Durante los años de preescolar, su hijo descubrirá mucho sobre sí mismo e interactuará con las personas que lo rodean.
A los
3 años, su hijo será menos egoísta que cuando era más chico. Dependerá menos de usted. Esta es una señal de que su sentido de identidad es más fuerte y seguro.
Hacer amigos
Es en este momento cuando, de hecho,
jugará con otros niños interactuando, en lugar de jugar cada quien por su lado. En el proceso, reconocerá que no todos piensan lo mismo que él. Ahora entiende que cada uno de sus compañeros de juego tiene muchas cualidades únicas y que algunos son más fáciles de tratar que otros.
Usted también notará que a esta edad se acerca más a ciertos niños y empieza a desarrollar amistades con ellos. Mientras crea estas amistades, su hijo descubre que también tiene cualidades especiales que lo hacen agradable. Esto le da un impulso vital a su
autoestima.
Compartir y esperar su turno
Hay más buenas noticias sobre el desarrollo de su hijo a esta edad: se vuelve más consciente y sensible ante los sentimientos y las acciones de los demás. A medida que esto sucede y de manera gradual, dejará de competir tanto y cooperará más al jugar con sus amigos.
Su hijo aprenderá a turnarse y a compartir los juguetes en grupos pequeños. Claro, a veces no lo hará. Pero en lugar de agarrar, quejarse o gritar por algo, la mayoría de las veces lo pedirá de forma educada.
Puede esperar menos
comportamientos agresivos y sesiones de juego más tranquilas. Los niños de tres años son capaces de resolver disputas turnándose o intercambiando juguetes. Sin embargo, en especial al principio, usted deberá fomentar este tipo de colaboración.
5 consejos para enseñarle a su hijo a compartir
Dígale a su hijo que "use sus palabras" para resolver los problemas en lugar de
portarse mal.
Recuérdele que cuando dos niños comparten un juguete, ambos tienen turnos iguales.
Sugiera maneras de llegar a una solución sencilla cuando su hijo y otro niño quieran el mismo juguete. Por ejemplo, dibujar durante el primer turno o encontrar otro juguete o actividad. Esto no siempre funciona, pero vale la pena intentarlo.
Ayude a su hijo con las palabras adecuadas para
describir sus sentimientos y deseos de tal forma que no se sienta frustrado.
Sobre todo, muéstrele con el ejemplo cómo superar los conflictos de manera pacífica. Si tiene un temperamento explosivo, trate de calmar sus reacciones si su hijo está presente. De lo contrario,
imitará su conducta cuando se sienta bajo estrés.
Cuando el enojo o la frustración se vuelven algo físico
No importa lo que usted haga, probablemente habrá ocasiones en que el enojo o la frustración de su hijo se volverá algo físico. Cuando esto suceda, impídale que lastime a los demás. Si no se tranquiliza rápidamente, aléjelo de los otros niños.
Háblele de sus sentimientos e intente determinar por qué se siente tan disgustado. Hágale saber que entiende y acepta sus sentimientos, pero aclárele que pegar o atacar físicamente a otro niño no es una buena manera de expresar estas emociones.
Aprender a decir lo siento: cómo pedir disculpas y hacerlo de manera sincera
Ayude a su hijo a ver la situación desde la perspectiva del otro niño recordándole una situación en la que alguien le haya pegado o gritado. Luego, sugiérale maneras más pacíficas de resolver los conflictos. Una vez que comprenda lo que hizo mal, no antes, pídale que se disculpe con el otro niño.
Tenga en cuenta que decir únicamente "lo siento" podría no ayudarlo a corregir su conducta; necesita saber también por qué se está disculpando. Es posible que no lo entienda de inmediato, pero dele tiempo. Para
los 4 años de edad, estas explicaciones comenzarán a tener sentido.
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