Las paperas son una infección viral que generalmente causan hinchazón de las glándulas salivales (las glándulas que producen los jugos digestivos en la boca). Gracias a la vacuna triple MMR (sarampión, paperas y rubéola) que se administra de los doce a los quince meses y un refuerzo a la edad de cuatro a seis años, la mayoría de los niños de hoy no tendrán nunca esta enfermedad. La importancia de las vacunas de rutina para proteger contra las paperas se hizo particularmente evidente en los años 2005 a 2006. En esa época, un turista infectado proveniente del Reino Unido trajo la enfermedad a Iowa, donde ocurrió un brote que involucró a varios cientos de personas no solo en Iowa sino también en los estados cercanos.
Si su niño no ha sido vacunado, debe saber cómo identificar las paperas y distinguirlas de otras enfermedades similares. La glándula parótida, localizada en frente del oído y arriba del ángulo de la mandíbula, es una de las más afectadas por las paperas. Sin embargo, otras glándulas salivales en y alrededor de la cara pueden estar involucradas. Aunque no todos los niños con paperas se hinchan (en los casos más leves), cualquiera que tenga el virus en su organismo puede llegar a ser inmune a él.
El virus de las paperas se transmite cuando una persona infectada (como el que venía del Reino Unido mencionado anteriormente) tose gotas que contienen el virus, hacia el aire o hacia sus manos. Un niño que se encuentre cerca puede inhalar estas partículas y el virus puede pasar por su sistema respiratorio hacia su torrente sanguíneo, finalmente estableciéndose en sus glándulas salivales. En ese momento, el virus generalmente causa hinchazón de las glándulas a lo largo del lado de una o las dos mejillas. Además, el niño puede tener fiebre por tres a cinco días y se quejará de dolor cuando se le toque el área hinchada, cuando abra la boca y cuando coma, especialmente alimentos que estimulen la liberación de jugos salivales. Además puede experimentar náusea, vómitos ocasionales, dolor de cabeza, una sensación general de debilidad y pérdida del apetito. Además de la hinchazón de las glándulas salivales, también puede haber hinchazón y dolor en las articulaciones y, en los chicos, hinchazón de los testículos. En casos extremadamente raros, el virus puede causar hinchazón del cerebro en chicos o chicas o hinchazón de ovarios en las chicas. Varios días antes de que las glándulas se hinchen notablemente, el niño con paperas puede contagiar a otros. Seguirá siendo infeccioso hasta que la hinchazón desaparezca; es decir, por lo menos diez días después de la primera señal de inflamación. Es importante notar que la hinchazón de las glándulas salivales puede ser causada por infecciones aparte de las paperas. Esto explica por qué algunos padres están convencidos de que sus niños han tenido la enfermedad más de una vez. Si su niño ha sido vacunado o ya ha tenido paperas y se hinchan sus mejillas, consulte con su pediatra para determinar la causa.
Tratamiento
No hay tratamiento específico para paperas, aparte de hacer que el niño esté lo más cómodo posible con descanso, muchos líquidos y acetaminofén para la fiebre. Aunque el niño con la enfermedad posiblemente no quiera tomar líquidos, debe mantener cerca un vaso de agua o jugo no cítrico y animarlo a tomar sorbos frecuentes. Algunas veces una compresa tibia sobre la glándula hinchada proporcionará alivio a corto plazo. Comer alimentos sólidos, difíciles de digerir, puede causar que el dolor de su niño aumente porque requiere saliva adicional de las glándulas hinchadas. En lugar de eso, aliméntelo con alimentos suaves, no cítricos, que sean fáciles de masticar y tragar y que pongan demandas mínimas sobre las glándulas inflamadas. Si la condición de su hijo empeora o si desarrolla complicaciones como dolor en los testículos, dolor abdominal severo o incomodidad extrema, comuníquese con su pediatra de inmediato. El médico querrá examinar a su niño para determinar si necesita un tratamiento médico más extenso. Sin embargo, dichas complicaciones de las paperas son extremadamente raras.