Por: Harvey Leo, MD, FAAP, FAAAAl
El asma es la enfermedad respiratoria crónica más común en los niños. Afecta a más de 6 millones de niños en los Estados Unidos y es responsable de más de 13 millones de ausencias escolares. Sin embargo a pesar de ser tan común, puede ser difícil de diagnosticar en los niños. No existe un grupo de síntomas que se adopte a todos. Una relación sólida y continua con el proveedor de salud de su niño puede ayudar a identificar los riesgos del asma y el mejor tratamiento para su niño.
Preguntas para hacer
Los pediatras tienen muchas herramientas para ayudar a identificar y brindar apoyo a un niño que pudiera tener asma. La herramienta más importante de todas es el historial médico (antecedentes) del niño. Dependiendo de su edad, algunos niños no sufrirán de sibilancia durante un ataque de asma, sino una tos crónica que les dura por días o que se presenta durante una enfermedad o actividad. Las siguientes son algunas de las preguntas claves que el médico de su niño necesita saber:
¿Con qué frecuencia su niño tose o tiene sibilancias durante la semana?
¿Estos síntomas afectan su actividad diaria?
¿La tos o la sibilancia de su niño lo despiertan durante la noche?
¿Qué medicamentos ha probado y le han ayudado, incluyendo suplementos nutricionales o terapias homeopáticas?
¿Alguien en su familia tiene antecedentes de asma, alergias medioambientales u otras enfermedades respiratorias?
Pruebas del asma
Si un niño tiene la edad suficiente, generalmente mayor de 7 años, su proveedor de salud puede solicitar una prueba del asma. Una de las pruebas más comunes utiliza espirometría para evaluar la función pulmonar. Para esta prueba, el niño respira en un dispositivo que revelará si tiene alguna obstrucción en las vías respiratorias.
Otra prueba que fue desarrollada en la última década verifica cuánto óxido nítrico exhala su niño. Esto mide cuánta inflamación hay en las vías respiratorias. Los centros de especialidades pediátricas también podrían ofrecer exámenes más complejos del pulmón, pruebas de imagen y técnicas como la provocación con metacolina que mide qué tan "reactivos" son los pulmones de su niño. Estas pruebas pueden ser utilizadas para el diagnóstico y el seguimiento del tratamiento del asma. Recursos adicionales como monitores de respiración caseros y aplicaciones de recordatorios de medicamentos pueden también ayudar a controlar el asma de un niño.
Afecciones que se pueden parecer al asma
Tenga presente que hay muchas otras afecciones que se pueden parecer o empeoran el asma en los niños. Entre estas se incluyen: alergias estacionales,
reflujo gástrico, infecciones virales o bacterianas, enfermedades relacionadas a la anatomía del niño y problemas cardiovasculares.
Recuerde:
Existen muchas herramientas que ayudan a diagnosticar el asma, así como tratamiento y medicamentos que pueden ayudar a un niño con asma a tener una vida mejor. Si usted cree que su niño pudiera tener asma, hable con su pediatra.
Información adicional:
Sobre el Dr. Leo
Harvey Leo, MD, FAAP, FAAAAI, que practica pediatría en Michigan, es miembro de la Sección de Alergias e Inmunología de la American Academy of Pediatrics. |