Cuando escucha la palabra
clamidia, podría pensar que se trata de un enfermedad de transmisión sexual (ETS), por el nombre. La ETS la provoca la
chlamydia trachomatis, una especie de la bacteria
Chlamydia. Otra especie, llamada
Chlamydia (o
Chlamydophila)
pneumoniae, ocasiona enfermedades respiratorias. Estas infecciones pulmonares se propagan de la misma forma que cualquier otra enfermedad respiratoria. Se contagian de persona a persona directamente mediante la tos o estornudos e indirectamente por gérmenes en las manos u otros objetos. El pico de estas infecciones está en escolares entre 5 y 15 años de edad.
Señales y síntomas
Las enfermedades provocadas por
C pneumoniae pueden provocar una tos prolongada, bronquitis y neumonía así como dolor de garganta, laringitis, infecciones del oído y sinusitis. Por lo general, comienzan de manera gradual con un dolor de garganta seguido de tos aproximadamente una o varias semanas después. La tos puede durar de 2 a 6 semanas. En algunos casos, el niño puede contagiarse de bronquitis o un caso leve de neumonía. Aunque algunos niños infectados solo presentan síntomas de suaves a moderados o ningún síntoma, la infección puede ser más grave en otros.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Muchos casos de
C pneumoniae los diagnostica un pediatra después de realizar exámenes físicos al niño y ver los síntomas. El médico también puede ordenar pruebas de sangre para detectar anticuerpos de la bacteria. Sin embargo, puede tomar una semana o más para que los anticuerpos se detecten en la sangre. Aunque existen laboratorios especiales que pueden examinar muestras de la nariz o garganta, no hay ningún estudio confiable comercial a la fecha.
Tratamiento
La recuperación de una infección respiratoria por
Clamidia puede ser lenta. Su pediatra puede recetarle antibióticos tales como eritromicina o tetraciclina para eliminar la infección y ayudar a su hijo a que se mejore más pronto.
Prevención
Para reducir las posibilidades de que su hijo contraiga una infección por
C pneumoniae , debe contar con buenas prácticas de higiene, incluyendo lavar sus manos de manera frecuente.