Por Nicholas Chadi, MD, MPH, FRCPC, FAAP
En diferentes medidas, la mayoría de las familias usan medicamentos recetados para necesidades médicas específicas. Algunos ejemplos diarios podrían incluir los medicamentos para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el alivio del dolor, la ansiedad o los problemas para dormir.
Cuando se usan para las afecciones médicas para las que están destinados y se administran según lo recetado, estos medicamentos son generalmente seguros. Sin embargo, cada año, los hospitales y consultorios médicos atienden a miles de pacientes jóvenes que usan medicamentos recetados controlados para otros fines diferentes a los cuales fueron recetados, a veces con resultados mortales.
Explicación de la política de la AAP
Un informe clínico de la American Academy of Pediatrics (AAP), "
Nonmedical Use of Controlled Medications by Adolescents and Young Adults" (Uso no médico de los medicamentos controlados por parte de adolescentes y adultos jóvenes), señala los riesgos del uso no médico de los medicamentos recetados entre preadolescentes, adolescentes y adultos jóvenes. A continuación, indicamos lo que los padres deben saber sobre los riesgos, junto con los pasos a seguir para proteger a sus hijos.
Medicamentos recetados utilizados más comúnmente de forma no médica
El uso no médico de los medicamentos recetados puede comenzar a toda edad. Sin embargo, se observa con más frecuencia en personas jóvenes desde la escuela media hasta los primeros años de la vida adulta. Por lo general, los medicamentos involucrados son:
Los jóvenes que utilizan medicamentos recetados de forma no médica podrían suponer que son seguros. Muy por el contrario, podrían tener ingredientes fuertes que pueden causar daño si no se administran exactamente como se indica. Peor aún, lo que podría parecer un medicamento recetado (desde el envase de la farmacia hasta la etiqueta impresa) podría ser un medicamento falso adulterado con algo más peligroso, como, por ejemplo,
fentanilo.
Riesgos y señales de consumo indebido de medicamentos recetados
Para proteger a su hijo, primero debe conocer los riesgos que podría enfrentar con los medicamentos recetados controlados. Los expertos en salud señalan estas principales preocupaciones:
Recibir medicamentos recetados para otra persona. Por ejemplo, su hijo podría probar un medicamento para el dolor recetado a un miembro de la familia que tuvo
una cirugía o una lesión grave.
Compartir su propia receta con otras personas. Podría dar u ofrecer una dosis de su medicamento para el TDAH o la ansiedad a un compañero de estudios pensando que podría ayudarlo con su rendimiento o estrés durante la época de exámenes.
Recibir dosis más altas o frecuentes. Los niños podrían cambiar o modificar las indicaciones del médico si suponen que los ayudará a rendir más, perder peso o dormir mejor.
Usar medicamentos recetados por las sensaciones que podrían producir, no por la afección médica que tratan. Esto podría significar recibir medicamentos recetados con el objetivo (o la esperanza) de divertirse, relajarse, tener un repentino aumento de la energía o un alivio de los pensamientos dolorosos.
¿Cómo llegan los jóvenes a quedar atrapados en estos patrones?
Es posible que usted se sienta perturbado por el hecho de que su hijo siquiera piense en correr riesgos con medicamentos recetados. Pero la poca experiencia de vida puede hacer que sea más difícil para ellos ver los peligros. El cerebro humano continúa creciendo y desarrollándose hasta al menos los
24 años, por lo que las destrezas de razonamiento de su hijo todavía están "en construcción".
Además, tenga en cuenta los desafíos que muchas personas jóvenes enfrentan, por ejemplo:
Preocupaciones sobre encajar en el grupo de amigos y compañeros de clase
Presión para rendir en la escuela, los deportes y otras actividades
Temores o preocupaciones que los persiguen todo el día
Problemas para dormir o permanecer dormidos
Afecciones médicas que aún no han sido diagnosticadas ni tratadas
Piense, por ejemplo, en un
atleta joven que oculta una lesión dolorosa por temor a ser expulsado del equipo o en un estudiante tenaz que se siente demasiado avergonzado como para contarle a alguien que no puede concentrarse ni enfocarse.
10 pasos de sentido común para proteger a los jóvenes del consumo indebido de medicamentos recetados
1. Comience con una conversación abierta
Hágale saber que hablará desde un lugar de amor y preocupación. "Estoy sacando este tema porque me importas y quiero asegurarme de que estemos del mismo lado".
2. Asegúrese de escuchar tanto como habla
Pregunte si alguna vez ha sido testigo o se ha involucrado en el intercambio de medicamentos recetados o de otro tipo de medicamentos de uso no médico, por ejemplo.
(Consulte "Cómo hablar sobre el intercambio de medicamentos para el TDAH" a continuación). Haga que su hijo se sienta seguro de contarle en qué está pensando. Un enfoque cariñoso y sin prejuicios lo ayudará a sentirse tenido en cuenta y comprendido.
3. Concéntrese en los hechos
Enfatice que las recetas están destinadas ÚNICAMENTE para la persona que el médico está tratando. Nunca es seguro asumir que el medicamento de una persona es adecuado para otra. Muchos medicamentos recetados son sustancias controladas, por eso es ilegal compartirlos.
