Cuando su hijo demuestra interés en o está listo para el entrenamiento para el baño, es momento de instalar una bacinilla en su casa. Lleve a su hijo para ir a comprar su “silla especial”; explíquele para qué se usará y permítale decidir cuál comprar.
Una vez haya llevado la bacinilla a casa, escriba en ella el nombre de su hijo. Aliéntelo a jugar con ella, colóquela donde él quiera y rodéela de sus animales de peluche, libros y juguetes favoritos. Sentirse orgulloso de ser el dueño de algo con frecuencia facilitará el interés de su hijo pequeño o en edad preescolar en el uso de la bacinilla, y el tamaño adecuado para un niño le permitirá satisfacer el poderoso deseo de “hacerlo por sí solo”.
Por otro lado, los niños que están más centrados en comportarse como el hermano mayor posiblemente prefieran usar un banquillo para subirse al inodoro para adultos y usar un asiento para niños.
No es necesario colocar primero la bacinilla en el baño. Aunque algunos padres de familia han descubierto que colocar la silla en el baño ayuda a que su hijo la asocie más rápidamente con el acto de eliminación, otros han tenido mayor éxito al conservar la bacinilla en el baño de su hijo, en donde está fácilmente accesible después de una siesta, o bien, en la cocina para usarla después de las comidas. Posteriormente, cuando su hijo ha comenzado a usar la bacinilla con cierta regularidad, la puede llevar al baño o hasta sustituirla por un asiento para niños sobre un inodoro de adultos.