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Problemas de salud

VIH en niños y adolescentes

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​Por Katherine Hsu, MD, MPH, FAAP y Natella Rakhmanina, MD, PhD, FAAP

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), puede afectar a cualquier persona. Esto incluye bebés, niños y adolescentes.

Desde que el VIH se convirtió por primera vez en una epidemia en la década de 1980, se han producido importantes avances en el tratamiento y las tasas de supervivencia. Pero la infección por el VIH que no se trata puede convertirse en SIDA, lo que finalmente conduce a enfermedades graves y la muerte.

Adolescentes y VIH

Se estima que el 21 % de todas las nuevas infecciones por el VIH en los Estados Unidos ocurren en adolescentes y adultos jóvenes. Sin embargo, la mayoría de los jóvenes de 13 a 24 años sexualmente activos muchas veces no se dan cuenta de que corren el riesgo de contraer el VIH, por lo que no se hacen la prueba. De hecho, este grupo de edad tiene más probabilidades que cualquier otro de tener VIH sin diagnosticar.

Incluso cuando se los diagnostica, los adolescentes y adultos jóvenes tienen menos probabilidades que otras personas de recibir tratamiento. Y, debido a que este grupo de edad también tiene tasas más bajas de supresión viral (cuando el tratamiento logra que el virus esté en un nivel indetectable), es menos probable que se mantengan saludables. Todos estos factores aumentan el riesgo de transmitir el VIH a otras personas.

¿Cómo se transmite el VIH?

La mayoría de las veces, el VIH se transmite durante las relaciones sexuales a través de fluidos corporales como el semen y los fluidos vaginales. También se puede transmitir mediante el consumo de drogas por vía intravenosa. La sangre, los productos sanguíneos, las agujas u otros instrumentos punzantes contaminados con fluidos corporales o sangre infectados también pueden transmitir el VIH. Los bebés y los niños suelen contraer la infección por el VIH de una madre biológica infectada.

El virus no se puede transmitir a través de ninguna de las siguientes interacciones con una persona VIH positiva:

  • Abrazarse o sentarse a su lado

  • Darles la mano

  • Jugar con sus juguetes

  • Comer alimentos preparados por ellos

La transmisión del VIH en escuelas o guarderías tampoco ha ocurrido.

Signos y síntomas del VIH

El VIH es una infección que dura toda la vida. Pero es posible que los síntomas no aparezcan durante muchos meses o años después de contraer el virus. De hecho, el tiempo promedio desde que se contrae el virus hasta que se desarrollan los signos del SIDA en adolescentes y adultos es de 10 a 11 años. Esto significa que los adolescentes y adultos jóvenes pueden no saber que están infectados y pueden transmitir el VIH a otras personas.

Cuando las personas se infectan con el VIH, el virus ataca su sistema inmunitario. Los signos y síntomas pueden incluir:

  • Ganglios linfáticos inflamados

  • Diarrea recurrente

  • Infecciones menores de la piel

  • Infecciones fúngicas persistentes en la boca (aftas)

  • Falta de aumento de peso o de crecimiento en altura a un ritmo normal

  • Agrandamiento del hígado y del bazo

A medida que el sistema inmunitario continúa debilitándose, pueden desarrollarse infecciones y tipos de cáncer relacionados con el SIDA.

¿Cómo se diagnostica el VIH?

Por lo general, para diagnosticar la infección por VIH se utiliza sangre o fluidos orales. Hay tres tipos de pruebas disponibles:

  • Prueba de ácido nucleico (NAT): esta prueba utiliza sangre para verificar cuánto virus hay en el cuerpo.

  • Prueba de antígenos/anticuerpos: los antígenos son sustancias extrañas (tales como virus, bacterias o polen) que hacen que su sistema inmunitario reaccione. Cuando usted está expuesto a un virus como el VIH, su sistema inmunitario produce anticuerpos para combatirlo. En el caso del VIH, el antígeno específico se llama p24. Aparece incluso antes de que lo hagan los anticuerpos. Este análisis de sangre busca tanto los anticuerpos contra el VIH como el p24.

