Por: Perri Klass, MD, FAAP y Eileen Costello, MD, FAAP
Está preocupado por un niño que ama. Hay algo diferente, algo fuera de lugar, algo excéntrico, algo peculiar. Quiere entender qué está pasando y, sobre todo, quiere ayudar.
Su trabajo como padre es ayudar a su hijo a crecer, desarrollarse, aprender y salir adelante. Para hacer bien ese trabajo, tiene que entender a su hijo como individuo, con sus peculiaridades y todo.
Hacer las cosas de un modo diferenteEl mundo está lleno de niños peculiares. Viven con nosotros en nuestras casas, pero viven en zonas ligeramente diferentes, viendo el mundo a su alrededor a través de lentes idiosincrásicos, caminando un poco fuera de paso, marchando e incluso bailando al ritmo de diferentes tambores.
Los niños a los que llamamos "peculiares" son los que hacen las cosas de un modo diferente. Quizás haya notado variaciones en el desarrollo: un niño que no
habla a tiempo o, tal vez, que habla constantemente pero no puede transmitir un mensaje. O quizás hay algo en el temperamento de su hijo que hace que la vida diaria sea un desafío: una rígida necesidad de rutina absoluta, una tendencia a las rabietas escandalosas. O quizás usted está incómodamente consciente de las dificultades sociales porque su pequeño siempre está solo mientras el resto del grupo de juegos hace honor a su nombre.
Estas son las diferencias (desarrollo desigual, extremos temperamentales, complicaciones sociales) que definen al grupo de niños peculiares. Como pediatras y madres, estamos en contacto con niños todos los días, y nos hemos interesado por los niños peculiares que hay entre nosotros.
Niños peculiares entre nosotros
Crecer con o sin un diagnóstico
Hace 40 o 50 años, estos niños habrían sido considerados extraños o excéntricos. Pero no se les habrían realizado evaluaciones médicas ni psiquiátricas y no habrían recibido ningún diagnóstico. Hoy en día, quizás descubra que ayudar a su hijo peculiar a crecer implica hacer frente a un diagnóstico formal o, a menudo, a múltiples diagnósticos o a diagnósticos que cambian constantemente a medida que el niño crece.
No estamos hablando de niños con diagnóstico de un retraso grave del desarrollo y discapacidad intelectual o una enfermedad mental grave. Están fuera del alcance de lo que aquí definimos como "peculiar", y hay una gran cantidad de conocimientos específicos para ayudar a los padres de estos niños a conseguirles la ayuda y el apoyo que necesitan. Estamos hablando de un grupo de niños que habitan una zona más gris, una zona de características que también se encuentran en los niños de desarrollo típico, una zona de diagnósticos superpuestos y terminología en evolución.
Hallar su propio camino
Algunos de estos niños nunca necesitan ningún servicio ni terapia especial. Siguen sus propios caminos excéntricos a lo largo de la escuela y la vida, y logran todo tipo de cosas maravillosas e inusuales. Pero otros tienen dificultades, y hoy en día, eso suele significar atención médica.
Puede descubrir, por ejemplo, que surgen inquietudes sobre si su hijo tiene
trastorno del espectro autista, trastorno de aprendizaje no verbal o trastorno de comunicación social (pragmático). Según sus fortalezas y debilidades, así como quién realiza el diagnóstico, los niños también pueden recibir un diagnóstico de trastorno del procesamiento sensorial, fobia social
o trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Es importante tener en cuenta que todas estas son categorías de diagnóstico relativamente recientes que pueden usarse para describir a los niños que, cuando éramos pequeños, simplemente podrían haber sido llamados "excéntricos", o tal vez podrían haber recibido apodos más duros en el patio de la escuela.
Desafiante pero a menudo encantador
Los llamamos
niños peculiares. Preferimos este término por una razón. No es peyorativo. De hecho, a veces es un cumplido. Pero sí sugiere las características inusuales (desafiante pero a menudo encantador) compartidas por un número cada vez mayor de niños en nuestra sociedad.
No es nuestra intención minimizar la seriedad de sus preocupaciones ni el dolor que conlleva preocuparse por un hijo. Pero también es cierto que todos tenemos solo una infancia, una familia, unos padres. Busque formas de disfrutar y apreciar al hijo que tiene, incluso mientras busca respuestas y ayuda.
Acerca de la Dra. Klass
Perri Klass, MD, FAAP, escribe la columna semanal, "The Checkup” (La consulta de control), para The New York Times. Es profesora de periodismo y pediatría en la Universidad de Nueva York, practica pediatría en el Hospital Bellevue y es directora médica nacional de Reach Out and Read. La Dra. Klass es la autora de varios libros, entre los que se incluye A Good Time to Be Born: How Science and Public Health Gave Children a Future (Un buen momento para nacer: cómo la ciencia y la salud pública les dieron un futuro a los niños). Es madre de 3 y vive en Nueva York, NY. |
Acerca de la Dra. Costello
Eileen Costello, MD, FAAP, es profesora clínica de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y jefa de pediatría ambulatoria en el Boston Medical Center. Dirige la clínica de atención primaria pediátrica y es directora médica del programa SOFAR (Supporting Our Families through Addiction and Recovery) para hijos de madres con trastornos por consumo de sustancias. Es madre de 3 y vive en Jamaica Plain, MA. |