Por Yvonne A. Maldonado, MD, FAAP
La poliomielitis o polio es causada por un virus que afecta a los bebés y niños pequeños con más frecuencia que a otros grupos etarios. La mayoría de los casos de poliomielitis son leves. En casos muy poco frecuentes, la infección por poliomielitis también puede ser mucho más grave y causar parálisis. La poliomielitis paralítica provoca la parálisis de los músculos, por lo que algunas personas quedan con discapacidades físicas para el resto de su vida.
Poliomielitis: historia de éxito de la vacuna
Antes de la
vacuna antipoliomielítica, los casos generalizados de poliomielitis paralítica en los Estados Unidos hacían que muchos padres se preocuparan acerca de permitir que sus hijos se bañaran en piscinas públicas o se reunieran en los cines del barrio.
Desde mediados de la década de 1950, las vacunas antipoliomielíticas han provocado un descenso drástico de casos, con una disminución de más del 99% de los casos de poliomielitis en todo el mundo. El tipo "natural" o "salvaje" de poliovirus que infectaba a los niños hace décadas ha sido erradicado de los Estados Unidos y de gran parte del resto del mundo.
Durante el principio la pandemia de COVID-19, muchos niños se atrasaron en la aplicación de las vacunas recomendadas y corren riesgo de contraer enfermedades que se pueden prevenir mediante vacunas. La American Academy of Pediatrics y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan la
vacuna antipoliomielítica y el resto de las vacunas de rutina de la infancia, con el fin de evitar que las enfermedades que se pueden prevenir mediante vacunas retornen a los Estados Unidos.
Soy una sobreviviente de la polio. No quiero que la contraigas.
En julio de 2022, una persona de 20 años no vacunada en
Nueva York fue diagnosticada con poliomielitis paralizante, una enfermedad casi erradicada. Muchos se preguntan, "¿Cómo pudo haber ocurrido esto?" Para sobrevivientes de la polio como yo, solo era cuestión de "cuándo", no de "cómo".
En 2020, miles de personas, incluidos políticos, "expertos" en salud y el público en general, compartieron
información errónea sobre las vacunas contra el COVID. Estas personas no parecen tener en cuenta los riesgos de sus acciones con respecto a la salud propia y la de su comunidad a largo plazo.
Olvidan a personas como yo y a otros que sobrevivieron a enfermedades que podrían haberse prevenido con vacunas en el pasado.
Contraje polio en 1992 en India cuando tenía menos de un año de edad. Poco después, una familia fenomenal y solidaria me adoptó y crecí en Saint Louis. Incluso con el excelente seguro médico de mi familia y el acceso a atención médica de primer nivel, la polio no es un camino fácil.
Una de cada 200 infecciones de polio son paralizantes; la mía fue una de ellas.
Sorprendentemente, la parálisis y el soporte para la pierna son los efectos secundarios menos molestos. Las consecuencias neurológicas a largo plazo del
síndrome pospoliomielítico son posiblemente peores. El síndrome pospoliomielítico es el debilitamiento adicional de los músculos que podrían o no haber sido afectados durante la infección inicial de polio. Ocurre de 15 a 40 años después en un 25% a 40% de los sobrevivientes de la polio. Si alguien ha tenido poliomielitis paralizante, es más probable que se vea afectado por el síndrome pospoliomielítico.
¿Cuáles son los efectos secundarios silenciosos de una enfermedad que fue olvidada hace mucho? Personalmente, la sensación constante de frío es realmente lo peor. El poliovirus
afecta al hipotálamo, lo que dificulta la regulación de la temperatura corporal. Pregunte a cualquier sobreviviente de la polio y le diremos que siempre tenemos frío; nuestros pies tienen un tono azul-violáceo. Percibimos la temperatura del aire aproximadamente 20 grados más fría. Una habitación a 70 grados se sentirá como si estuviera a 50 grados. Siempre me verán con una chaqueta puesta o debajo de tres mantas.
La fatiga crónica es otro obstáculo en nuestras vidas. Describo la polio como vivir con un 20% de batería y estar siempre cansada. Los músculos no afectados por la polio se tensan, haciendo que nuestros cuerpos se agoten aún más.
Es posible que las personas no se den cuenta de que la polio afecta a todos los sistemas del cuerpo, no solo a los pulmones o a una pierna paralizada. Las familias no tienen en cuenta la realidad cotidiana de la discapacidad ni de la logística y planificación necesarias para seguir funcionando en un mundo que no está hecho para las discapacidades.
En 2005, comencé a abogar contra la polio en Shriners Hospital para prevenir que otros niños se enfermen. Desde entonces, he dado charlas ante grupos (tales como Rotary, St. Louis Cardinals, equipos de fútbol americano de la NFL y colegios) y (mi favorita de las charlas en público) ¡en un concierto de la Orquesta Trans-Siberiana! Sin embargo, la desinformación sobre las vacunas de rutina ahora amenaza el progreso logrado durante toda mi vida.
