Los niños con obesidad se enfrentan a muchos otros retos fuera de la presión para adelgazar. Pueden ser objetos de burlas en la escuela, muchas veces despiadadas, debido a su peso corporal. Con el paso del tiempo, esta situación pueden tener una gran carga emocional que los hace sentir aislado, avergonzados y tristes.
A algunos de estos niños finalmente les da terror ira a la escuela, y tienden a dejar de asistir a las clases. De acuerdo con la investigación, los jóvenes que son víctimas de burlas debido a su peso corporal también tienden a dejar de participar en actividades físicas en la escuela, tales como las clases de gimnasia o los deportes, con frecuencia debido a que en estos ámbitos se sienten vulnerables a ser objeto de burlas.
Una nueva declaración de política elaborada entre la American Academy of Pediatrics (AAP) y la Asociación contra la Obesidad (The Obesity Society) ofrece una guía a los pediatras y los profesionales de la salud sobre las consecuencias negativas de las burlas y el acoso a causa del peso corporal.
Cómo los padres y los niños deben responder a este tipo de acoso
Enfatice que nadie merecer ser objeto de burlas. Ya sea por su peso, color de la piel o cualquier otra razón, el acoso no es aceptable.
Comuníquelo a un adulto. Anime a su niño a hablar con un profesor o entrenador de la escuela en quien confíen.
Permanezca en un grupo. Ayúdeles a identificar por lo menos a un amigo con el que puedan caminar en los pasillos de la escuela, sentarse en la cafetería o tomar el autobús.
En lo posible, él o ella no deben reaccionar antes la provocación. Si el acosador se da cuenta de que le produce ansiedad o que comienza a llorar, las burlas serán peores. Anime a su hijo a mantener compostura, darse la vuelta, y alejarse de la situación.
Comuníquele al profesor de su niño sobre el acoso. El profesor puede interceder y ponerle fin a esta situación. Si las burlas continúan, pídale al director/rector de la escuela o al consejero escolar que intercedan. Su niño puede sentirse avergonzado y no querer hablar con ellos, pero usted no puede permitir que sigan maltratando a su niño. Muchas escuelas tienen ahora políticas contra el acoso escolar, pero a veces las burlas debido al peso corporal no se tienen en cuenta. Generalmente es mejor comunicarle al profesor y al director/rector de la escuela para que intercedan, en lugar de que usted mismo contacte al abusador o a sus padres.
Convenza a su niño para que forme un lazo más estrecho con los amigos que tiene en la escuela. Si el niño pasa tiempo con un grupo en el patio de recreo o en el comedor, es menos probable que lo señalen y sea objeto de malos tratos.
No se olvide de los computadores y los teléfonos. El acoso a causa del peso corporal también es muy prevalente en las redes sociales y puede ser devastador. Vigile la actividad de su niño en las redes sociales y tome muy en serio el acoso cibernético del que puede ser objeto su niño.
Identifique actividades fuera de la escuela en las que su niño pueda participar, donde pueda fomentar un nuevo grupo de amigos menos propensos a las burlas.
Pase tiempo con su hijo y trátelo como una persona importante. Ayude a fomentar la autoestima en su niño, demostrándole respeto y aceptación y diciéndole con frecuencia: "creo en ti".
Reafirme los puntos más fuertes y las cualidades admirables de su hijo que no tienen nada que ver con el peso corporal.
Cuando el acoso sucede en casa
Cuando evalúe las burlas de las que está siendo objeto su hijo, no pase por alto lo que puede estar pasando en su propio hogar. Lamentablemente, algunos niños son objeto de burlas por parte de sus propios hermanos. Incluso algunos padres hacen comentarios negativos sobre el peso de su hijo, con frecuencia con frases como esta, "Ya te dije lo que tienes que hacer —¿por qué no lo estás haciendo?". Si esto está sucediendo en su hogar, debe dejar de hacerlo de inmediato. Tenga una charla al respecto con su familia y establezca algunas normas razonables sobre cómo deben tratarse entre sí y apoyarse de forma positiva.
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