Si es como la mayoría de los padres, se siente satisfecho de ver a su hijo concluir satisfactoriamente el proceso de entrenamiento para el baño. Los días en los que llenaba el carrito de compras con pañales quedaron atrás (al menos con este hijo) y, los accidentes se redujeron a unos cuantos que puede controlar. Sin embargo, terminar el entrenamiento para el baño significa mucho más que liberarse de los pañales. Al aprender a controlar esta función corporal, su hijo ha avanzado significativamente al dominio propio; la meta de cualquier niño pequeño.
Responder a su deseo de que su hijo utilice el inodoro "como un niño grande" y practicar esta nueva destreza y tener éxito una y otra vez, le ha dado un maravilloso sentido de capacidad y hasta independencia. Este sentimiento de que puede vencer ese desafío satisfactoriamente incrementará su confianza en otras áreas de su vida, incluyendo logros sociales y académicos. Incluso frente a accidentes ocasionales, es importante reconocer el nivel de logros que ha alcanzado su hijo que está aprendiendo a ir al baño.
¿Qué aprenderá usted sobre sí mismo?
Una de las fascinaciones de la paternidad es que muchas de nuestras propias suposiciones y emociones ocultas surgen a medida que nos relacionamos con nuestros hijos. Cuando su hijo nació, usted se pudo sorprender de cómo respondía a cada nueva experiencia. Pudo haberse sentido atemorizada o aterrada por el simple nacimiento, emocionada o aprensiva por la lactancia materna, confiada o ansiosa la primera vez que abrazó a su hijo.
El entrenamiento para el baño también implica un amplio rango de sentimientos, muchos de estos pudieron haberse ocultado en el subconsciente hasta ahora; competitividad, ansiedad, enojo, necesidad, ambición y muchas otras emociones. Razonable o no, es difícil controlar dichos sentimientos. A medida que experimenta el entrenamiento de su hijo para aprender a usar el inodoro, piense en sus respuestas emocionales; los sentimientos positivos al igual que los que lamenta ahora. ¿Por qué piensa que sus emociones se mezclaron en estas ocasiones específicas? ¿Qué hizo cuando se sintió de esta manera? ¿Encontró formas de expresar sus emociones de manera que no dañaron la autoestima de su hijo y llevaron a soluciones positivas? ¿Qué aprendió sobre usted misma a través de estas interacciones que puede generalizar a otras situaciones de paternidad?
El entrenamiento para el baño es una terea valiosa que todo padre debe enfrentar. Pero su mayor valor recae en su capacidad de enseñar a los padres más sobre sus hijos, sobre sí mismos y sus vidas como familia. Idealmente, en los siguientes años, podrá utilizar las lecciones aprendidas durante esta tarea para comunicarse efectivamente, promover un comportamiento deseado, enfocarse a nuevos retos de formas positivas y entrenar con mayor facilidad a sus futuros hijos para que aprendan a usar el inodoro.
¿Qué aprenderá de su hijo?
El proceso de entrenamiento para el baño no solamente le ofrece nuevos puntos de vista sobre sus propias emociones, actitudes y enfoque de paternidad, sino también le da una forma fascinante de ver la personalidad y estilo de aprendizaje de su hijo. Una vez el entrenamiento para el baño está por terminar, considere las experiencias de su hijo. ¿Qué partes del proceso fueron fáciles para él y cuáles fueron más difíciles? ¿Tuvo dificultades para permanecer quieto en el inodoro de entrenamiento durante treinta segundos o más? ¿Se involucraba en otras actividades que con frecuencia se le olvidaba ir al baño? ¿Imitaba a cualquier niño con el que estaba en ese momento determinado; usaba el baño de entrenamiento si el otro niño lo hacía pero tenía un accidente si el otro niño todavía usaba pañal? ¿Qué técnicas de entrenamiento funcionaron mejor; hablarle mucho sobre el uso del baño de entrenamiento o simplemente colocarlo en el baño de entrenamiento, apegarse a un horario regular o simplemente dejarlo que sintiera cuando necesitaba ir? ¿Agradecía los recordatorios sobre ir al baño o los percibió como controladores y se resistía? ¿Respondía mejor a abrazos y besos, palabras de halago, estrellas en un cuadro o promesas de actividades divertidas si permanecía seco durante todo el día o la semana?