  • Prueba de anticuerpos: esta prueba utiliza fluidos orales o sangre para buscar anticuerpos contra el VIH. Las pruebas de autodiagnóstico y la mayoría de las pruebas rápidas del VIH son pruebas de anticuerpos.

Pruebas de detección del VIH para todos los adolescentes

Se recomienda que todos los adolescentes de 13 años en adelante se hagan al menos una prueba de detección del VIH de rutina. Después de la primera prueba, los adolescentes que son sexualmente activos deben hacerse la prueba de detección del VIH al menos una vez al año. Si corren un riesgo alto, es posible que incluso deban hacerse pruebas cada 3 a 6 meses y pueden recibir asesoramiento de su pediatra acerca de los riesgos.

A los adolescentes con alto riesgo de contraer VIH se les pueden recetar medicamentos denominados de profilaxis previa a la exposición (PrEP) para prevenir el VIH. La PrEP puede ser una píldora que se toma una vez por día o una inyección que se administra cada 8 semanas. Entre las personas de alto riesgo se incluyen hombres que tienen contacto sexual con otros hombres; consumidores de drogas inyectables, jóvenes transgénero; jóvenes de ambos sexos que tienen parejas sexuales infectadas por el VIH o que son consumidores de drogas inyectables; jóvenes que intercambian sexo por drogas o dinero; o adolescentes que han tenido un diagnóstico de otras ITS o que solicitan la prueba para otras ITS.

¿Qué sucede si la prueba es positiva?

Si su hijo adolescente da positivo en la prueba del VIH, debe recibir atención médica de inmediato y debe considerar informar a sus parejas sexuales. Para obtener ayuda con esto, comuníquese con su departamento de salud pública local o estatal. Deben tener un programa confidencial de Servicios de Notificación a Parejas de algún tipo que pueda notificar a las parejas anteriores y actuales de su hijo adolescente sin revelar la identidad del adolescente.

Tenga en cuenta que, en algunos estados, la ley exige que se les informe a las parejas sexuales o a las parejas con las que se comparten agujas que usted tiene el VIH. Puede consultar las leyes relacionadas con el VIH de su estado en The Center for HIV Law and Policy (en inglés).

¿Cómo se trata el VIH?

Los médicos usan una combinación de varios fármacos antirretrovirales para tratar a las personas con VIH, incluidos bebés, niños y adolescentes. Estos medicamentos reducen los niveles de VIH en la sangre a niveles indetectables y previenen la transmisión del virus a otras personas a través del contacto sexual.

Seguir el tratamiento

Es importante que su hijo tome sus medicamentos contra el VIH todos los días, exactamente como se los recetaron. Esto previene el desarrollo de resistencia del VIH y las infecciones asociadas y ayuda a que el sistema inmunitario de su hijo se mantenga fuerte y saludable. Si su hijo tiene dificultades para seguir su tratamiento, asegúrese de hablar con su médico. Puede ayudarlo a identificar los problemas y elaborar un nuevo plan para ayudarlo a que sea más fácil.

Es posible que su hijo adolescente haya estado expuesto al VIH tras mantener relaciones sexuales, compartir agujas o sufrir violencia sexual. En estos casos, su médico considerará administrar a su hijo profilaxis posterior a la exposición (PEP) con medicamentos que actúan contra el VIH. Si la PEP comienza dentro de las 72 horas posteriores a la exposición, es extremadamente eficaz para prevenir el VIH.

En el caso de los adolescentes con alto riesgo de contraer VIH, su médico también puede recetar un medicamento de PrEP que puede prevenir el contagio del VIH.

¿Cuál es el pronóstico para los niños y adolescentes con VIH?

La infección por VIH es una enfermedad grave, de por vida y que no tiene una cura eficaz, pero sí tratamientos muy eficaces. Cuando no se diagnostica o los medicamentos contra el VIH no se toman regularmente, las personas son más vulnerables a desarrollar enfermedades graves. Pero la buena noticia es que los niños y adolescentes con VIH pueden esperar vivir una vida larga y plena siempre que tomen sus medicamentos según las indicaciones.

