La cooperación de los padres es vital para el éxito del tratamiento. Debe comunicarse regularmente con el terapeuta para saber cuál ha sido el progreso que se ha logrado. Si usted y su joven acaban de empezar este camino, tome en cuenta que el pronóstico generalmente es brillante. Una gran cantidad que va del 60 al 80 por ciento de los pacientes con trastornos graves como esquizofrenia, depresión mayor y trastornos bipolares demuestran una respuesta positiva al tratamiento.
Terapia del habla
La terapia del habla de uno a uno más ampliamente practicado para niños es tanto un tratamiento cognoscitivo como de comportamiento. Ambos están orientados a resultados, intervenciones a corto plazo, consistentes de cualquiera de las diez hasta las treinta y cinco sesiones. Muchas veces los dos métodos están combinados en la terapia cognoscitiva-conductual.
Brevemente, la terapia cognoscitiva busca liberar a los pacientes de los patrones de pensamiento negativo que, con frecuencia, los deprime cuando se sienten tristes, como la tendencia a sobre generalizar (“¡No puedo hacer nada bien!”) o hacer una tormenta en un vaso de agua (“Mi nuevo permanente se ve ¡horrible! ¡No voy a permitir que nadie me vea hasta que crezca!”) o ver cada experiencia triste como una prueba de una conspiración predeterminada para frustrar su placer de la vida (“¡Nada bueno me pasa jamás a mi!”). No es tan sencillo como motivar a los jóvenes a “¡pensar positivo!” De hecho, los estudios demuestran que el poder del pensamiento positivo es una débil arma contra la depresión. La terapia cognoscitiva enseña a los pacientes a no vivir en la negatividad y ejercitar el control mental sobre cómo se perciben las situaciones.
La meta de la terapia conductual es “desaprender” las actitudes y comportamiento autodestructores. Con los jóvenes, la modificación del comportamiento con frecuencia incorpora un sistema de recompensas, como las estrellas de oro en la escuela. Con los adolescentes y adultos, los comportamientos deseables se refuerzan a través de la mejora general en el punto de vista mental del paciente.
La terapia cognoscitiva-conductual puede incluir enseñanza de habilidades sociales, ya que los jóvenes que son ansiosos o deprimidos, con frecuencia se sienten incómodos ante situaciones sociales. Probablemente no son lo ineptos que ellos se consideran a sí mismos, pero su auto consciencia obstaculiza el hacer contacto visual, iniciar conversaciones y otras situaciones. La enseñanza de socializacion les permite practicar para tener más confianza en sí mismos, ser más accesible y comunicarse mejor.
La terapia individual generalmente se complementa por medio de la consejería familiary posiblemente la terapia de grupo. El Dr. Pratt, director de pediatría de desarrollo y conductual en el Centro Kalamazoo para estudios médicos de la Universidad estatal de Michigan, recomienda enfáticamente una combinación de los tres.
“La familia completa siempre debe tratarse junto con el niño”, enfatiza. “El niño en terapia obviamente no puede manejar por lo que está pasando en su ambiente, y ese ambiente incluye la casa y la escuela”. En la terapia familiar, el consejero guía a los miembros para que afloren sus sentimientos y les ayuda a trabajar para resolver los conflictos en el hogar.
La terapia de grupo, donde asisten de cinco a diez niños y es manejado por un consejero capacitado, proporciona oportunidades para aprender con y entre sí. Los jóvenes se dan cuenta que no están solos. Lo que es más, algunas veces al examinar los modelos de comportamiento de otras personas puede ser una luz para nuestros propios problemas. El grupo actúa también como un grupo de socialización, lo que ayuda a los niños en sus habilidades sociales.
Hacer que funcione la terapia
Si se da cuenta que tiene sentimientos en conflicto sobre la terapia de inicio para su hijo, no está solo. Pero ¿por qué los padres y las madres con frecuencia ven la necesidad de un joven por tener consejería como una marca contra su competencia como padres? ¡Usted no se sentiría como un fracaso al no poder arreglar un hueso quebrado! Enfrentar un problema grave también requiere de la ayuda profesional y debería sentirse orgullo de tener la valentía de enfrentarse a este.