Las necesidades nutricionales de su nuevo bebé son mayores que en cualquier otro momento de su vida. Sin embargo, alimentar a su bebé proporciona más que solo una buena nutrición. También le permite mantener cerca a su recién nacido, abrazarle y hacer contacto visual con él. Estos son momentos relajantes y placenteros para ambos y estrecha su vínculo.
Debido a su composición nutricional y sus propiedades beneficiosas para la salud, la leche materna (también llamada leche humana) es el alimento ideal para los bebés humanos. Con apoyo, la mayoría de las mujeres pueden amamantar con éxito a sus bebés. Si usted no puede amamantar, la fórmula para bebés es una alternativa aceptable y nutritiva a la leche materna.
La leche materna o la fórmula deben ser la única fuente de nutrición de su hijo durante los primeros seis meses. Cuando incorpore alimentos sólidos a la dieta de su bebé, continúe amamantándole por lo menos hasta que tenga 12 meses o más.
Durante este tiempo, usted y su pediatra deberán prestar atención a su patrón de alimentación y asegurarse de que esté obteniendo lo suficiente para crecer. (Consulte, "¿Con qué frecuencia y qué cantidad debe comer su bebé?") Los controles médicos regulares y el seguimiento de su crecimiento es la mejor manera de asegurarse de que así sea.
Conocer los patrones de alimentación de su bebé
Cada bebé tiene un estilo de alimentación particular. Hace algunos años, algunos investigadores en Yale University simpáticamente les pusieron nombre a cinco patrones de alimentación comunes. Fíjese si entre ellos reconoce el comportamiento de su bebé al comer.
- Los barracudas se ponen manos a la obra de inmediato. Tan pronto como se les pone al pecho, agarran la areola y succionan enérgicamente durante diez a veinte minutos. Usualmente se vuelven menos ansiosos a medida que pasa el tiempo.
- Los mamadores entusiastas e ineficaces se vuelven locos cuando ven el pecho. En un ciclo frenético, lo agarran, se les escapa y comienzan a gritar de la frustración. Es necesario tranquilizarles varias veces durante cada toma. La clave para dar de comer a este tipo de bebés es alimentarles tan pronto como se despierten, antes de que estén desesperados de hambre. Además, si la leche tiende a salir a chorros del pecho mientras el bebé lucha, puede ser útil extraerse manualmente algunas gotas primero para reducir la velocidad de los chorros.
- Los demoradores no se molestan en tomar el pecho hasta que aumenta el suministro de leche, lo que comúnmente se denomina “bajada". A estos bebés no se les debe dar biberones de agua o fórmula, ya que alimentarles con biberones puede hacer que sea más difícil lograr que tomen el pecho. Debe continuar colocándolos en el pecho con regularidad, siempre que parezcan estar alerta o que hagan movimientos con la boca.
- Los mamadores reacios a veces se benefician de que les apoyen desnudos sobre el abdomen y el pecho desnudos de la madre reclinada durante algún tiempo. Pueden moverse espontáneamente hacia el pecho o se les puede colocar en el pecho después de un rato. Quizás le resulten útiles los consejos de un especialista en lactancia sobre cómo mejorar la posición y el agarre. Si su bebé se resiste a tomar el pecho durante los primeros días, puede usar una bomba extractora eléctrica entre tomas para estimular la producción de leche. ¡Pero no se dé por vencida! Comuníquese con el consultorio de su pediatra para obtener ayuda o para que le deriven a un especialista en lactancia.
- Los gourmets o los mordisqueadores insisten en jugar con el pezón, probar la leche y hacer chasquidos con los labios antes de empezar a tomar. Si les apresuran o les presionan, se enfurecen y gritan a modo de protesta. La mejor solución es la tolerancia. Después de algunos minutos de jugar, se tranquilizan y toman bien el pecho. Solo asegúrese de que los labios y las encías estén sobre la areola y no solamente sobre el pezón.
- Los descansadores prefieren tomar el pecho durante algunos minutos, descansar algunos minutos y volver a tomar. Algunos se duermen en el pecho, duermen una siesta de aproximadamente media hora y luego se despiertan listos para el postre. Este patrón puede resultar confuso, pero no es posible apresurar a estos bebés. ¿La solución? Es mejor programar más tiempo para las tomas y ser lo más flexible posible.
Recuerde
Conocer los patrones de alimentación de su propio bebé es uno de sus mayores desafíos en las semanas posteriores al parto. Una vez que comprenda sus patrones, le resultará mucho más sencillo determinar cuándo tiene hambre, cuándo ha comido lo suficiente, con qué frecuencia necesita comer y cuánto tiempo necesita para las tomas. Por lo general, es mejor empezar a alimentar al bebé ante los primeros signos de hambre, antes de que llore. Los bebés también tienen posiciones específicas que prefieren.
Hable con su pediatra si tiene alguna pregunta o inquietud sobre la alimentación y las necesidades nutricionales de su bebé.
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