Para crear un sustituto de la mantequilla, los fabricantes de alimentos sometieron los aceites vegetales a un proceso denominado hidrogenación. La adición de hidrógeno hace que el producto se vuelva firme y resistente a la descomposición. No obstante, si bien las grasas hidrogenadas o trans se untan, como la mantequilla, también comparten algunas de las propiedades no deseadas de las grasas saturadas. Aparentemente, interfieren con la eliminación del colesterol LDL ("malo") de la sangre y, además, reducen el colesterol HDL ("bueno"). Como resultado, estos alimentos podrían contribuir a las enfermedades del corazón y determinados tipos de cáncer.
Para reducir el consumo de grasas saturadas de su hijo, evite las grasas trans y use en cambio aceites líquidos y margarinas blandas en tubo. Desde 2006, la Administración de Alimentos y Medicamentos exige a los fabricantes de alimentos que incluyan las cantidades de grasas trans en la sección de información nutricional de las etiquetas de los alimentos; revise siempre en las etiquetas el contenido de grasas trans. En algunas ciudades se han aprobado ordenanzas locales para eliminar las grasas trans en las comidas de restaurantes.