Por Marissa Di Giovine, MD, FAAP y Eva Catenaccio, MD, FAAP
Es posible que niños en buena condición de salud tengan
convulsiones durante un episodio de
fiebre. Durante este tipo de convulsión, conocida como convulsión febril, los niños pueden experimentar rigidez o temblores en una parte del cuerpo o en todo el cuerpo.
¿Cuándo ocurren las convulsiones febriles?
Las convulsiones febriles les ocurren a 3 ó 4 de cada 100 niños. Pueden ocurrir a niños de entre 6 meses y 5 años de edad, pero más que todo a niños de entre 12 y 18 meses de edad.
Usualmente, una convulsión febril ocurre durante las primeras horas de una fiebre. Pasan sobre todo cuando hay fiebre de 102°F (38.9°C) o superior, pero también pueden ocurrir durante una fiebre leves.
¿Qué pasa durante una convulsión febril?
Puede que su hijo se vea raro en algunos momentos, con el cuerpo rígido, sacudiéndose y con la mirada perdida. Puede que no reaccione durante un periodo breve de tiempo, y que el ritmo de su respiración o su color de piel cambien. Después de la convulsión, el niño volverá a la normalidad rápidamente.
Usualmente, las convulsiones duran menos de uno o dos minutos. Aunque es raro, es posible que algunas duren más. Una convulsión de más de 5 minutos es casi siempre una emergencia médica y es necesario obtener tratamiento médico urgente para poder detenerla.
Otros tipos de convulsiones que no son causadas por fiebre duran más, pueden afectar solo una parte del cuerpo y ocurren repetidamente.
Si su hijo tiene una convulsión febril, actúe inmediatamente para prevenir una lesión:
Póngalo sobre el suelo o sobre una cama, lejos de cualquier objeto duro o afilado.
Gire la cabeza del niño hacia un lado para asegurar que la saliva o vómito salgan de su boca.
No ponga nada dentro de la boca del niño: no es posible que se trague su propia lengua.
Llame al médico de su hijo.
- Si la convulsión dura más de 5 minutos, llame al
911 (si está en Estados Unidos) o a su número de emergencias local.
¿Es peligrosa la convulsión febril?
Las convulsiones febriles pueden asustarle, pero usualmente son inofensivas. La mayoría de las convulsiones febriles son cortas y no causan daño cerebral, problemas del sistema nervioso, parálisis, discapacidades cognitivas o la muerte. Las convulsiones febriles largas necesitan ser tratadas con medicamentos de rescate o mediante atención médica de emergencia.
¿Es posible que mi hijo tenga más convulsiones?
Las convulsiones febriles tienen a ser hereditarias. El riesgo de tener una nueva convulsión durante un episodio de fiebre diferente depende de la edad y la etapa de desarrollo de su hijo.
Los niños que tienen su primera convulsión febril antes de cumplir 1 año tienen una probabilidad del 50 % de tener una nueva convulsión más adelante. En el caso contrario, cuando un niño tiene su primera convulsión febril después de cumplir 1 año de edad, las posibilidades de que tenga una segunda convulsión son del 30 %.
En la mayoría de los casos, las convulsiones febriles dejan de ocurrir a medida que el tiempo pasa y los niños llegan a la edad a la que empiezan a ir a la escuela. Solo un pequeño número de niños que han tenido convulsiones febriles desarrollan
epilepsia.
¿Qué enfermedades causan convulsiones febriles?
Las convulsiones febriles pueden ocurrir durante cualquier enfermedad que cause fiebre, como un resfriado,
gripe o influenza, una infección de oído o un brote de
roséola. También pueden darse si su hijo sufre alguna enfermedad relacionada con la
elevación de la temperatura corporal, como un golpe de calor, por ejemplo. Las convulsiones febriles usualmente pasan solo una vez durante el curso de una enfermedad, sobre todo durante el primer episodio de fiebre. Sin embargo, puede que ocurran justo antes o después de que su hijo tenga fiebre.
¿Pueden las vacunas causar convulsiones?
Las vacunas pueden hacer que su hijo tenga fiebre, pero las convulsiones febriles después de una vacunación son raras. De hecho, las vacunas recomendadas pueden ayudar a prevenir las convulsiones febriles que puedieran ocurrir cuando un niño se enferma de sarampión, paperas, rubéola, varicela, influenza (gripe), infecciones por neumococo y otras enfermedades que causan fiebre.
¿Cómo se tratan las convulsiones febriles?
Llame a su médico de inmediato si su hijo tiene una convulsión febril. El médico examinará al niño, determinará la causa de la fiebre y la tratará. Es más importante identificar y tratar la causa de la fiebre que la de la convulsión. Puede que su hijo reciba una punción lumbar para asegurarse de que no tenga una infección seria como
meningitis, especialmente si es menor de 1 año.
En general, los médicos no recomiendan tratar convulsiones febriles con medicamentos preventivos. Sin embargo, esta posibilidad debe ser discutida con el médico de su hijo. Si las convulsiones se repiten o son de larga duración, la recomendación puede ser diferente.
Medicamentos como el
acetaminofeno y el
ibuprofeno pueden ayudar a disminuir la fiebre, pero no pueden prevenir las convulsiones febriles. El médico de su hijo y usted conversarán sobre las mejores formas de tratar la fiebre del niño.
Recuerde
Si su hijo tiene una convulsión febril, no piense lo peor. Este tipo de convulsiones no son peligrosas para su niño y no causan problemas de salud a largo plazo. Si tiene preocupaciones sobre éste u otros problemas relacionados con la salud de su hijo, hable con su pediatra.
Más información
Acerca de la doctora Di Giovine
Marissa Di Giovine, MD, FAAP, es una neuróloga pediátrica especializada en epilepsia. Es profesora asociada de neurología clínica en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y miembro de activo del Programa Regional de Epilepsia en el Hospital para Niños de Filadelfia. La doctora Di Giovine es miembro del Comité Ejecutivo de la Sección de Neurología y fundadora del Comité de Orientación en la American Academy of Pediatrics (AAP). |
Acerca de la doctora Catenaccio
Eva Catenaccio, MD, FAAP, es neuróloga pediátrica en el Hospital para Niños de Filadelfia y profesora asistente de neurología clínica en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. La doctora Catenaccio es miembro del Consejo para Niños con Discapacidad, dentro de la Sección de Neurología de la American Academy of Pediatrics (AAP).
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