La desinformación es la razón por la que una persona de 20 años fue diagnosticada con polio en 2022. La desinformación es la razón por la cual cientos de miles de personas murieron innecesariamente a causa del COVID en lugar de ser vacunadas. Y mientras la desinformación no sea controlada,
enfermedades prevenibles por vacunas como la polio seguirán siendo prevalentes y la historia podría repetirse.
Grace R. es una sobreviviente de la polio y defensora de las vacunas, de Illinois. Su historia se publicó originalmente en el blog Voices for Vaccines ("Voces por las Vacunas"-en inglés).
¿Cómo se propaga la poliomielitis?
La poliomielitis se puede propagar a otras personas a través del contacto con las heces (popó) de una persona infectada o con las gotitas producidas por un estornudo o al toser. Se transmite por contacto con la materia fecal (heces o popó) en un plazo de una a dos semanas después de que una persona se infecte con poliomielitis. Una persona que recibe en las manos heces o gotitas de una persona infectada se infectará si se toca la boca. Los niños que no están vacunados pueden infectarse si se llevan a la boca juguetes u otros objetos que tengan heces o gotitas.
Una persona infectada puede transmitir el poliovirus a otras personas antes de que tenga síntomas. El virus puede vivir en las heces de una persona infectada durante semanas. Las personas pueden contaminar los alimentos y el agua si los tocan con las manos sin lavar.
Es difícil detectar la poliomielitis o evitar su propagación. Los niños que no están vacunados corren riesgos.
¿Cuáles son los síntomas de la poliomielitis?
La mayoría de las personas infectadas con poliomielitis no presentan síntomas. En casos poco frecuentes, la poliomielitis puede causar parálisis en los brazos y las piernas o la muerte si se paralizan los músculos que intervienen en la respiración.
Los síntomas pueden comenzar con fiebre baja y dolor de garganta entre 6 y 20 días después de la exposición al virus. Los niños también pueden sentir dolor o rigidez en la espalda, el cuello y las piernas durante un breve período. La parálisis provoca dolor muscular fuerte.
Una persona es más contagiosa entre 7 y 10 días antes de que aparezcan los síntomas y puede infectar a otras personas durante otros 7 a 10 días.
¿Existe una cura para la poliomielitis?
No existe ningún tratamiento disponible para la poliomielitis. Algunos niños se recuperan de la poliomielitis por completo, pero otros quedan discapacitados de por vida o pueden morir a causa de la enfermedad.
La mejor protección es la vacuna antipoliomielítica. En los Estados Unidos, la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV, por sus siglas en inglés) es la única vacuna recomendada. Los trabajadores de la salud capacitados administran la IPV en forma de vacuna (inyección).
Los niños deben recibir cuatro dosis de la vacuna inactivada contra la poliomielitis (IPV): a los 2 meses, a los 4 meses, entre los 6 meses y los 18 meses, y entre los 4 y los 6 años. Si su familia tiene previsto
viajar a un país en el que el riesgo de contraer esta enfermedad sea mayor, hable con su pediatra antes del viaje.
Por qué se recomienda la vacuna antipoliomielítica inactivada
Algunos países siguen suministrando vacunas de poliovirus vivos de administración oral (OPV, por sus siglas en inglés), que no se administran en los Estados Unidos desde 1999. La vacuna OPV no es una inyección, sino que se administra por vía oral. Toda persona que reciba la vacuna OPV y esté expuesta al poliovirus aún puede infectarse; si se vacuna, está protegida contra el desarrollo de los síntomas, incluida la parálisis. Sin embargo, puede propagar el virus a otras personas, incluidas las que no están vacunadas. Por eso es importante que todos los niños continúen recibiendo las vacunas antipoliomielíticas.
Informe de un caso de poliomielitis en los Estados Unidos
En julio de 2022, se informó de un caso de poliomielitis paralítica en Nueva York por la
vacuna de poliovirus de administración oral (OPV) de un adulto que aparentemente no estaba vacunado. Este fue el primer caso en los Estados Unidos en casi 10 años.
La mayoría de las personas en los Estados Unidos han sido vacunadas contra la poliomielitis y corren un riesgo muy bajo de contraer la infección por poliomielitis y sufrir parálisis. Las personas que no han sido vacunadas o que no han recibido todas las dosis de la vacuna antipoliomielítica corren mayor riesgo si se exponen a alguien infectado por poliomielitis o a alguien que haya recibido la vacuna antipoliomielítica administrada por vía oral.
Más información
Acerca de la Dra. Maldonado
Yvonne (Bonnie) Maldonado, MD, FAAP, es decana asociada sénior de la Oficina de Desarrollo Docente y Diversidad y profesora dotada Taube de Salud Global y Enfermedades Infecciosas; profesora de Pediatría y de Epidemiología y Salud de la Población; presidenta de la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en Stanford University School of Medicine, directora médica de Prevención y Control de Infecciones, y médica tratante en Lucile Packard Children's Hospital de Stanford University.
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