Por Eric J. Sigel, MD, FAAP y Maria H. Rahmandar, MD, FAAP
A medida que los niños crecen y se vuelven más independientes, puede resultar más difícil para los padres saber lo que piensan y sienten. ¿Cuándo se convierten los altibajos normales de la adolescencia en algo de qué preocuparse?
Los padres y familiares pueden ayudar a los adolescentes a sobrellevar la situación cuando la vida les resulta demasiado difícil de soportar.
Conozca los factores que pueden aumentar el
riesgo de suicidio de su hijo y explore estas 12 sugerencias a continuación. Estos pasos pueden ayudarlo a sentirse mejor preparado para ofrecer el apoyo afectuoso y sin prejuicios que su hijo necesita.
1. Si ve señales de que la salud mental de su hijo está en riesgo, infórmese
Quizás su hijo simplemente esté teniendo un mal día. Sin embargo, cuando los signos de problemas de salud mental duran semanas, no asuma que es solo un estado de ánimo pasajero.
Los estudios muestran que 9 de cada 10 adolescentes que se suicidaron padecían problemas de salud mental como
depresión. Sin embargo, tenga en cuenta lo siguiente:
Los adolescentes a los que no se les ha diagnosticado ninguna afección de salud mental aún podrían estar en riesgo. En parte, esto se debe a que puede resultar difícil identificar problemas de salud mental a edades tempranas.
En ocasiones, los adolescentes que intentan suicidarse no tienen problemas de salud mental subyacentes. Sin embargo, podrían dar señales de que están considerando poner fin a sus propias vidas.
Su objetivo debe ser permanecer calmado, alerta y listo para hablar con su hijo adolescente. No espere a que acuda a usted. Podría empezar diciendo:
"Pareces triste. Estoy abierto a hablar sobre esto porque te amo y me importa lo que te pasa".
Aquí hay más consejos para iniciar conversaciones sobre salud mental con su hijo.
2. Escuche, incluso cuando su hijo no esté hablando
No se sorprenda si su hijo adolescente se aleja cuando usted plantea por primera vez el tema de la salud mental o el suicidio. Tenga en cuenta que, incluso si su hijo guarda silencio al principio, las acciones pueden hablar incluso más que las palabras.
Esté atento a cambios importantes en los patrones de sueño, el apetito y las actividades sociales de su hijo. El autoaislamiento, especialmente para los niños que normalmente disfrutan salir con amigos o participar en actividades, puede indicar serias dificultades.
Si su hijo tiene más dificultades de lo habitual con las tareas escolares, los quehaceres domésticos y otras responsabilidades, estas son señales adicionales que no debe ignorar.
3. Tenga en cuenta que su hijo podría estar enfrentando riesgos de suicidio que usted aún no ha considerado
Muchos padres se preguntan: ¿Podría mi hijo realmente estar en riesgo de suicidio? Por desgracia, la respuesta es sí. Cada año se suicidan jóvenes de todas las razas, etnias, identidades de género, orientaciones sexuales, niveles de ingresos y orígenes comunitarios.
De hecho, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años.
Aquí hay algunos factores de riesgo de suicidio que debe tener en cuenta:
Pérdida de un ser querido por muerte, divorcio,
comisión, deportación o
encarcelación
Acoso (en persona o
en línea)
Discriminación, rechazo u hostilidad por
identidad de género u orientación sexual
Racismo, discriminación y desigualdades y factores estresantes relacionados
Estigma (la creencia de que está mal o es vergonzoso hablar sobre salud mental o suicidio)
Ser testigo o sufrir
violencia o abuso doméstico
Inestabilidad económica que causa preocupación e inseguridad
Suicidio en su escuela o grupo de amigos
Eventos importantes que cambian la vida, como una ruptura con una pareja, un cambio en las conexiones sociales, una decepción académica o un problema de salud importante
Comportamientos autodestructivos
Obtenga más perspectivas sobre los riesgos específicos de su hijo
aquí.
Cómo convertí mis dificultades en una forma de ayudar a los demás
Por Taanvi A.
Tengo 15 años y soy defensora de la salud mental adolescente, autora internacional de libros más vendidos y emprendedora social. ¡La prevención del suicidio es algo que no aprendí hasta la escuela secundaria!
Al mudarme de Irlanda a los Estados Unidos a los 9 años, pasé por muchas emociones. Pero nunca entendí términos como ansiedad, depresión y suicidio cuando mis nuevos compañeros de clase los mencionaban. Empecé a sentir esas emociones sin saber lo que realmente eran, y esperaba que etiquetarlas me ayudaría a encajar.
En cuarto grado, pensé que comentarios como "no merezco vivir" eran bromas. Después de la pandemia, en la escuela intermedia, más estudiantes hablaban sobre estos temas. Cuando tenía 12 años, me costaba entender. Pero me di cuenta de que podía ayudar simplemente escuchando sin juzgar, para que mis compañeros pudieran expresar lo que no podían en otros lugares.
