Esa sustancia viscosa, en la mayoría de los hospitales, es pomada de eritromicina, y sirve como un medio inocuo, económico y simple para prevenir la ceguera. La ceguera en cuestión es el resultado de una infección con 1 de 2 infecciones de transmisión sexual, clamidia y gonorrea (a menudo las persona adquieren las dos al mismo tiempo). Ambas infecciones pueden progresar rápidamente en los ojos de los recién nacidos, dañando la parte clara sobre las pupilas (corneas) y causando daño irreversible. Los hombres y las mujeres pueden propiciar infecciones de clamidia y gonorrea sin ningún síntoma. Los médicos obstetras hacen pruebas a la mayoría de las mujeres para detectar estas infecciones durante sus embarazos y darles tratamiento si sus pruebas salen positivas, pero las madres aún pueden contraer esas enfermedades después de haber recibido los resultados de sus pruebas, por lo que para estar seguros, le damos tratamiento a todos.
La pomada de eritromicina es casi 100% efectiva en la prevención de infecciones oculares por gonorrea, pero las infecciones por clamidia pueden surgir hasta dos semanas después del parto. Cuando esto sucede, solo los antibióticos orales proporcionan tratamiento efectivo. Debido al daño causado por la clamidia, muchos pediatras examinan los ojos de los recién nacidos para detectar la enfermedad antes de prescribir antibióticos. Otra infección ocular también puede amenazar la vista de su bebé, incluso el virus del herpes simple y el estafilococo áureo. Existen muchos otros motivos por los que un bebé podría desarrollar secreción de los ojos durante las primeras semanas de vida, incluso una reacción alérgica poco común a la eritromicina.
Cuándo llamar al médico
Si su recién nacido desarrolla una secreción amarillenta y espesa en uno o ambos ojos, asegúrese de que un médico lo examine inmediatamente.