Cada deporte tiene su nivel de riesgo. Además del
fútbol americano, las conmociones cerebrales son comunes en otros jóvenes y en otros deportes practicados en la preparatoria, incluyendo al
fútbol (soccer), lacrosse,
baloncesto, hockey y en coreografía deportiva (porristas).
No todas las conmociones cerebrales se pueden prevenir, pero muchas se pueden evitar. Los atletas deben de aprender las técnicas para jugar de una forma segura y a seguir las reglas del juego. Reducir el tiempo para prácticas que pueden ocasionar choques puede disminuir las oportunidades de sufrir conmociones cerebrales. Y lo que es más importante, todos los atletas deben entender que es crucial hacerle saber al entrenador, entrenador técnico o padre si han recibido un golpe en la cabeza o si tienen los síntomas de una lesión en la cabeza, aunque esto implique dejar de jugar.
Enséñele a su niño a no ignorar una lesión de la cabeza, no importa que tan leve sea. Si él o ella muestra uno o más de los síntomas de una conmoción cerebral indicados a continuación, o si usted mismo nota los síntomas, sáquelo del juego y contacte a su médico de cabecera tan pronto como sea posible.
La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda lo siguiente para entender mejor los síntomas de una conmoción cerebral y el riesgo de complicaciones a largo plazo:
Todos los atletas de los que se sospecha han sufrido conmociones cerebrales no deben regresar al juego hasta que no tengan los síntomas de la conmoción y hayan completado el proceso para el regreso al juego. Este puede requerir una nota por escrita del médico en la mayoría de los estados Un médico puede confirmar el diagnóstico de una conmoción, y decidir cuándo puede el atleta regresar al juego.
Los atletas deben reducir el nivel de esfuerzo físico y la cantidad de trabajo (labores) cognitivas mientras se encuentran en recuperación. Reducir estas actividades por un tiempo muy prolongado puede afectar negativamente la recuperación.
Los síntomas de una conmoción cerebral por lo general se resuelven en 4 semanas para la mayoría de los pacientes.
No hay evidencia que prueba la eficacia o seguridad de ningún medicamento o suplementos para tratar una conmoción cerebral o facilitar su mejoría.
El retiro por completo de deportes de contacto o choque es una decisión individual y puede resultar beneficioso consultar con un médico que tenga experiencia en este tipo de decisiones después de sufrir una conmoción cerebral.
Definitivamente, los peligros de la inactividad sobrepasan los riesgos de practicar los deportes. Fuera de divertirse y permanecer activo, practicar un deporte le puede ayudar a su niño a adquirir aptitudes de liderazgo, confianza en sí mismo, habilidad para trabajar en grupo y manejar el éxito y enfrentar los fracasos. Además, cuando los niños practican un deporte disfrutan más el ejercicio y es más probable que establezcan el hábito del ejercicio para toda la vida.
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