Mi experiencia personal con la salud mental me llevó a crear mis propios sistemas de apoyo y habilidades prácticas de afrontamiento cada vez que me sentía ansiosa o abrumada. Muy pronto, pude ralentizar mis ataques de pánico y sentirme más tranquila, incluso si era solo por unos segundos.
Al saber cómo me ayudaron las técnicas de autorregulación como la
respiración, las listas de tareas pendientes, la atención plena, escribir un diario y la gratitud, quería compartirlas con los demás. Comencé a abogar por mis compañeros e incluso comencé un club en la escuela intermedia para proporcionar un lugar seguro para todos.
Esta defensa me llevó a publicar un libro y crear herramientas para ayudar a otras personas a reconocer y comprender sus emociones.
Mi defensa continúa en conferencias nacionales. A veces veo que algunos padres descartan estos problemas como "dramas de adolescentes". Sospecho que los padres reaccionan de esta manera debido al estigma que experimentaron cuando eran jóvenes. Afortunadamente, cada vez más padres y adolescentes se reúnen para tener conversaciones significativas. Recuerdo lo que aprendí sobre la empatía en la escuela primaria. Siempre se trataba de ponerse en los zapatos de la otra persona y sentir lo que siente. Pero nunca supe cómo hacerlo. Eso es porque, incluso si realmente lo intentara, nunca podría saber lo que sentían mis compañeros.
Con frecuencia, los estudiantes tienen dificultades para hablar sobre sus emociones o
pensamientos suicidas porque nadie sabe cómo reaccionar. Por eso, es tan importante mostrar
empatía. Los padres no siempre están seguros de cómo hacerlo. Pero puede ser tan simple como dejar que sus hijos adolescentes hablen y escuchar sus puntos de vista sin juzgarlos.
Taanvi A., estudiante de escuela secundaria, es una autora internacional de libros más vendidos de "Uplift Teens Today"
, creadora de
Emotion Cards Deck y fundadora de
Nexus: Centro de salud mental para escuelas. Taanvi también fundó
Uplift Teens Today, una organización sin fines de lucro con la misión de ayudar a sus compañeros a través de conexiones de adolescente a adolescente y compartir historias personales y consejos prácticos. Es miembro del Grupo de Liderazgo Juvenil de la American Academy of Pediatrics para la Prevención del Suicidio Juvenil. 4. No descarte lo que está viendo como "drama adolescente"
Nunca asuma que su hijo está exagerando o jugando si dice o escribe:
"Me quiero morir"
"Ya no me importa"
"Nada tiene sentido"
"Me pregunto cuántas personas asistirán a mi funeral"
"A veces quisiera poder irme a dormir y no despertarme nunca"
"Todos estarían mejor sin mí"
"No tendrás que preocuparte por mí por mucho tiempo más"
Muchos adolescentes que intentan suicidarse se lo dirán a sus padres con antelación (aunque otros no lo hacen). Estas palabras indican una necesidad urgente de ayuda.
No se arriesgue a estar equivocado sobre esto. Tome en serio cada afirmación sobre el suicidio.
5. Responda con empatía y comprensión
Cuando su hijo habla o escribe sobre el suicidio, es posible que usted se sienta conmocionado, herido o enojado. Quizás incluso quiera negar lo que está viendo o discutir con su hijo. Estos sentimientos son naturales y válidos. Pero es esencial centrarse ante todo en las necesidades de su hijo.
Su objetivo es crear un espacio seguro donde su hijo adolescente pueda confiar en que usted lo escuchará y expresará su preocupación, pero sin juzgarlo ni culparlo.
En lugar de reaccionar de esta manera:
"Es ridículo que digas eso"
"Tienes una vida maravillosa, ¿por qué quieres terminar con ella?"
"No lo dices en serio"
"¡No puedo creer lo que estás diciendo!"
Controle sus propios sentimientos para poder responder con empatía:
"Lamento que te sientas así. ¿Puedes contarme un poco más?"
"Parece que estás sufriendo un dolor tremendo y no ves una salida"
"Tal vez te estés preguntando cómo la vida se volvió tan complicada y difícil"
"En este momento, no estás seguro de las respuestas a los problemas que enfrentas"
"Debes estar realmente dolido por dentro para considerar ponerle fin a tu vida"
6. Obtenga ayuda de inmediato
El riesgo de la conducta suicida es complejo y no es lineal. Ciertamente, si le preocupa la depresión, la autolesión o las referencias vagas a
pensamientos suicidas, busque atención de su proveedor de atención primaria lo antes posible. Puede considerar comunicarse con un terapeuta escolar, un proveedor de salud mental local o incluso una línea directa nacional de suicidio para obtener orientación.
