Los trastornos del estado de ánimo que probablemente sean los que experimenten los niños con TDAH incluyen el trastorno distímico, trastorno depresivo mayor (MDD) y el trastorno bipolar. El trastorno distímico se puede caracterizar como una depresión crónica de bajo grado, irritabilidad persistente y un estado de desmoralización, a menudo con baja autoestima. El trastorno depresivo mayor es una forma más extrema de depresión que puede presentarse en niños con TDAH e incluso con más frecuencia entre adultos con TDAH. El trastorno distímico y MDD se desarrollan por lo general varios años después de que un niño es diagnosticado con TDAH y si se deja sin tratar, puede empeorar con el tiempo. El trastorno bipolar es un trastorno afectivo grave que recientemente se reconoció que ocurre en los niños. A diferencia de los adultos que sufren de distintos períodos de euforia y depresión considerable, los niños con trastorno bipolar presentan un trastorno más complejo de extrema inestabilidad emocional, problemas del comportamiento y problemas sociales. Existe un traslape significativo con síntomas de TDAH y muchos niños con trastorno bipolar también califican para un diagnóstico de TDAH.
Qué es lo que hay que buscar
Cada niño se siente desanimado o actúa irritable de vez en cuando. Los niños con TDAH, quienes con frecuencia tienen que lidiar con desafíos adicionales en la escuela y con sus compañeros, pueden mostrar estos comportamientos más que la mayoría. Sin embargo, si su hijo dice estar deprimido, parece irritable o triste una gran parte de cada día, más días de lo que no lo está, es posible que tenga un trastorno distímico coexistente. Para ser diagnosticado con el trastorno distímico, un niño debe tener también al menos dos de los siguientes síntomas:
- Falta de apetito o comer en exceso
- Insomnio o sueño excesivo
- Poca energía o fatiga
- Baja autoestima
- Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones
- Sentimientos de desesperanza
Antes de que el trastorno distímico se pueda diagnosticar, los niños deben haber tenido estos síntomas durante un año o más, aunque los síntomas pueden haber desaparecido durante un máximo de 2 meses a la vez en el mismo año. Los síntomas tampoco deben ser causados por otro trastorno afectivo, tales como MDD o trastorno bipolar, una condición médica, abuso de sustancias, o simplemente relacionados con el TDAH en sí (baja autoestima derivados de un mal funcionamiento en la escuela, por ejemplo). Por último, debe probarse que los síntomas afectan de manera significativa las áreas sociales, académicas u otras áreas de funcionamiento de su hijo en la vida diaria.
El trastorno depresivo mayor se caracteriza por un estado de ánimo casi constantemente de depresión o irritabilidad o una marcada pérdida de interés o placer en todas o casi todas las actividades diarias. Además de los síntomas mencionados anteriormente para el trastorno distímico, un niño con MDD puede llorar todos los días, aislarse de los demás, a ser extremadamente autocrítico, hablar de la muerte, o incluso pensar, planear o llevar a cabo un intento de suicidio. A diferencia de los estallidos breves de carácter mostrados por un niño con ODD que no se salga con la suya, la irritabilidad del niño deprimido puede ser casi constante y sin vínculo a ninguna causa clara. Su incapacidad para concentrarse difiere de la falta de atención del tipo TDAH ya que se acompaña de otros síntomas de la depresión, como la pérdida de apetito o pérdida de interés en sus actividades favoritas. Por último, la propia depresión no se debe a una causa aparente, en lugar de estar desmoralizado a causa de los obstáculos específicos que plantea el TDAH o deprimirse en respuesta al divorcio de los padres o cualquier otra situación estresante. (De hecho, las investigaciones han demostrado que la intangibilidad de la familia de un niño y su nivel socioeconómico tienen poco o ningún efecto sobre si un niño desarrolla MDD). Mientras que los niños solo con TDAH/CD no están en riesgo superior al normal de un intento de suicidio, los niños con TDAH/CD, que también tienen un trastorno depresivo mayor y están involucrados en el abuso de sustancias son más propensos a cometer ese intento y deben ser observados con atención.
Hablar de suicidio (incluso si no está seguro de si es grave), un intento de suicidio, autolesiones, cualquier comportamiento violento o abstinencia grave debe considerarse una emergencia que requiere la atención inmediata de su pediatra, psicólogo, u hospital local.
