Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
 
Edades y Etapas

Cuando un adolescente quiere abandonar la escuela

“Estoy pensando en dejar la escuela. Nunca he sido un buen estudiante y no es como que tenga pensado convertirme en médico o abogado o algo así. Quiero ser mecánico especializado; talvez algún día abra mi propio taller de reparación automotriz”.

La mayoría de padres probablemente estarían desconsolados si su hijo les dijera que está pensando en abandonar la escuela secundaria. En el mercado laboral actual, no tener un título universitario puede ser un impedimento para muchas carreras; no tener un título de estudios de la escuela secundaria cierra aún más puertas. En general, los jóvenes parecen entender las consecuencias financieras de abandonar prematuramente la escuela. De 1960 a 1996, la proporción de estudiantes que abandonaron la escuela secundaria entre hombres y mujeres de dieciséis a veinticuatro años se redujo de forma continua de aproximadamente uno de cada cuatro a uno de cada diez.

La ley exige que los menores deben asistir a la escuela hasta los dieciséis años. Después de eso, ni los padres ni las autoridades escolares cuentan con recurso legal alguno para evitar que la abandonen. Algunos la abandonan para casarse o porque tuvieron un bebé; otros están ansiosos por empezar a ganar un cheque de salario ordinario. Sin embargo, probablemente es seguro decir que una gran mayoría se siente aliviado de acortar sus años de escuela secundaria, los cuales muchas veces pasan a la deriva, aburridos y socialmente aislados. Para ellos, salir por las puertas de la escuela muy bien podría ser el primer paso para encontrar el rumbo de su vida. Seamos honestos: No a todos les gusta estudiar, no todos están hechos para tener un trabajo digamos que administrativo. Otras oportunidades esperan. Estos jóvenes pueden aprender a comerciar o cultivar un talento en las artes, los deportes o algún otro cometido y lograr convertirse en alguien tan exitoso y realizado como sus compañeros que obtuvieron un título de estudios.

Los padres de un joven que se encuentra en esta encrucijada deben evaluar sus fortalezas y debilidades de forma honesta. Si se le brinda el programa educativo o la ayuda adicional adecuados, ¿podría elevar su rendimiento escolar a un nivel aceptable? ¿O presionarlo para que se quede en la escuela simplemente prolongaría una situación inútil y posiblemente dañina?

Qué puede hacer usted

Para el joven que está considerando abandonar la escuela, hágale ver la gran diferencia que existe entre lo que gana alguien que abandonó la escuela comparado con alguien que se graduó de la escuela secundaria y entre alguien que se graduó de la escuela secundaria y alguien que se graduó de la universidad. De acuerdo con el Departamento de Comercio de EE. UU., el ingreso anual promedio de hombres que abandonaron la escuela secundaria era solo $13,961 en 1993. Los que se graduaron de la escuela secundaria, $20,870; los hombres con estudios universitarios parciales, $23,435; y los que se graduaron de la universidad, $32,708. Entre las mujeres, la brecha entre los salarios promedio para las que abandonaron la escuela secundaria y las que se graduaron de la universidad fue todavía mayor: $7,674 y $26,043, respectivamente. Las mujeres que solo se graduaron de la escuela secundaria tienen salarios 5% más bajos que las que se graduaron de la universidad. Lo que es más, tres de cada cinco graduadas de la escuela secundaria y que no se inscribieron en la universidad tenían empleo, comparado con solo dos de cada cinco de las que abandonaron la escuela secundaria.

Trabaje conjuntamente con el personal de la escuela para mejorar la experiencia de su hijo en ese centro. Talvez su hijo estaría interesado en un programa de trabajo y estudio, que le permite adquirir experiencia práctica en un campo que le llame la atención al mismo tiempo que continúa en la escuela.

Para darle un ejemplo, la Agencia de Seguridad Nacional (National Security Agency, NSA) de EE. UU., ubicada en Maryland, contrata estudiantes del último año de la escuela para que trabajen de dieciséis a veinticinco horas a la semana en una de cuatro áreas, incluyendo contabilidad y trabajo administrativo de oficina. Los estudiantes reciben salarios, así como permisos por enfermedad y la opción de participar en los programas de seguro de vida y de salud de NSA. También las empresas privadas tienen programas similares con las escuelas secundarias. Un miembro del personal de asesoría y consejería debería ser capaz de remitirlo a la persona a cargo de coordinar los programas de experiencia laboral. Investigue todas las opciones antes de que un adolescente abandone la escuela.

Cuando el adolescente haya decidido abandonar la escuela, apóyelo, ¡pero no lo apoye financieramente! Si vive en la casa, insista en que pague por su habitación y alimentación, además de cubrir el seguro de su auto y otros gastos personales. Esto es importante, aunque alguien que ha abandonado la escuela gane en promedio solo $270 a la semana.

Cuando los padres dejan que un hijo adolescente viva en la casa sin pagar alquiler, le están alimentando la fantasía de que es independiente y capaz de mantenerse por sí solo. También están asfixiando cualquier incentivo de crecer, sin mencionar de mudarse. Papá y mamá deben hacer que tome conciencia. El darse cuenta de que su salario apenas cubre las necesidades básicas -sin pensar en tener dinero extra para actividades recreativas y lujos- puede ser el ímpetu que motive a alguien que abandonó la escuela a convertirse en uno de los 750,000 o más adultos que obtienen un diploma de equivalencia de la escuela secundaria (general equivalency diploma, GED) cada año. Con pocas excepciones para el caso contrario, los empleadores sí contratan a personas que cuentan con estos diplomas y a personas graduadas de la escuela secundaria por igual. De hecho, uno de cada siete hombres y mujeres que reciben su título de estudios de la escuela secundaria lo hacen por medio de pruebas GED, que cubren destrezas para escribir, estudios sociales, literatura y artes, así como matemática.

Es importante que los padres que se sienten desanimados recuerden esto: El hecho de que un adolescente abandone la escuela no necesariamente marca el final de su educación. Al formar parte de la fuerza laboral, podría descubrir una carrera que le guste y decidirse a obtener su GED y un título universitario, con el fin de mejorar. De acuerdo con el Consejo Estadounidense en Educación (American Council on Education, ACE), dos de cada tres personas que toman la prueba de GED planean ingresar a la universidad, una escuela de formación profesional, una escuela técnica o una escuela de negocios en el siguiente año.

Última actualización
11/21/2015
Fuente
Caring for Your Teenager (Copyright © 2003 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
Síganos