Si le preocupa que su hijo adolescente corra un riesgo más inmediato de intentar suicidarse, llévelo al departamento de emergencias de su hospital local o llame al 911. Una acción rápida es crucial cuando las cosas han llegado a un punto crítico.
Los proveedores de atención médica pueden ayudarlo a usted y a su hijo adolescente a crear un plan de seguridad que cubra:
Señales de advertencia o desencadenantes que su hijo adolescente cree que lo llevarán a pensamientos suicidas
Posibles pasos para ayudarlos a sobrellevar la situación cuando se sienten desencadenados
Fuentes de apoyo: familiares, amigos, profesores, mentores y otros
Contactos de emergencia y pasos a seguir si las cosas empeoran
7. Retire o asegure las armas que tenga en casa. Haga lo mismo con otros medios letales
Armas de fuego
La mitad de los suicidios juveniles ocurren con armas de fuego, y los intentos de suicidio con este tipo de armas casi siempre son fatales. Los adolescentes casi siempre utilizan un
arma que encuentran en su casa.
Por lejos, la opción más segura es retirar todas las armas y municiones de su casa mientras su hijo adolescente lucha contra pensamientos suicidas. Muchas familias entregan armas a familiares (siempre que su hijo no vaya a la casa de ese familiar), a otras personas de confianza, a las autoridades o a tiendas de armas para ayudar a proteger a su hijo adolescente durante un momento vulnerable.
El almacenamiento seguro en el hogar es la segunda mejor opción. Bloquear y descargar todas las armas, con las municiones almacenadas bajo llave en un espacio separado, reduce el riesgo de tragedia. Pero solo ayuda si su hijo adolescente no sabe la combinación de la cerradura o dónde está escondida la llave. Otra opción es desmontar las armas y guardar los componentes por separado y bajo llave.
Medicamentos y otros riesgos
Por supuesto que las armas de fuego no son el único medio de suicidio que su hijo podría buscar. Los medicamentos recetados y de venta libre pueden representar peligros durante una crisis suicida.
Mantenga los medicamentos bajo llave y, siempre que sea posible, reduzca el volumen de medicamentos disponibles. También considere comprar medicamentos de venta libre en blísteres en lugar de frascos. Esto puede ayudar a ralentizar el acceso a las pastillas.
El ahorcamiento o la asfixia son otras de las principales formas en que los adolescentes mueren por suicidio. Aunque es un desafío eliminar por completo esta posibilidad, asegure las cuerdas, cinturones, cordones o bolsas de plástico para que los adolescentes no tengan acceso.
Otras herramientas y sustancias potencialmente letales que debería considerar guardar bajo llave incluyen:
Alcohol
Drogas ilícitas
Limpiadores domésticos y otros productos venenosos
Productos enlatados para espolvorear
Inhaladores
Anticongelantes
Cuchillos, navajas u otras armas
El trabajo de retirar o guardar bajo llave estos objetos y sustancias podría parecer desalentador. Pero recuerde que la seguridad de su hijo está en juego.
Los intentos de suicidio suelen ser
impulsivos y un momento de crisis puede agravarse muy rápidamente. Es fundamental asegurarse de que su hijo adolescente no pueda poner sus manos en medios letales en el momento equivocado.
8. Cuando su hijo comience el tratamiento, concéntrese en crear esperanza
El equipo de atención de su hijo probablemente recomendará una combinación de medidas para reducir los síntomas de salud mental y los pensamientos suicidas. Los medicamentos, la psicoterapia y las técnicas para reducir el estrés, como el yoga, la meditación o llevar un diario personal, pueden ser parte del plan.
Proporcione tranquilidad realista a su hijo a lo largo del camino. Recuérdele a él (y a usted mismo) que los tiempos difíciles no duran para siempre. Las personas se sienten mejor cuando reciben tratamiento y apoyo eficaces.
Si su hijo expresa sentimientos de estigma o vergüenza, puede recordarle que 1 de cada 5 personas tiene síntomas de salud mental en algún momento de su vida. La salud mental es parte de la salud total y buscar ayuda es una señal de respeto por uno mismo y madurez.
9. Anímelo a ver a familiares y amigos y esté atento a las redes sociales
Es posible que su hijo se sienta reacio a pasar tiempo con otras personas. Sin embargo, puede explicarle que el apoyo social, cuando esté preparado, puede ayudarlo a sentirse mejor.
Aunque al principio podría necesitar más tiempo de tranquilidad, será útil alentarlo de a poco para que pase el rato con familiares, amigos y vecinos. Evite luchas de poder en torno a eventos o invitaciones específicas, ya que su objetivo es respetar las necesidades de su hijo y minimizar el estrés.
