¿Cuántos días su hijo faltó a la escuela en las últimas 4 semanas? ¿Estuvo enfermo uno o dos días? ¿Qué hay del día en que se fue más temprano porque tenía una cita con el dentista? ¿O de los días libres que usted se tomó para extender las vacaciones? Puede ser difícil llevar la cuenta.
Faltar un día de vez en cuando no parecería ser un problema. Pero las inasistencias escolares se acumulan rápido. Faltar dos días al mes, con o sin justificación, puede acumular inasistencias hasta que el niño sea considerado ausente crónico. La buena noticia es que asistir a la escuela tiene efectos poderosos y positivos en los niños.
Por qué es importante la asistencia escolar
La asistencia regular a la escuela no solo ayuda a su hijo a aprender. También mejora su desarrollo y salud en general. Por eso, la American Academy of Pediatrics (AAP) insta a las familias a:
Reducir las inasistencias innecesarias
Aprender sobre las políticas de asistencia del lugar donde viven
Priorizar que sus hijos vayan a la escuela a tiempo, todos los días (a continuación, encontrará
10 consejos que pueden ser útiles)
Definición de ausentismo injustificado y ausentismo crónico
¿Qué es el ausentismo crónico?
Ausentismo crónico significa faltar demasiado a clase, por el motivo que sea, con o sin justificación. Los expertos, y cada vez más estados, definen el ausentismo crónico como un 10% de inasistencias (alrededor de 18 días) durante el año escolar.
¿Qué es lo que convierte a un estudiante en un estudiante con "ausentismo injustificado"?
Si bien el ausentismo crónico mide el total de inasistencias, las justificadas y las injustificadas, cuando se habla de ausentismo injustificado solo se incluyen las inasistencias que no están justificadas. La cantidad de inasistencias injustificadas requeridas para que un estudiante sea considerado con "ausentismo injustificado" es diferente en cada estado.
Lea las políticas de su distrito escolar y los códigos estatales sobre asistencia. Manténgase bien informado respecto a cuántas inasistencias se permiten y lo que se considera inasistencia justificada e injustificada.
Tener demasiadas inasistencias es grave no solo para los estudiantes, sino también para los padres. Las escuelas gestionan los problemas menores de faltas con cartas de advertencia, reuniones de padres con maestros y a través de otros medios. Sin embargo, en algunos estados, se puede multar a los padres cuando sus hijos faltan demasiado a clase.
El ausentismo crónico afecta a millones de estudiantes en todo el país
A partir del año escolar 2022-2023, más de una cuarta parte de los estudiantes estadounidenses desde el jardín de infantes hasta 12.º grado faltaron un mes o más del año escolar. Esto supone casi el doble del número de estudiantes que presentaron ausentismo crónico antes de la pandemia de COVID-19.
Algunos grupos de alumnos tienen más dificultades para asistir a la escuela que otros. Los alumnos de jardín de infantes y primer grado, así como los estudiantes de secundaria, tienen más probabilidades de presentar ausentismo crónico. Los estudiantes con discapacidades, los que viven en la pobreza y los estudiantes de color también tienen más probabilidades de faltar a la escuela.
Los estudiantes se vuelven ausentes crónicos por muchos motivos
Hay ciertos motivos para faltar a clases que no se pueden evitar, como la necesidad de aislamiento durante una enfermedad infecciosa. Es importante que las familias sepan cuándo un niño debería o no quedarse en casa por razones de salud, cuándo buscar atención y cuándo está bien regresar después de una enfermedad.
(Consulte "Cuándo debe su hijo quedarse en casa y no ir a la escuela".) Mantenerse al día con las vacunas y los refuerzos recomendados también ayuda a mantener a los niños
saludables y reducir las ausencias.
Cuándo vigilar de cerca las ausencias escolares
Si su hijo ha perdido muchos días de escuela o algunos días todos los meses, es importante tener en cuenta el motivo de las inasistencias. Podría haber razones subyacentes que necesitan abordarse con su médico. Por ejemplo:
Un
estudio a nivel nacional concluyó que los niños con
TDAH, autismo o retrasos del desarrollo tienen el doble de probabilidades de tener ausentismo crónico en comparación con los que no presentan estas afecciones.
Los niños con enfermedades crónicas comunes, como
asma y
diabetes tipo 1, faltan más a la escuela cuando tienen más síntomas.
Los problemas de salud mental, como
la ansiedad o
la depresión, son motivos comunes de inasistencia. Los jóvenes que sufren acoso o un entorno poco amable en la escuela también son más propensos a faltar a clase.
Hasta el 5% de los niños tienen
ansiedad relacionada con la escuela y podrían tener dificultades para entender o explicar por qué se niegan a ir a la escuela.
Si sumamos todo, quedan muchos pupitres vacíos y se pierde mucho tiempo escolar.
No subestime el daño que pueden ocasionar estas inasistencias escolares
Faltar solo dos días al mes a la escuela, por el motivo que sea, puede dificultar la vida. Los niños ausentes crónicos en jardín de infantes y primer grado tienen menos probabilidades de leer con el nivel adecuado para su grado cuando llegan a tercer grado.
