Durante la segunda infancia, los niños necesitan supervisión. Debe haber un adulto responsable disponible para prepararlos y enviarlos a la escuela en la mañana y vigilarlos después de la escuela hasta que usted regrese a casa del trabajo. Incluso los niños que se acercan a la adolescencia, los niños de once y doce años, no deben llegar a una casa vacía por la tarde a menos que demuestren una madurez inusual para su edad.
La madurez es la clave aquí y es un criterio mucho más importante que la edad. Algunos adolescentes de catorce años aún necesitan supervisión; algunos adolescentes de doce años pueden tener la confianza de los padres para llegar a casa, hacer su tarea y cuidarse ellos mismos de manera responsable.
Al decidir si su hijo puede regresar al hogar a una casa vacía después de la escuela, tenga en cuenta lo siguiente: Los estudios han demostrado que los pre-adolescentes y los adolescentes que llegan a un hogar sin supervisión, llamados niños de las llaves, tienen más probabilidades de consumir alcohol y otras drogas ilegales. Un estudio de cinco mil alumnos del octavo grado (de doce y trece años de una variedad de antecedentes económicos y étnicos) concluyó que los niños que se cuidan de ellos mismos por once o más horas a la semana tenían el doble de probabilidad de consumir alcohol, fumar cigarrillos y utilizar marihuana que los niños que tenían supervisión.
Aunque estar presentes físicamente es la mejor manera de supervisar a un niño, algunas veces eso no es posible. Si no hay supervisión de un adulto alterno disponible, los padres deben hacer esfuerzos especiales para supervisar a sus hijos a distancia. Los niños deben tener un tiempo establecido en el que se espera que lleguen a casa y deben avisar a un vecino o a uno de los padres por teléfono. Los padres y los niños deben acordar una rutina regular para el niño que esté escrita y publicada en un lugar visible junto con los números de teléfono de emergencia. Dicho itinerario debe consistir de tomar una merienda, hacer la tarea, alimentar a las mascotas y poner la mesa para la comida. Algunos días tal vez el niño tenga una actividad después de la escuela o vaya a la casa de un amigo a jugar. Los padres deben saber siempre en dónde están sus hijos sin supervisión y qué están haciendo.
Al evaluar las opciones de cuidado infantil, determine si hay otros miembros de la familia que puedan manejar estas responsabilidades. Por ejemplo, ¿un abuelo u otro pariente vive cerca y él o ella están disponibles y dispuestos a ayudar? ¿Hay un adolescente responsable, quizás un hermano mayor, que pueda supervisar a su hijo por un par de horas hasta que usted llegue a casa?
Si elige un programa comercial para después de la escuela, consulte sobre la capacitación del personal. Debe haber una relación alta entre los niños y el personal, y las habitaciones y el área de juegos deben ser seguros.
Además hable con el personal de la escuela de su hijo y en el YMCA local sobre los programas para después de la escuela, los cuales están aumentando en número en muchas partes del país. Estos programas tienden a ser estructurados, ofrecen una variedad de actividades e incluyen tiempo para realizar tareas. Muchos tienen un precio razonable.
Si el costo es un factor importante, considere reunir recursos con los vecinos y contratar a una madre para que supervise a los niños de varias familias. O bien, organice una cooperación de varias familias en las que cada uno de los padres comparte el cuidado infantil después de la escuela de forma rotativa. Algunas compañías ofrecen ahora a sus empleados horarios flexibles, quizás para permitir que las madres y los padres empiecen a trabajar más temprano y puedan estar en casa a las tres de la tarde cuando sus hijos regresan de la escuela.
Algunos empleados se llevan el trabajo a casa, pasan sus últimas dos horas de trabajo en sus escritorios en casa. Los turnos de doce horas con cuatro días libres a la semana y el empleo de medio tiempo son otros patrones alternos de trabajo que algunos padres encuentran adecuados. Estas opciones pueden ser soluciones eficaces para el problema de cuidado infantil para los niños en edad escolar. Cada familia tiene sus propias necesidades y cada una debe buscar cuáles son sus mejores circunstancias.