Cómo prevenir la transmisión del VIH

Adolescentes

En 2019, el 27 % de los estudiantes de secundaria informaron haber mantenido relaciones sexuales. En el 12.º grado, esta cifra aumentó al 37 %. Pero solo el 54 % de los estudiantes de secundaria sexualmente activos dijeron que habían usado preservativos durante su último encuentro sexual.

Si su hijo adolescente es sexualmente activo, debe practicar sexo seguro. Esto significa usar un preservativo durante CADA experiencia sexual. Incluso cuando las personas infectadas por el VIH no tienen síntomas, aún pueden transmitir el virus a otras personas.

La PrEP es una opción si su hijo adolescente está en riesgo de contraer el VIH. La PrEP significa tomar medicamentos para prevenir contraer el VIH. Cuando se toma según lo recetado, la PrEP reduce el riesgo de contraer el VIH en alrededor de un 99 %.

Mujeres embarazadas y bebés

Los medicamentos que funcionan contra el VIH ayudan a una mujer embarazada con VIH a prevenir la transmisión del virus a su bebé. Estos medicamentos también mantienen saludable a la futura madre.

Si usted tiene VIH, se tratará a su recién nacido con medicamentos que actúan contra el VIH durante al menos unas semanas, hasta que se determine si el bebé se contagió o no.

La leche materna puede transmitir el VIH a su bebé. Sin embargo, el riesgo es muy bajo si recibe tratamiento y no tiene virus de VIH detectable en la sangre. Las madres con VIH deben consultar a los profesionales de la salud para que las ayuden a decidir la mejor forma de alimentar a su bebé. Cuando su bebé comience a comer alimentos sólidos, no mastique previamente la comida del bebé para evitar transmitirle el virus.

Recuerde

Hable son su pediatra si tiene alguna pregunta sobre el VIH y cómo mantenerse saludable.

Más información

Acerca de la Dra. Hsu

Katherine Hsu, MD, MPH, FAAPKatherine Hsu, MD, MPH, FAAP, es directora médica de la División de Prevención de ETS y Vigilancia del VIH/SIDA, del Departamento de Salud Pública de Massachusetts, y directora de Ratelle STD/HIV Prevention Training Center, un centro de capacitación clínica sobre ETS financiado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. También es profesora de Pediatría en la Facultad de Medicina de Boston University y médica tratante de enfermedades infecciosas pediátricas de Boston University Medical Center. La Dra. Hsu cuenta con certificaciones de la junta en las áreas de Pediatría y Enfermedades Infecciosas Pediátricas, y es miembro de la Academia Americana de Pediatría.

Acerca de la Dra. Rakhmanina

Natella Rakhmanina, MD, PhD, FAAPNatella Rakhmanina, MD, PhD, FAAP es profesora de Pediatría en George Washington University y se desempeña como directora del programa de VIH en Children's National Hospital en Washington, DC. Durante más de 20 años ha brindado atención clínica a bebés, niños y adolescentes infectados por el VIH, y continúa su práctica tratando a pacientes pediátricos y adolescentes. Cuenta con certificación en medicina del VIH y es investigadora principal de estudios sobre el VIH en niños y adolescentes financiados por los NIH, los CDC y la industria. Como asesora técnica sénior en Elizabeth Glaser Pediatrics AIDS Foundation, dirige varios proyectos sobre el tratamiento del VIH en niños y adolescentes en países del África subsahariana. La Dra. Rakhmanina es presidente del Comité de SIDA Pediátrico de la American Academy of Pediatrics y es miembro del Panel del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. sobre las pautas de manejo y terapia antirretroviral pediátrica en la Oficina del Consejo Asesor para la Investigación del SIDA de los Institutos Nacionales de Salud.


Nota del editor: Lisa Abuogi, MD, MS, FAAP, Lawrence Noble, MD, FAAP, FABM y Christiana Smith, MD, FAAP, también contribuyeron a este artículo.

Última actualización
6/5/2024
Fuente
American Academy of Pediatrics Committee on Pediatric AIDS (Copyright © 2024)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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