Los pediatras evalúan el crecimiento y el desarrollo del niño por medio de gráficas de crecimiento estandarizadas y el índice de masa corporal (IMC). Las gráficas de crecimiento indican si un niño está dentro del rango normal de estatura y peso para su edad. Los niños cuyo peso o estatura son superiores al percentil 85 o inferiores al percentil 5 deben ser examinados por un médico para determinar si necesitan realizarse otras evaluaciones. Los pediatras también prestarán atención a variaciones en el peso del niño que pueden significar que algo ha cambiado y ha hecho que comience a subir o bajar de peso.
El índice de masa corporal es un cálculo del peso de su hijo en relación con la estatura. Un IMC que supera el percentil 85 significa que tiene sobrepeso, mientras que los niños que superan el percentil 95 se consideran obesos, lo cual aumenta su riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes. El percentil del IMC que define la obesidad grave es el 120 % del percentil 95. Si el IMC de su hijo está entre los percentiles 85 y 95, la causa de su exceso de peso puede ser la grasa o la masa muscular. Las gráficas de crecimiento y el IMC sólo muestran parte de la historia, ya que ninguno de los métodos miden la grasa corporal. Los niños y los adolescentes que son deportistas y tienen una contextura musculosa o delgada pueden tener un IMC alto sin tener exceso de grasa ni ser obesos. En algunas clínicas especializadas en obesidad, casi entre el 10 % y el 15 % de los niños se encuentran en esta categoría. Además, tenga en cuenta que existen pequeñas diferencias entre los niños afroamericanos y los de raza blanca; en las medidas del IMC. Los niños y adolescentes afroamericanos tienden a tener una mayor masa muscular y ósea y menos grasa corporal. Sin embargo, casi todos los niños y adolescentes con un IMC superior al percentil 95 tienen mucha grasa corporal, independientemente de su origen étnico o musculatura.
Algunos padres se preguntan cómo es posible que el 17 % de los niños de entre 2 y 19 años sean obesos cuando solo el 5 % de la población debería tener un IMC superior al percentil 95. Las gráficas del IMC se calculan en función de los niños y los adolescentes estudiados antes de 1988, cuando no había tantos jóvenes obesos. En ese entonces, sólo el 5 % de los niños y los adolescentes eran obesos.
Si su hijo tiene sobrepeso porque aumenta el tamaño de su contextura, tranquilícelo diciéndole que su exceso de peso no es grasa y anímelo a realizar actividades físicas para mantener su tono muscular. Además, participe activamente en conversaciones con su pediatra y su hijo acerca del peso de su hijo. Para evitar preocupaciones acerca del tamaño corporal, los padres y los niños deben aceptar el tipo de cuerpo del niño. Es posible que otros familiares tengan una contextura similar. Si se concentra de manera inadecuada solamente en el peso e insiste a su hijo para que pierda peso, este puede fomentar una imagen corporal distorsionada y el riesgo de presentar un trastorno alimentario. Se estima que entre el 70 % y el 80 % de las niñas perciben, con o sin razón, que son demasiado gordas. Los expertos advierten que una percepción equivocada de la imagen corporal puede estar incentivando, por lo menos en parte, la epidemia de obesidad actual con dietas inadecuadas seguidas de un aumento de peso por el efecto rebote.
Elija ser feliz
Muchos adolescentes, especialmente las niñas, sienten una tristeza profunda cuando se dan cuenta de que nunca tendrán la figura de una supermodelo ni firmarán contratos multimillonarios como las estrellas de cine.
Ayude a su hija aceptarse como es. Tranquilícela diciéndole que la belleza verdadera está en el interior. Ayúdela a fomentar sus destrezas y talentos y ponga énfasis en sus atributos positivos. Muéstrele ejemplos a seguir de mujeres que han aprovechado al máximo sus talentos, que han alcanzado objetivos intelectuales y humanitarios o han criado a niños saludables y equilibrados, en lugar de vender su apariencia para tener un éxito superficial.