Un padre observador notará cuán efectivo es el refuerzo positivo con los niños en lugar de la crítica o castigo. El deseo de complacer al padre; y ser halagado, amado y recompensado, es extremadamente poderoso en la mayoría de niños pequeños. El entrenamiento para el baño es uno de los mejores momentos para observar y apreciar esta motivación en su hijo. A medida que su hijo va al kindergarten y a la escuela primaria, su interés positivo continuo y la recompensa por el progreso mantendrá vivo su deseo por complacer, lo que lo ayudará a superarse académica, social y personalmente.
¿Qué aprenderá sobre su familia?
Algunos de los puntos de vista más frecuentes que experimentará durante el proceso de entrenamiento para el baño se relacionan con las formas en las que su familia trabaja unida. Es posible que observe durante seis meses o más que el entrenamiento para el baño generalmente lo hace (o a su pareja) tomar el rol del disciplinario de la familia mientras que su pareja (o usted) prefiere un enfoque más permisivo. (Todas las referencias en esta sección para una pareja pueden aplicarse a cualquier otro adulto involucrado en la crianza de su hijo). O bien, puede observar que su hijo generalmente acude a uno de los padres cuando tiene un accidente y al otro cuando anuncia un éxito. Usted y su pareja también pueden aprender a reconocer las señales que indican cuando uno de ustedes llega a su límite, lo que requiere una intervención rápida del otro. Finalmente, puede observar que uno de ustedes puede inclinarse más a "hacer" cosas por su hijo, mientras que el otro ayuda más a ser lo más independiente posible; un patrón que puede continuar durante años.
Aunque se dará cuenta de que muchos de estos patrones creados continuarán durante toda la infancia, otros cambiarán muchas veces con los años: Su hijo puede buscar más a un padre que al otro durante algunos años, luego cambiará; puede imitar a uno de ustedes en una etapa de la vida, al otro en otra etapa y luego, cambiar de nuevo; puede ser que prefiera a uno de ustedes como su confidente, al otro como su compañero de juegos. Lo principal que debe recordar es que tendrá relaciones separadas con ambos padres y esto es parte de crecer y ser él mismo.
Sin embargo, puede usar lo que observe en sus patrones como familia para hacer cualquier cambio que considere necesario. Posiblemente se dará cuenta de que ustedes dos tienden a "confabularse" con su hijo cuando comete un error, abrumándolo en lugar de darle espacio para que comprenda y corrija su error. O bien, puede notar que cuando usted y su pareja están en desacuerdo sobre su enfoque al problema de la paternidad, cada uno tiende a seguir su propio camino, menoscabando los esfuerzos del otro de llegar a un compromiso viable. Reserve un tiempo para discutir estos temas a solas con su pareja o juntos con el pediatra de su hijo. Incluso puede hablar con su hijo a un nivel sencillo sobre qué técnicas de paternidad lo hacen sentir mejor o peor.
Disfrute la autosuficiencia de su hijo
Cuando sea el momento de que su hijo en entrenamiento para el baño diga adiós a la infancia y crezca, pueden estar orgullosos de sí mismos por finalizar un desafío importante de la paternidad. Su hijo es más confiado e independiente como resultado de sus esfuerzos por ayudarlo a alcanzar este logro importante del desarrollo y su orgullo en su capacidad de dominar una nueva destreza ayudará más a su desarrollo. El simple hecho de que haya experimentado el placer de alcanzar una meta hará que el éxito posterior sea más posible. En los siguientes años, los accidentes sucederán esporádicamente. Lo importante es que su hijo y su familia hayan logrado algo juntos y que ahora está mejor preparado para superar los desafíos que se avecinan.