En el caso de los alumnos mayores, el ausentismo crónico está íntimamente vinculado con el fracaso escolar, incluso más que las bajas calificaciones o los malos resultados en las pruebas. Cuando las inasistencias se acumulan, es más probable que estos estudiantes sean suspendidos y
abandonen la escuela secundaria.
Cuando un niño falta a clase, se pierde algo más que una buena educación. Su salud y bienestar también podrían verse afectados.
Más allá de lo académico, la escuela es también una importante fuente de alimentos nutritivos para los estudiantes. La escuela es el lugar donde muchos estudiantes reciben servicios especiales, como fisioterapia, terapia ocupacional, terapia de salud conductual y otros.
La asistencia regular a la escuela también proporciona un ambiente estimulante. Esto puede ayudar a los jóvenes a entablar relaciones con compañeros y adultos, y a adquirir un sentido más profundo de comunidad y propósito.
(Consulte "Consejos para favorecer un desarrollo mental sano").
10 consejos prácticos para hacer que su hijo vaya a la escuela a tiempo, todos los días
Fije objetivos de asistencia con su hijo y haga un seguimiento de su progreso en un calendario. Pruebe con dar pequeñas recompensas por no faltar nunca a la escuela, como atrasar la hora de ir a la cama los fines de semana.
Ayude a su hijo a dormir bien por las noches. La falta de sueño está asociada con menos logros escolares a partir de la escuela media, así como también con más faltas a la escuela y llegadas tarde. La mayoría de los niños más pequeños necesitan entre 10 y 12 horas de sueño por noche, y los adolescentes (de entre 13 y 18 años) necesitan entre 8 y 10 horas por noche.
Verifique aquí cuántas horas necesita su hijo.
Prepárese la noche anterior para optimizar sus mañanas. Haga que su hijo prepare su ropa antes de acostarse. Prepare
las mochilas y
los almuerzos. Elabore planes de respaldo para ir a la escuela en caso de que ocurra un imprevisto, como perder el autobús o una reunión a primera hora de la mañana. Cuente con la ayuda de un familiar, un vecino u otro adulto de confianza que pueda sustituirlo para llevar a su hijo a la escuela si usted no pudiera.
Programe los viajes largos en época de vacaciones escolares. Esto ayuda a su hijo a estar al día con lo que aprende en la escuela y genera la expectativa de ir a la escuela durante todo el año escolar. Recuerde que, incluso en la escuela primaria, faltar una semana a clases puede atrasar el aprendizaje de su hijo.
Manténgase al día con las visitas de control rutinarias y dentales. Estas visitas ayudan a garantizar que su hijo va por buen camino en su crecimiento y desarrollo. También lo mantienen al día con la atención preventiva, incluidas las vacunas. Las visitas periódicas al pediatra y al dentista ayudan a detectar los problemas de salud a tiempo. Cuando sea posible, intente programar estas y otras citas médicas antes o después del horario escolar.
No deje que su hijo se quede en casa salvo que realmente esté enfermo. Los motivos para quedarse en casa incluyen fiebre de más de 101 °F (38 °C), vómitos, diarrea, tos seca, dolor de muelas u otras enfermedades infecciosas. Tenga en cuenta que las quejas frecuentes de dolor de estómago o de cabeza podrían ser un signo de ansiedad y no constituir un motivo para quedarse en casa.
Si su hijo tiene un problema de salud crónico, como
asma,
alergias o
convulsiones, hable con el pediatra sobre la elaboración de un plan de acción para la escuela. Reúnase con la
enfermera de la escuela de su hijo y conózcala. Si necesita orientación y documentación para un Programa de Educación Individualizada (IEP, por sus siglas en inglés) o un
Plan 504, pida ayuda a su pediatra para obtener los servicios en la escuela.
Hable con su hijo sobre los motivos por los cuales no quiere ir a la escuela. La ansiedad relacionada con la escuela puede provocar la
evasión de la escuela. Hable con su hijo sobre sus síntomas físicos y emocionales. Intente que le hable sobre cualquier dificultad emocional que esté teniendo con temas tales como
el acoso,
el temor al fracaso o hechos reales de
daño físico. Si le preocupa la salud mental de su hijo, hable con el pediatra, con el maestro del niño o con el asesor escolar.
Siga las reglas. Asegúrese de saber cuáles son los requisitos de su escuela cuando un niño falta o llega tarde. Si se supone que debe llamar, enviar un correo electrónico o entregar una nota del médico después de determinados días de inasistencia, hágalo. Si queremos que nuestros hijos sigan las reglas, debemos dar el ejemplo.
Busque actividades en la escuela que coincidan con los intereses de su hijo. ¿La escuela de su hijo tiene un club o un programa extracurricular que le pueda interesar? ¿Hay algún equipo deportivo o grupo musical escolar al que podría unirse? Este tipo de actividades especiales pueden ayudar a los niños a
conectar con la escuela y mantenerse motivados para asistir.
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