4. Guarde las recetas en un sitio seguro
Todos los medicamentos se deben conservar en un lugar seguro. Evite los cajones del dormitorio, los estantes de la cocina y las encimeras de fácil acceso. Es mejor conservar los medicamentos controlados en un armario cerrado con llave. Elija un lugar seguro y guarde la llave o la combinación en un sitio seguro.
5. Supervise los medicamentos de su hijo
Si, por ejemplo, su hijo recibe medicamentos para el TDAH, siga cuidadosamente las indicaciones del médico. Con los estudiantes de escuela media, lo mejor es que usted mismo administre el medicamento y observe mientras lo tragan.
Hable con los auxiliares de salud escolar sobre la entrega y el almacenamiento seguros.
A medida que su hijo se acerque a la escuela secundaria y a la vida adulta, guíelo en el manejo de sus propios medicamentos. Déjelo gradualmente asumir la responsabilidad, mucho antes de que se vaya de casa, para que pueda apoyarlo con los desafíos que se presenten.
6. Pregunte al pediatra acerca de la naloxona
En 2019, hubo casi 700 muertes por sobredosis de opioides recetados en personas de entre 15 y 24 años en los EE. UU. La
naloxona es un medicamento de rescate que puede revertir los efectos de un medicamento opioide y prevenir las muertes por sobredosis. Si usted, su hijo o alguien más en su familia toma opioides recetados, la naloxona debería estar en su botiquín de primeros auxilios. Muchos médicos sugieren tenerla a mano para usar en emergencias, ya sea que haya opioides en su hogar o no.
7. Deshágase de todos los medicamentos sin usar
El médico de su hijo puede sugerir lugares seguros para dejar las recetas viejas, vencidas o sobrantes. La respuesta podría estar tan cerca como su farmacia de barrio o un hospital cercano. En algunos casos, es seguro desechar los medicamentos por el inodoro o mezclarlos con el desperdicio de los alimentos (como los posos de café) y tirarlos a la basura. Es trabajo extra, pero la seguridad de su familia vale la pena el esfuerzo. Obtenga más información sobre la eliminación de los medicamentos recetados
aquí.
8. Dé un buen ejemplo
Si usa los medicamentos recetados con cuidado y responsabilidad, estará sentando las bases para que su hijo también tome decisiones saludables.
9. Haga que los controles de salud sean una prioridad
El médico de su hijo es un aliado importante para reconocer las señales de consumo indebido o intercambio de medicamentos (también denominado desviación). Las evaluaciones regulares pueden ayudarlos a trabajar juntos para mantener a salvo a su hijo.
10. Si observa signos indicadores de problemas, busque ayuda de inmediato
No espere para hablar con su hijo sobre esto y contacte a su pediatra o médico de familia si está preocupado. Dar este paso podría generar conversaciones difíciles, desacuerdos o conflictos con su hijo. Recuérdele que lo ama, que se preocupa por su salud y que está tratando de ayudarlo.
Cómo hablar sobre el intercambio de medicamentos para el TDAH
Los estimulantes son los medicamentos más comúnmente recetados para tratar el TDAH. Desafortunadamente, también son los más utilizados
de forma no médica. Hable con su hijo sobre los riesgos graves que conlleva compartir medicamentos para el TDAH. A medida que la conversación avance, dígale cuánto le importa su salud y bienestar. Considere compartir ideas como estas:
Compartir medicamentos puede hacer que alguien salga lastimado. Las reacciones adversas a los medicamentos para el TDAH ocurren con frecuencia, especialmente cuando los jóvenes reciben dosis más altas o frecuentes. Los síntomas podrían ser un latido cardíaco rápido que denote gravedad, un ataque de pánico repentino, e incluso pensamientos o actitudes suicidas.
Es ilegal. Casi todos los medicamentos para el TDAH son sustancias controladas. La ley federal prohíbe la desviación de estos medicamentos a las personas que no sean los portadores de la receta. Hable con su hijo sobre el impacto de por vida que tendrá en su historial que lo arresten por sustancias controladas y recuérdele que no vale la pena.
La salud propia está primero. Si su hijo acepta su diagnóstico de TDAH y comprende el valor de la medicación en su plan de bienestar, es mucho menos probable que desvíe dosis a otra persona.
Existen formas efectivas de decir no. Los niños dicen que es más difícil decir que no cuando un amigo cercano suplica por "una sola pastilla". Estar preparado hace que la situación sea menos estresante. "Lo siento, cada dosis es necesaria para manejar mi propia vida", o bien, "Si tuvieras siquiera la más mínima reacción adversa, nunca me lo perdonaría" son dos posibles respuestas.
Si ve signos de desviación de medicamentos recetados (por ejemplo, quedarse sin dosis antes de las reposiciones programadas, "perder" los medicamentos repetidamente o tener más síntomas de TDAH de lo habitual), hable con su hijo y no dude en ponerse en contacto con su pediatra para obtener recursos y apoyo.
Más información
Acerca del Dr. Chadi
Nicholas Chadi, MD, MPH, FRCPC, FAAP,
es el primer autor del informe clínico de la AAP, "Nonmedical Use of Controlled Medications by Adolescents and Young Adults" (Uso no médico de los medicamentos controlados por parte de adolescentes y adultos jóvenes). Es profesor adjunto de Pediatría en University of Montreal y científico clínico especializado en Medicina Adolescente y de la Adicción en Sainte-Justine University Hospital Centre.
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