que no ayudan a los adolescentes a mantener un peso saludable.
En el estudio de Pediatrics, los investigadores descubrieron que los padres a menudo alientan a los adolescentes de peso saludable a terminar toda su comida y los presionan para comer, mientras que los padres de adolescentes con sobrepeso les prohíben algunas comidas y fomentan la restricción. Está comprobado que ninguna de estas prácticas mejora los hábitos de los adolescentes o su salud.
Realmente queremos que nuestros niños autorregulen su ingesta de energía (alimentos) y hay cada vez más evidencia que demuestra que los hábitos controladores impiden el desarrollo de esta capacidad esencial.
Cuatro reglas de oro para las comidas
- Divida las responsabilidades. Los padres tienen la obligación de comprar y servir comida saludable. Los bebés, niños y adolescentes tienen que elegir qué y cuánto comer de los alimentos que les ofrecen. Todos los padres saben que no se puede obligar a comer a un niño; lo mejor es dejar de intentarlo. Deje que la hora de la comida se trate de alimentar el cuerpo. Si su hijo no come demasiado, espere hasta la próxima comida para ofrecerle alimentos. Los niños comen para ellos, no para los padres. Apague la televisión y deje que los niños sientan la sensación de saciedad cuando sea el momento adecuado.
- Coma cuando el cuerpo se sienta hambriento. Deje de comer cuando el cuerpo esté satisfecho. Los bebés hacen esto naturalmente cuando se los amamanta y comienzan a ingerir alimentos sólidos. Debemos hacer lo posible por mantener ese hábito natural durante los primeros años de vida hasta la adolescencia. Esta capacidad para responder al apetito natural y las señales normales de saciedad pueden representar una gran ventaja para los niños durante toda su vida. Haga todo lo posible por dejar de controlar cuánto comen sus hijos y enséñeles a senguir sus necesidades.
- No obligue al niño a "limpiar el plato". No existe ninguna necesidad de ejercer presión para que los niños con salud y un desarrollo normal coman. No recompense a los niños por haber terminado su cena con más comida (por ejemplo, con un postre), ya que los niños suelen comer, aunque estén satisfechos. Se descubrió en nuevas investigaciones que el uso de platos más pequeños puede ayudar a controlar los tamaños de las porciones y, en última instancia, reducir la cantidad de calorías ingeridas. El beneficio: también motivará una menor necesidad de pedirles que limpien el plato; lo harán naturalmente con un plato más pequeño.
- Coman juntos. La mejor educación que les damos a nuestros hijos viene de enseñar hábitos con ejemplos y conductas que consideremos más importantes. Coma junto con los niños durante las comidas desde que son pequeños hasta que dejen el hogar. Tenga como objetivo hacerlo al menos en una comida al día, y no necesariamente tiene que ser la cena. No hay necesidad de cocinar comida especial para sus hijos. Hágalos participar en cualquier parte de la preparación de la comida que se pueda, coma los mismos alimentos y comparta su amor por comer.
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