Por Laura A. Jana, MD, FAAP y Jennifer Shu, MD, FAAP
Seremos los primeros en admitir que la posición boca arriba no siempre parece sentarle bien a todos los bebés. Si bien parece variar, hemos descubierto que muchos bebés son propensos a despertarse sobresaltados de un sueño tranquilo. Esto se debe a que todos los bebés están a merced de sus propios
reflejos que, por definición, no pueden controlar, y nacen con un reflejo especialmente molesto (el reflejo de sobresalto o de Moro).
El reflejo de Moro hace que los bebés se sacudan repentinamente, agiten los brazos y las piernas e incluso griten en respuesta al sobresalto, de ahí el nombre. Y sí, incluso cuando haya hecho todo lo posible por crear un entorno sin sobresaltos para que su bebé duerma, es posible que igualmente empiece a mover sus propias manos (y pies), se despierte sobresaltado y luego se sacuda hasta que alguien venga a su rescate. Pero no renuncie a un sueño sin interrupciones todavía, porque hay algo rápido y fácil que puede hacer: una técnica pequeña y práctica que llamamos "envoltura en forma de burrito".
La envoltura en forma de burrito
Conocida también como fajar, puede ser útil envolver a su bebé tan ajustadito como si fuera un bichito en una manta para bebés antes de acostarlo a dormir. Aunque no hay escasez de mantas para fajar al bebé disponibles comercialmente, también es posible envolverlo en casa con una manta normal para bebés.
Sin duda, las personas con más talento que hemos visto usando esta técnica para preservar el sueño son los enfermeros de la sala de recién nacidos. Estos expertos en envolver a los bebés toman a los recién nacidos incómodamente libres y expuestos y los envuelven casi sin esfuerzo en un sueño feliz sin que puedan sacudirse en un abrir y cerrar de ojos. Si tiene la oportunidad, le recomendamos ver a estos profesionales en acción.
Para los que ya están en casa y se perdieron la demostración en el hospital o les vendría bien un pequeño curso de repaso, les explicamos los detalles lo mejor posible sin estar allí para demostrarlo en persona.
Cómo envolver al bebé en 6 pasos
Coloque una manta fina para bebés en forma de diamante frente a usted.
Doble la esquina superior de la manta un poco hacia abajo, de modo que la esquina doblada llegue casi a la mitad de la manta.
Coloque a su bebé boca arriba y céntrelo sobre la manta con los brazos a los costados, la cabeza por encima del borde doblado y los hombros debajo.
Tome una de las esquinas laterales de la manta y dóblela sobre el hombro de su bebé y por encima de su cuerpo, asegurándose de meter la esquina debajo de él en el lado opuesto.
Luego, tome la esquina inferior de la manta (debajo de los pies de su bebé) y dóblela sobre su bebé. Si la manta es lo suficientemente grande como para que la esquina inferior llegue hasta (o sobre) la cara de su bebé, simplemente puede doblarla hacia abajo hasta que su cara ya no esté cubierta o pasarla sobre uno de los hombros y meterla debajo.
Por último, tome la única esquina que queda y pásela sobre el otro hombro de su bebé y por encima de su cuerpo. De nuevo, meta esta esquina cómodamente debajo del lado opuesto de su bebé.
Una vez que tenga la idea general, recuerde que las variaciones son perfectamente aceptables. Siéntase con libertad para hacer lo que funcione mejor para usted y su bebé. Aunque los detalles exactos y el orden en que los hace pueden no importar demasiado al final, señalaremos que hay una buena razón por la que recomendamos doblar la parte inferior de la manta hacia arriba
antes de voltear la última esquina (es decir, el paso 5 siempre antes del paso 6) y siempre meter las esquinas debajo de su bebé; esto ayuda a evitar que su trabajo manual se deshaga con la misma facilidad.
Sin embargo, si su técnica para fajar al bebé no le parece muy segura, puede optar por no hacerlo usted mismo y usar una manta diseñada específicamente para que no se mueva. (Nota: La American Academy of Pediatrics
no recomienda el uso de fajas con peso, mantas con peso u otros objetos con peso como
bolsas rellenas de arroz dentro de una manta para fajar).
Por supuesto, siempre deberá asegurarse de que al fajar no ajuste demasiado como para restringir posiblemente la respiración de su bebé. Como regla general, esto significa que deberían caber dos o tres dedos entre la faja y el pecho de su bebé.
Envuelva al bebé dejando las manos libres
Algunos de nuestros estimados colegas padres sugieren hacer lo que sea necesario (con respecto a envolver, claro) para asegurarse de que los brazos y las piernas del bebé permanezcan cómodamente sujetos en la manta. Otros expertos, igualmente convincentes y respetables, recomiendan no restringir nunca los brazos del bebé y centrar la atención en envolver sus piernas, dejando que sus brazos tengan rienda suelta. Si bien es cierto que no hay evidencia que respalde ninguno de los métodos, personalmente hemos intentado envolver de ambas formas con buenos resultados. Si ve que a su bebé no le gusta tener los brazos "pegados" a los costados en lugar de levantados hacia la cabeza, entonces envuélvalo en forma de burrito sin colocar los brazos dentro.
Envuelva al bebé con seguridad
Envolver puede ser una técnica efectiva para ayudar a calmar a los bebés y promover el sueño, pero solo cuando se hace correctamente. La mayoría de los expertos en salud infantil están de acuerdo en que las caderas de un bebé no deben estar muy apretadas. En cambio, se les debe permitir que se relajen en sus posiciones naturales de ancas de rana para permitir un crecimiento y desarrollo articular apropiados.
Por razones de seguridad, siempre debe asegurarse de que su bebé envuelto esté boca arriba, nunca de lado o boca abajo. Envolver también tiene el potencial de hacer que los bebés se calienten de más, así que asegúrese de revisar y asegurarse de que su bebé no muestre signos de sobrecalentamiento (sudoración, cabello húmedo, sarpullido y respiración acelerada). Y debe dejar de envolver a su bebé una vez que parezca que está tratando de darse la vuelta.
Más información
Acerca de la Dra. JanaLaura A. Jana, MD, FAAP, es pediatra y madre de tres hijos con un nombramiento en la facultad del Centro de Investigación de Prevención Edna Bennett Pierce de la Universidad Penn State. Es autora de más de 30 libros para padres y niños y se desempeña como experta/colaboradora en la primera infancia para organizaciones que incluyen la Oficina de Salud Materna e Infantil, Primrose Schools y US News & World Report. Vive en Omaha, NE. |
Acerca de la Dra. Shu
Jennifer Shu, MD, FAAP se desempeña como editora médica de HealthyChildren.org y supervisa y dirige el sitio junto con el editor del personal. La Dra. Shu es pediatra en ejercicio en Children's Medical Group en Atlanta, Georgia, y también es madre. Obtuvo su título de médico en el Medical College of Virginia en Richmond y se especializó en pediatría en la Universidad de California, San Francisco. Su experiencia incluye trabajar en la práctica privada, así como trabajar en un centro médico académico. Se desempeñó como directora de la sala de recién nacidos normal en el Centro Médico Dartmouth-Hitchcock en New Hampshire. La Dr. Shu también es coautor de Food Fights y Heading Home with Your Newborn publicado por la American Academy of Pediatrics (AAP). |