Las redes sociales podrían ser la forma principal en que algunos adolescentes interactúan con sus amigos. Puede ser un punto de conexión y apoyo, pero al mismo tiempo, las redes sociales pueden ser una fuente de acoso y desencadenantes. Fomente un diálogo abierto sobre el uso de las redes sociales y pregunte cómo se siente su adolescente después de usar las redes sociales. Considere realizar un
Plan de consumo de pantallas para la familia.
10. Fomentar el sueño y el ejercicio
Los cambios en el sueño pueden ser señales de advertencia antes de pensamientos suicidas. Además, el sueño es importante para la salud mental básica. Fomente
hábitos de sueño saludables.
La actividad física alivia los síntomas de salud mental y respalda el plan de bienestar de su hijo. Ya sea salir
al aire libre para realizar una caminata diaria, hacer ejercicio en el gimnasio, una clase de ejercicios en línea o cualquier otra cosa, el ejercicio:
Elevará el estado de ánimo de su hijo adolescente al estimular la producción de endorfinas (sustancias naturales en el cerebro y el cuerpo que ayudan a equilibrar el estrés y controlar el dolor).
Apoyará niveles más altos de serotonina, otra sustancia del cerebro y el cuerpo que conduce a estados de ánimo positivos y a un sueño reparador.
Ofrézcase a acompañarlo a caminar, a andar en bicicleta o a ir al gimnasio. Los expertos recomiendan 60 minutos de actividad física al día para los adolescentes. Está bien volver a realizar cualquier tipo de ejercicio. Lo más importante es que su hijo adolescente disfrute de esta actividad y se sienta motivado para realizarla con regularidad.
11. Fomente el equilibrio, la moderación y el autocuidado
Los adolescentes en crisis necesitan ser buenos consigo mismos. Esto significa adoptar un ritmo realista y evitar experiencias que puedan resultar abrumadoras.
Asegúrele a su hijo adolescente que el
cuidado personal nunca es un signo de debilidad. Todo lo que hacemos en la vida se ve afectado por nuestra salud. Por eso, darnos tiempo para sanar es fundamental. Las tareas grandes se pueden dividir en otras más pequeñas y manejables y, gradualmente, a medida que la confianza y la fuerza de su hijo crezcan, se sentirá listo para asumir más.
Desarrollar resiliencia y habilidades saludables para afrontar situaciones difíciles
Los padres y cuidadores cuentan con herramientas poderosas que pueden ayudar a equipar a los niños y adolescentes con habilidades que los ayuden a prosperar durante momentos difíciles. Conozca los
cuatro pilares fundamentales del desarrollo mental y emocional saludable y las formas de apoyarlos.
12. Recuérdense unos a otros que esto llevará tiempo
Usted y su hijo se beneficiarán al saber que el progreso llegará a su propio ritmo. Podría haber contratiempos; también son parte del proceso.
Anime a su hijo a ser paciente y perdonarse a sí mismo. Ha pasado por muchas cosas, pero con la atención y el apoyo adecuados, ambos verán una mejora.
Recuerde
Si su hijo está considerando suicidarse, llame o envíe un mensaje de texto al
988 o chatee en español en
988lifeline.org de inmediato. La línea de ayuda brinda apoyo gratuito y confidencial las 24 horas del día, los 7 días de la semana para personas en peligro, prevención y recursos de crisis para usted o sus seres queridos.
Pregúntele al equipo de atención de su adolescente sobre otros recursos que debería conocer.
La Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (en inglés) y la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio tienen información muy buena.
Los padres de niños LGBTQ2S+ pueden visitar el sitio web
Trevor Project (en inglés) para obtener recursos específicos. Los padres y adolescentes que enfrentan estrés racial pueden beneficiarse de
estas estrategias y herramientas (en inglés) que ofrece la Asociación Americana de Psicología.
También puede visitar el
Plan para la prevención del suicidio juvenil (en inglés) de la American Academy of Pediatrics para obtener información sobre formas de prevenir el suicidio en su comunidad o escuela.
Más información
Acerca del Dr. Sigel
Eric J. Sigel, MD, FAAP, se especializa en medicina para adolescentes en Children's Hospital Colorado. El Dr. Sigel es miembro del Comité sobre Adolescencia de la American Academy of Pediatrics (AAP), del Subcomité del Consejo sobre Prevención de Lesiones, Violencia y Envenenamientos y de Prevención de la Violencia.
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Acerca de la Dra. Rahmandar
Maria Rahmandar, MD, FAAP, es pediatra certificada por la junta y médica especializada en medicina adolescente. Se desempeña como directora médica del
Programa de prevención del consumo de sustancias en Lurie Children's Hospital of Chicago y es profesora asociada en Feinberg School of Medicine de Northwestern University. Dentro de la AAP, la Dra. Rahmandar forma parte del Consejo de Adolescentes y Adultos Jóvenes y cofacilita colaboraciones de aprendizaje sobre el suicidio y la salud mental.
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