Comprenderse a sí mismo como padre empieza al analizar a su propia familia mientras usted crecía. Los padres con frecuencia reacciona ante las experiencias de su propia infancia al intentar reproducirlas o al tratar de no cometer los mismos errores. De cualquier forma, es importante saber de donde vino para planificar hacia donde va.
Empecemos al examinar su propia infancia y la relación que ha tenido con la comida y el peso corporal. Al responder estas preguntas a conciencia, puede obtener una perspectiva sobre su pensamiento actual sobre el consumo de alimentos de su hijo y su obesidad. Usted (y su cónyuge o el otro padre de su hijo) deben considerar estas preguntas y revisar sus respuestas juntos. Es posible que encuentre algunas similitudes en sus antecedentes o algunas diferencias marcadas que pueden contribuir a tener conflictos o problemas en la manera en que cada uno de ustedes aborda el exceso de peso de su hijo.
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Cuando usted estaba creciendo, ¿su familia solía centrarse en los alimentos y las comidas?
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¿Qué me puede decir sobre las reuniones familiares y los días festivos?
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En los tiempos de comida, ¿había siempre mucha comida en la mesa del comedor?
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¿Sus padres ponían platos para servirse en la mesa para que usted pudiera servirse solo una segunda vez y elegir el tamaño de su propia porción?
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¿Con frecuencia se servía una segunda vez?
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¿Sus padres usualmente insistían en que se comiera todo lo que había en su plato, incluso cuando ya no tenía hambre?
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¿Tenía sobrepeso cuando era niño?
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Si la respuesta es “sí”, ¿considera que su exceso de peso cambió su vida de una manera importante? Si es así, ¿de qué manera?
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¿Con frecuencia intentaba perder peso cuando era niño?
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¿Tenía éxito en estos esfuerzos?
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¿Era esto alguna vez fuente de conflicto entre usted y sus padres?
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¿Su padre y su madre tenían sobrepeso?
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¿Sus abuelos tenían sobrepeso?
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De niño, ¿se preocupaba mucho con pensamientos de comida durante el día?
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¿Comía en secreto para que sus padres y otros miembros de la familia no supieran cuánto comía?
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Si la respuesta es “sí”, ¿con qué frecuencia comía así (por ejemplo, diariamente, semanalmente)?
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Durante su infancia, sus padres usaban los alimentos como
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¿Una recompensa?
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¿Un soborno?
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¿Una fuente de consuelo?
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¿Tenía actividad física con regularidad cuando era niño?
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¿En la escuela?
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¿Fuera de la escuela?
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En deportes juveniles (por ejemplo, fútbol, la pequeña liga de béisbol)?
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¿En qué tipos de actividades participaba?
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¿Su familia participaba en actividades físicas juntos?
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¿Qué tipos de actividades físicas hacían como familia?
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Si pudiera cambiar algo sobre su infancia (en lo que respecta a los temas que mencionamos aquí), ¿qué cambiaría?
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¿Cómo cree que las experiencias de su infancia con los alimentos y la actividad física tuvieron influencia en la manera en que usted cría a sus hijos ahora?
¿Algunas de estas preguntas le afectaron? Por ejemplo, en muchas culturas la comida es una parte muy importante de la vida familiar. Cuando las familias extendidas se reúnen, mucha de la atención parece enfocarse en grandes comidas con muchas calorías, y como resultado, la medida de la cintura de todos los que están en la mesa con frecuencia sufre las consecuencias.
Por otro lado, quizás usted creció en una familia para la que el dinero era escaso y no había mucha comida para servirse una segunda vez, o algunas veces incluso para comer una vez. Estas son experiencias que permanecerán con usted durante toda la vida, y cuando usted tenga sus propios hijos, podría pensar, “Es importante que yo me asegure que mis hijos siempre tengan la comida que desean”. Mientras analiza las respuestas a estas preguntas, piense sobre el historial de salud de su familia, incluyendo si usted, su cónyuge o el otro padre de su hijo, y otros miembros de la familia han sufrido de problemas crónicos relacionados con la salud a través de los años, incluyendo enfermedad cardíaca, niveles altos de colesterol, diabetes y asma. Estos historiales médicos pueden darnos pistas sobre los riesgos de su propio hijo y deben motivarle a esforzarse para ayudar a su jovencito a manejar su propio peso, reduciendo así la probabilidad de presentar enfermedades crónicas ahora y en el futuro.
Utilice las respuestas de la hoja de trabajo N.° 1 como una ayuda para una discusión familiar y una ayuda para que todos puedan comprender lo que puede estar ocasionando algunas preocupaciones sobre el peso de su hijo y cómo intenta enfrentarlas. Quizás usted creció con padres que le decían que tenía que comerse todo lo que había en su plato, o tal vez usaban la lógica de que había “niños muriendo de hambre en China.” De adulto, usted conoce el peligro de hacer que su jovencito continúe comiendo incluso después de que ya no tiene hambre; si lo hace como una rutina, esto puede ser un golpe terrible para todos sus esfuerzos positivos para motivar la pérdida de peso. Al compartir las experiencias de su infancia, es posible que comprenda mejor algunos de los problemas que han surgido en su vida familiar en la actualidad.