A pesar de que el hábito de agregar cereal al biberón de un bebé es un hábito que existe desde hace mucho tiempo, hay varias razones de peso por las que no debería hacerlo a menos que se lo recomiende su pediatra.
Está listo o no. Se considera que el sistema digestivo de un bebé no está bien preparado para procesar el cereal hasta aproximadamente los 6 meses de edad. Cuando ya es lo suficientemente grande para digerir el cereal, y también debe estar listo para comerlo con cuchara.
Nota: La AAP recomienda la leche materna como única fuente de nutrición para el bebé por cerca de 6 meses. Cuando añada alimentos sólidos a la dieta del bebé, continúe amamantando por lo menos hasta los 12 meses. Usted puede continuar haciéndolo después de los 12 meses si usted y el bebé lo desean. Consulte con su pediatra acerca de los suplementos de hierro y de la vitamina D durante el primer año de vida.
Muy difícil de manejar. Ofrecerles cereal en el biberón (o incluso en una cuchara) antes de que los bebés estén desarrolladamente listos puede aumentar la probabilidad de atragantamientos o de que inhalen la mezcla espesa a los pulmones. A menos que haya una razón médica para dárselo temprano, no vale la pena empezar antes de tiempo.
Activación de alergias. Exponer al bebé a los
alimentos sólidos antes de los 4 meses de edad puede poner en riesgo a los bebés de desarrollar
alergias a los alimentos en el futuro, un riesgo que se puede minimizar simplemente esperando hasta los 4 a 6 meses de edad, cuando es el edad apropiada.
Sobrealimentar. Tal vez la mayor razón para no tomar a la ligera el agregar cereal al biberón se relaciona con la sobrealimentación. Por instinto, su bebé sabe cuánta
leche materna o leche de fórmula beber con base al volumen, no a las calorías. A pesar de que se dice que es difícil sobrealimentar a un bebé, esto aplica cuando hablamos de leche materna y leche de fórmula únicamente. Tan pronto se añade el cereal, las cosas se complican un poco, tan complicadas que de hecho, ponerle cereal al biberón es considerado por algunos como una forma de obligar la alimentación y que pueda hacer que a los bebés se les dé una "sobredosis" de calorías.