La fiebre del heno (la cual en realidad tiene un nombre equivocado ya que los síntomas no los ocasiona el heno y no incluyen fiebre) generalmente empieza durante los primeros años escolares, pero algunas veces puede ocurrir a partir del segundo año de vida. Un niño está más propenso a desarrollar fiebre del heno si sus padres y otros familiares también padecen de alergias. La condición es más común en niños que en niñas (aproximadamente 2:1). En niños, es posible que la fiebre del heno se presente después de un período inicial en la vida caracterizado por eczema y otros síntomas ocasionados por la alergia a los alimentos. En muchos casos, los estornudos, la secreción nasal incontrolable, la congestión nasal y la picazón en los ojos aparecen precisamente cuando el eczema empieza a desaparecer.
Los antecedentes familiares de alergias son un factor importante en el desarrollo de la rinitis alérgica, especialmente cuando los síntomas se presentan durante la niñez. Sin embargo, la tasa de la fiebre del heno, al igual a la del asma, parece estar aumentando en todo el mundo. La razón de este aumento no se comprende por completo.
Estos son señales y síntomas regulares de la rinitis alérgica, una condición conocida generalmente como fiebre del heno y con frecuencia reconocida como alergia
- Estornudar muchas veces seguidas
- Secreción nasal transparente
- Nariz tapada, respirar por la boca
- Picazón de nariz y frotarse la nariz y los ojos
- Tener que permanecer cerca de la caja de pañuelos de papel
Otra vez es esa época
Es posible que haya llegado a tener temor de algún momento del año en particular, generalmente primavera u otoño, ya que regularmente, en ese momento es cuando la nariz, los ojos, boca y oídos de su hijo empiezan a picar; estornuda muchas veces seguidas varias veces al día, algunos médicos lo describen como “ametralladora de estornudos”; y su nariz está llena de una secreción acuosa y gotea desde la mañana hasta la noche. En dichos casos, los síntomas los desencadenan con más frecuencia las alergias al polen y a las esporas de las plantas y hongos de temporada.
En la mayor parte de los Estados Unidos, los árboles liberan su polen en la primavera, el césped al final de la primavera y verano, y la maleza, particularmente la ambrosía, tal vez la planta alérgena más notoria de todas, a principios del otoño. Las esporas del moho se encuentran en sus más altos niveles y por lo tanto son el mayor problema para las personas con alergias cuando una temporada lluviosa, húmeda o brumosa es seguida por un período cálido, seco y de mucho viento. Estas condiciones pueden ocurrir en cualquier momento, dependiendo del lugar en donde viven. En algunas áreas, los niveles del moho en el exterior son mayores a finales del verano y a principios del otoño. Las hojas caídas y la vegetación en descomposición también pueden ocasionar mayores niveles de moho en el exterior en el otoño.
El patrón de liberación de polen de la temporada y el crecimiento de las plantas le permiten predecir cuándo es probable que aparezcan los síntomas. Esto le ayuda a planificar cuándo tomar cualquier acción preventiva que le pueda aconsejar su pediatra para disminuir el efecto.
Los síntomas de la fiebre del heno no deben incluir dolor
Aunque algunas veces los síntomas de la fiebre del heno parecen sujetar cada parte del cuerpo con una sensación de miseria general, generalmente no ocasionan dolor real. Si su hijo se queja de dolor en la cara o en la boca, tiene una sensación de presión o dolor de cabeza, consulte con su pediatra. Los síntomas pueden indicar una sinusitis, un problema dental u otra condición que requiere tratamiento.
Rinitis alérgica y asma
La rinitis alérgica puede evitar que una persona respire por la nariz, con sus filtros naturales y su sistema de calentamiento de aire. Aquellos con rinitis alérgica tienen un mayor riesgo de padecer de asma. Una posible razón es que respirar con la boca abierta permite que mayores cantidades de desencadenantes de asma ingresen a las vías respiratorias junto con el aire más frío y seco, el cual puede desencadenar ataques de asma, ocasionando dificultades para respirar, tos y disnea.