Las familias no son
democracias. Cada familia tiene sus propias formas de decidir quién tiene el
poder y la autoridad dentro de la unidad familiar, y qué derechos, privilegios,
obligaciones y roles se asignan a cada integrante de la familia.
En la mayoría de las
familias se espera que los padres sean los líderes o ejecutivos de la familia y
que los hijos sigan el liderazgo de sus padres. A medida que los niños de 6 a 8
años (niñez mediana) crezcan, pedirán más autonomía y, de hecho se les debería
permitir tenerla, y sus opiniones se deben tener en cuenta al tomar decisiones;
sin embargo, los padres son la autoridad final.
Por supuesto, siempre habrá
desacuerdos entre las generaciones. Es posible que su hijo desee ir a la playa
en las vacaciones familiares y usted desee ir a las montañas. Él puede pensar
que tiene demasiadas tareas que hacer y usted puede pensar que tiene la
cantidad justa. Deje que dé su opinión, pero la decisión final es suya.
Explique por qué tomó la decisión, sin ponerse a la defensiva ni pedir
disculpas. No siempre estas decisiones serán populares, pero su hijo seguirá
amándolo.
Aunque las jerarquías
generacionales son las más evidentes dentro de las familias, existen otros
tipos de jerarquías. A veces éstas dependen del género. En las sociedades
patriarcales como la nuestra, los hombres tradicionalmente han tenido poder
sobre las mujeres, en particular en el seno de la familia. Tradicionalmente,
los padres han sido los proveedores y las figuras de autoridad, pero si bien
pueden ser los que tomen las decisiones finales, con frecuencia, más allá de
eso, sólo han asumido funciones limitadas en la familia. Las madres han sido
las cuidadoras, las responsables de la parte emocional de la familia; han
mantenido a la familia unida y sin problemas. Esto significa que es probable
que las madres y los padres tengan diferentes posiciones en la jerarquía
familiar, que las madres asuman la responsabilidad principal y que los padres
quizás tengan sólo una responsabilidad parcial en las decisiones parentales
diarias.
Sin embargo, esta estructura
tradicional basada en el género es cuestionada en la actualidad. En muchas
familias, tanto el padre como la madre trabajan y llevan dinero a la casa. Si
bien las mujeres todavía parecen asumir la mayor parte de la responsabilidad de
las actividades diarias de la familia, más padres están asumiendo roles más significativos
en la crianza de los hijos y las tareas domésticas.
Es útil considerar qué roles
toma cada integrante de la familia dentro de la misma y si todos están
satisfechos con el arreglo actual. Por ejemplo, los niños mayores de la familia
pueden tomar el rol parental de cuidar a sus hermanos menores. O los abuelos
pueden adquirir un lugar importante dentro de la familia al asumir un rol
central en la crianza de los niños mientras los padres trabajan.
Piense en las
responsabilidades de todos dentro de su propia familia y cómo está funcionando
el arreglo actual. Algunas responsabilidades pueden estar abiertas a la
negociación, especialmente si la familia no parece estar funcionando de manera
óptima. Por ejemplo, un hijo mayor puede sentirse contrariado por tener
demasiada responsabilidad al vigilar a los hijos más pequeños, mientras que los
hijos más pequeños también pueden sentirse contrariados por el hecho de que el
hijo mayor tenga un rol parental. Esto provocará discusiones cada vez que el
hijo mayor quede a cargo. Los padres deben observar con atención lo que está
sucediendo, analizar cómo se sienten los hijos al respecto y proponer algunas
alternativas.