Un niño deprimido puede admitir sentirse culpable o triste o puede negar tener algún problema. Es importante tener en mente el hecho de que muchos niños deprimidos se rehúsan a admitir sus sentimientos y los padres con frecuencia pasan por alto los comportamientos sutiles que indican un trastorno afectivo. Al mantener un estrecho contacto con su maestro, llevar a su hijo a cada una de sus revisiones de tratamiento con su pediatra, e incluirlo en todas las discusiones sobre su tratamiento, según corresponda a su edad, puede mejorar las posibilidades de que su pediatra o profesional de la salud mental detecte cualquier señal de desarrollo de depresión, y que tendrá a alguien con quien hablar de sus sentimientos.
Un niño con trastorno bipolar y TDAH es propenso a los arrebatos explosivos, cambios de humor extremos del estado de ánimo (alta, baja o mixta), y graves problemas de comportamiento. Este niño es a menudo muy impulsivo y agresivo, con arranques prolongados que por lo general "salen de la nada", o en respuesta a las frustraciones triviales. Podría tener un historial de ansiedad. También puede tener un nivel de energía muy alto y experimentar pensamientos acelerados y autoestima o grandiosidad elevadas, locuacidad extrema, agitación física y emocional, comportamiento excesivamente sexual, o una menor necesidad de sueño. Estos síntomas pueden alternarse con períodos de depresión o irritabilidad, durante los cuales su comportamiento se asemeja al de un niño con MDD. Un niño con TDAH/trastorno bipolar, regularmente tiene habilidades sociales deficientes. Las relaciones familiares son a menudo tensas debido a un comportamiento extremadamente impredecible, agresivo o desafiante del niño. Al principio los síntomas pueden solo ocurrir en casa, pero a menudo comienzan a ocurrir en otros entornos a medida que el niño crece. El trastorno bipolar es untrastorno psiquiátrico grave que a veces puede incluir síntomas psicóticos (delirios/alucinaciones) o conductas autolesivas como cortarse, pensamientos o impulsos suicidas, y abuso de sustancias. Muchos niños con trastorno bipolar tienen un historial familiar de trastorno bipolar, trastorno afectivo, TDAH, o abuso de sustancias. Los niños con TDAH y trastorno bipolar tienen mayor riesgo de abusar de sustancias y otros problemas graves durante la adolescencia que los que solo tienen TDAH.
Si su hijo tiene TDAH con trastorno bipolar coexistente, su pediatra por lo general lo referirá a un psiquiatra infantil para evaluación, diagnóstico y recomendaciones para tratamiento más a fondo.
Tratamiento
Al igual que con TDAH con trastornos de ansiedad, el tratamiento contra TDAH con depresión por lo general implica un enfoque amplio. Los enfoques de tratamiento puede incluir una combinación de terapia cognitivo-conductual, terapia interpersonal (centrada en las áreas de dolor, relaciones interpersonales, conflictos, transiciones de la vida y las dificultades personales), la psicoterapia tradicional (para ayudar con la autocomprensión, identificación de los sentimientos, mejora de la autoestima, cambios en los patrones de comportamiento, interacciones interpersonales, y hacer frente a los conflictos), así como terapia familiar cuando sea necesario.
Los enfoques de administración de medicamentos, como con TDAH y otros trastornos coexistentes, incluyen tratar primero la enfermedad más discapacitante. Si los síntomas relacionados con el TDAH causan la mayoría de sus problemas de funcionamiento, o las señales de la depresión no son del todo claras, es probable que el pediatra de su hijo comience con medicamentos estimulantes para tratar el TDAH. En casos cuando los síntomas depresivos resultan derivarse de un mal funcionamiento debido al TDAH y no a un trastorno depresivo, estos pueden disminuir a medida que los síntomas del TDAH mejoran. Si los síntomas del TDAH y depresivos mejoran, es probable que el pediatra de su hijo mantenga solo el tratamiento estimulante. Si los síntomas de TDAH mejoran pero la depresión sigue igual, incluso después de una prueba razonable del tipo de enfoque psicoterapéutico general descrito anteriormente, su pediatra puede agregar otro medicamento, por lo general un SSRI, una clase de medicamentos como Prozac, Zoloft, Paxil, Luvox y Celexa. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden hacer que los síntomas del trastorno bipolar empeoren, por lo que se debe completar una evaluación cuidadosa antes de iniciar con los medicamentos. Si este procedimiento no funciona, se le puede referir a un pediatra del desarrollo o del comportamiento o un psiquiatra, quien puede tratar con otras clases de medicamentos.