La mayoría de los expertos recomiendan utilizar terapia conductual y medicamentos para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Esto es lo que las familias deben saber sobre la terapia conductual y cómo funciona.
¿Qué es la terapia conductual?
La
terapia conductual se centra en la forma en que las personas y los lugares importantes en la vida del niño pueden adaptarse para ayudarlo a mejorar su atención y actividad. Se diferencia de
la terapia de juego u otras terapias que se centran en el niño y sus emociones.
La terapia conductual se basa en tres principios y estrategias básicos:
Establecer metas específicas que se puedan alcanzar. Establezca metas claras y razonables para su hijo, como concentrarse en la tarea durante cierto tiempo o compartir juguetes con amigos.
Proporcionar recompensas y consecuencias. Dele a su hijo una recompensa específica (refuerzo positivo) cada vez que muestre el comportamiento deseado. Dele a su hijo una consecuencia (resultado no deseado o castigo) de manera sistemática cuando tenga comportamientos inapropiados. A veces, cuando comience a usar un castigo, el comportamiento podría empeorar para luego comenzar a mejorar y desaparecer.
Continuar utilizando las recompensas y consecuencias. El uso sistemático de recompensas y consecuencias durante un tiempo prolongado
moldeará el comportamiento de su hijo de manera positiva.
¿Cómo puede la terapia conductual ayudar a mi hijo?
Con técnicas de terapia conductual, los padres, maestros y otros cuidadores aprenden mejores formas de trabajar y relacionarse con un niño con TDAH.
Aprenderá cómo establecer y hacer cumplir reglas, ayudar a su hijo a comprender lo que debe hacer, utilizar la disciplina de manera eficaz y fomentar el buen comportamiento. Como resultado, su hijo aprenderá mejores formas de controlar su comportamiento y usted aprenderá a ser más constante.
¿Cómo participan los padres en la terapia conductual?
Al ser los principales encargados del cuidado de su hijo, los padres desempeñan una función muy importante en la terapia conductual. La capacitación para padres está disponible para ayudarlo a obtener más información sobre el TDAH y sobre maneras específicas y positivas de responder a los comportamientos del tipo de TDAH. Esto ayudará a su hijo a mejorar. En muchos casos, las clases de crianza con otros padres serán suficientes. Sin embargo, con niños que tengan comportamientos más desafiantes, es posible que se necesite trabajar con un asesor u orientador en forma individual.
Cuidar de usted mismo también ayudará a su hijo. Ser padre o madre de un niño con TDAH puede ser difícil. Puede poner a prueba los límites de incluso los mejores padres. La capacitación para padres y los grupos de apoyo formados por otras familias con niños que tienen TDAH pueden ser una gran fuente de ayuda. Aprenda técnicas de control del estrés para poder responderle a su hijo con calma. Busque asesoramiento si se siente abrumado o desesperanzado.
Pídale ayuda a su pediatra para encontrar capacitación para padres, asesoramiento y grupos de apoyo en su comunidad.
10 consejos para ayudar a su hijo a controlar su comportamiento
Elabore un programa diario que su hijo deba cumplir. Intente que su hijo se despierte, coma, se bañe, vaya a la escuela y se acueste a la misma hora todos los días.
Limite las distracciones. La música a alto volumen, los juegos de computadora y la televisión pueden estimular en exceso a su hijo. Establezca como regla que las pantallas digitales y la música permanezcan apagadas durante las comidas y mientras su hijo hace la tarea. No coloque un televisor en el dormitorio de su hijo. (Consulte "Cómo elaborar un plan para el consumo de pantallas de la familia".)
Organice su casa. Si su hijo tiene lugares específicos y lógicos para guardar el trabajo escolar, los juguetes y la ropa, habrá menos probabilidades de que los pierda. Destine un lugar cerca de la puerta de entrada para la mochila de la escuela, de manera que su hijo pueda recogerla al salir de la casa.
Recompense el comportamiento positivo. Dígale palabras afectuosas, abrácelo o dele pequeños premios por lograr metas de manera oportuna o por mostrar el comportamiento deseado. Elogie y recompense los esfuerzos de su hijo por prestar atención.
Defina metas pequeñas que puedan alcanzarse. Aspire a un progreso lento en lugar de a resultados instantáneos. Asegúrese de que su hijo comprenda que puede dar pequeños pasos para aprender a controlarse.
Ayude a su hijo a mantenerse concentrado en las tareas. Use cuadros y listas de verificación para hacer un seguimiento del progreso en las tareas o los
quehaceres. Use instrucciones breves. Ofrezca recordatorios frecuentes y amistosos.
Limite las opciones. Ayude a su hijo a aprender a tomar buenas decisiones ofreciéndole solo 2 o 3 opciones a la vez.
Busque actividades en las que su hijo pueda tener éxito. Todos los niños necesitan experimentar el éxito para sentirse bien con ellos mismos.
Use una disciplina tranquila. Use consecuencias, tales como el "tiempo de espera" (aislamiento), el retiro del niño de la situación o la distracción. Algunas veces es mejor simplemente ignorar el comportamiento. El castigo físico, como las palmadas o los golpes, no es útil. Hable sobre el comportamiento de su hijo con él cuando ambos estén tranquilos.
Póngase en contacto con sus maestros. Desarrolle un buen sistema de comunicación con los maestros de su hijo de manera que puedan coordinar sus esfuerzos y supervisar el progreso de su hijo.
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