Aunque el estrés es parte de la vida y del crecimiento, usted debe hacer algo cuando percibe que el estrés está afectando el bienestar físico o psicológico de su niño.
Aquí presentamos algunas señales que pueden indicar que el estrés está causando un efecto negativo:
Su niño desarrolla síntomas físicos tales como dolores de cabeza o dolores de estómago.
El niño parece inquieto, cansado y agitado.
Se le ve deprimido y reservado y no dice como se siente.
Se pone de mal humor (irritable) es negativo y muestra poco interés o gusto por sus actividades.
Demuestra menos interés en una actividad que era de mucha importancia para él o ella y prefiere quedarse en casa.
Sus calificaciones en la escuela están desmejorando y tiene menos interés de lo normal por asistir a las clases o hacer las tareas.
Muestra comportamientos antisociales, tales y como, mentir y robar, se le olvida o rehúsa hacer sus labores, y parece que ahora depende mucho más de usted que antes.