A pesar de que nuestro conocimiento del asma se está ampliando año con año, muchas personas aún se aferran a creencias obsoletas sobre la enfermedad. A continuación hay algunos que se repiten con frecuencia:
Mito: El asma viene y va.
Realidad: El asma con frecuencia es una condición inflamatoria que siempre está en las vías respiratorias, incluso cuando una persona no tiene problemas para respirar. La exposición a un desencadenante del asma puede empeorar los síntomas, pero la condición subyacente nunca desaparece, a pesar de que se puede controlar con medicamentos y medidas de control ambiental. El asma es un trastorno emocional; todo “está en la mente”. El asma es una enfermedad de los pulmones; afecta las vías respiratorias y no el cerebro. Es verdad que los síntomas pueden empeorar cuando una persona está bajo estrés emocional, pero esto probablemente es más marcado en los adultos y menos en los hijos. Los cambios en las vías respiratorias en el asma ocurren a través de mecanismos psicológicos, no emocionales.
Mito: Las personas que padecen de asma deben usar medicamentos solo cuando tienen ataques; de lo contrario, los medicamentos pierden su efecto.
Realidad: Usar los medicamentos con regularidad es la única manera de calmar la inflamación de las vías respiratorias subyacente y previenen que el asma empeore. Utilizados en la dosificación correcta, los medicamentos diarios no pierden su efecto ni causan efectos secundarios incómodos. Los medicamentos antiasmáticos eficaces incluyen beta-antagonistas inhalados como el albuterol para detener los ataques, y los esteroides inhalados, los beta-agonistas de larga duración, y los modificadores de leucotrieno para evitar que los ataques ocurran en absoluto.
Mito: El asma es solo una condición molesta, no una enfermedad real.
Realidad: El asma puede matar cuando las personas no reciben tratamiento para controlar la condición subyacente y detener los ataques severos. Si todas las personas que necesitan medicamentos utilizan los correctos para controlar los síntomas y evitar que se agraven, las hospitalizaciones y muertes por causa del asma se reducirán grandemente.
Mito: Los niños se curan del asma al crecer.
Realidad: La mayoría de personas que tienen asma nacen con una tendencia a la condición y la mantienen de por vida. Es verdad que muchos niños mejoran con la edad y su asma parece desaparecer por completo. Sin embargo, a muchos les vuelve a aparecer al ser adultos. Otros niños que aún tienen asma tienen menos probabilidades de que su asma desaparezca al llegar a su edad adulta.
Mito: El asma desaparece cuando usted se muda a un clima cálido y seco.
Realidad: Si se toman las medidas ambientales correctas y se utilizan medicamentos con regularidad, las personas con asma pueden vivir cómodamente en cualquier clima que prefieran. Es muy raro que las personas tengan que mudarse de una ciudad u otra área debido a su asma.