Cuando se sospecha el trastorno del espectro autista (TEA), su niño necesitará de una evaluación completa y debe ser referido para recibir servicios de intervención.
Es necesario hacer un examen completo de evaluación del TEA antes de establecer un diagnóstico.
Lo ideal es que esta evaluación la realice un equipo de profesionales y consiste en hacerles a los padres de familia y a los encargados de su cuidado una serie de preguntas, observar al niño, realizar un examen físico y administrar pruebas.
La intervención del TEA se compone de diferentes cosas.
Primero, el pediatra de su niño podría recetar terapias médicas necesarias, tales y como terapias del habla, del comportamiento o terapia ocupacional.
Si su niño es menor de 3 años de edad: él o ella será referido a un programa de intervención temprana.
Si su niños tiene 3 años o más: él o ella pueden ser evaluados, y posiblemente matriculados en los programas de educación especial del distrito escolar de su localidad.
Si su niño tiene entre 3 y 5 años de edad: él o ella puede cumplir con los requisitos para asistir a un programa de desarrollo preescolar para niños que necesitan ayuda adicional. Contacte al distrito escolar de su localidad para más información.
El autismo puede estar asociado con un síndrome conocido y una afección médica.
Se podrían solicitar exámenes de laboratorio para descartar la posibilidad de otras posibles afecciones médicas que causan síntomas del TEA basados en el historial médico del niño y en un examen físico. Si es necesario, el niño puede ser referido a otros especialistas tales como un
genetista o un
neurólogo pediátrico, para ayudar a diagnosticar las afecciones médicas que podrían causar o estar asociadas con los síntomas del TEA.
Los exámenes médicos pueden constar de:
Pruebas genéticas. Se recomienda ofrecer a las familias pruebas genéticas, tales como análisis de micromatrices y citogenéticas. En la actualidad, de un 10% a un 20% de los niños con TEA tienen anormalidades de sus cromosomas identificados con pruebas de micromatrices y citogenéticas. La prueba genética debe ser seriamente considerada si un niño tiene rasgos físicos inusuales o retrasos del desarrollo o si hay antecedentes familiares del síndrome frágil de X,
discapacidad intelectual de causa desconocida o de otros trastornos genéticos. Otras pruebas genéticas pueden ser necesarias en ciertos casos. Las recomendaciones de pruebas genéticas pueden cambiar a medida que se hagan los exámenes.
Prueba para medir el nivel del plomo.
La toxicidad del plomo es un componente muy importante de la atención médica primaria. Una prueba para determinar el nivel del plomo debe realizarse cuando el niño vive en entornos de alto riesgo, tales como edificaciones antiguas o si continúa poniéndose objetos en la boca.
Otras pruebas/exámenes. Con base al historial médico del niño y el examen físico, se puede solicitar un electroencefalograma (EEG), un examen de imagen por resonancia magnética (IRM) o pruebas para detectar trastornos metabólicos. Los niños con TEA pueden ser
comensales exigentes, así que el pediatra de su niño puede recomendar pruebas de evidencia de
deficiencia de hierro o vitaminas (especialmente de vitamina D).
Diagnóstico del TEA
El diagnóstico del TEA se hace basado en toda la información recopilada por el historial, la observación y los exámenes. Vea:
¿Cómo se diagnostica el autismo?
Si usted tiene inquietudes sobre el comportamiento o el desarrollo de su niño, consulte con su pediatra.
Nota del editor: Los niños con el TEA pueden tener otras problemas médicos que deben ser determinados para recibir tratamiento. Algunas de estos problemas pueden incluir crisis convulsivas, problemas del sueño, problemas gastrointestinales (alimentación, dolor de estómago, estreñimiento, diarrea y problemas de salud del comportamiento (como la ansiedad, TDAH, irritabilidad y agresión)
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