Por natural que sea el proceso de lactancia, a veces puede ser desafiante. Cuando los problemas surgen, pueden empeorar muy rápidamente. Incluso pueden interferir con la producción de leche o con la capacidad de su bebé para obtener la nutrición que necesita.
Por eso es vital buscar ayuda de inmediato si tiene dificultades para amamantar en casa.
No dude en pedir orientación
Contacte al pediatra de su bebé y no deje de pedirle orientación personalizada hasta conseguir la ayuda que necesita. Resolver los problemas rápidamente ayuda a garantizar que usted y su bebé puedan seguir disfrutando de los numerosos beneficios de la lactancia materna.
Aquí hay 11 señales de problemas con la lactancia materna:
1. Las sesiones de lactancia de su bebé son muy cortas o extremadamente largas. Las sesiones de lactancia que consistentemente duran menos de 10 minutos durante los primeros meses podrían significar que su bebé no está recibiendo suficiente leche. Otro problema potencial: no se extrae suficiente leche para estimular la producción continua de leche.
Las sesiones que consistentemente duran más de 50 minutos también son motivo de preocupación. Podría significar que su bebé no está comiendo lo suficiente debido a una succión ineficaz o a una baja producción de leche.
2. Su bebé todavía parece tener hambre después de la mayoría de las tomas. Es posible que su bebé no esté ingiriendo suficiente leche. Consulte a su pediatra y haga que lo pesen de inmediato. Mientras tanto, vuelva a verificar el agarre y posición en el pecho para intentar aumentar la cantidad de leche que está recibiendo.
3. Su recién nacido frecuentemente se saltea las sesiones de lactancia o duerme toda la noche. La alimentación frecuente y las 24 horas del día es una parte necesaria de la lactancia de un bebé recién nacido. Su bebé necesita alimentarse cada pocas horas para ganar suficiente peso y prosperar. Si su recién nacido duerme más de 4 horas por noche, despiértelo y anímelo a amamantar.
4. No escucha tragar con frecuencia cuando su bebé amamanta una vez que ha llegado el suministro de leche. Es probable que su bebé trague ocasionalmente cuando comience a amamantar, luego trague con más frecuencia a medida que continúa una sesión y con menos frecuencia nuevamente cerca del final. Tragar es una excelente señal de que, en realidad, está ingiriendo leche. Si parece que no traga, llame a su pediatra de inmediato. (Sin embargo, tenga en cuenta que es posible que no pueda oír a su bebé tragar cuando toma pequeños sorbos de calostro en los primeros días).
5. A las dos semanas de edad, su bebé está por debajo de su peso al nacer o no ha comenzado a ganar al menos de 5 a 7 onzas (140 a 200 gramos) por semana desde que le llegó la leche. El aumento de peso inadecuado es una de las señales más fuertes de que un bebé no está obteniendo suficiente leche.
6. Después de 7 días, su bebé moja menos de 6 pañales y hace 4 deposiciones por día, su orina es de color amarillo oscuro o está manchada de rojo, o el color de sus heces sigue siendo oscuro en lugar de amarillo y suelto. Si usted o su pediatra están preocupados por la ingesta de leche de su hijo, es posible que desee mantener un registro escrito de los pañales mojados y las deposiciones de su bebé durante los primeros días. Esto puede ayudar a asegurarse de que estén progresando adecuadamente. La mayoría de los hospitales y especialistas en lactancia pueden proporcionarle un diario especial para registrar las tomas y los cambios de pañales de su recién nacido.
7. Después de 5 días, su leche no ha bajado o sus senos no se sienten como si se estuvieran llenando de leche. Si se siente así, haga que su pediatra pese a su bebé inmediatamente. Esta es la forma más precisa de saber si están ingiriendo suficiente leche. Es posible que también desee que le examinen los senos.
8. Experimenta una congestión mamaria grave. Los senos duros y dolorosos pueden impedir que su bebé se prenda correctamente y disuadirlos a ambos de amamantar. Es posible que necesite extraer leche manualmente o con un extractor de leche eléctrico hasta que sus senos se hayan ablandado un poco. La congestión severa y no aliviada puede disminuir el suministro de leche.
9. La plenitud y dureza de sus senos no disminuyen al final de la alimentación. Es posible que su bebé no esté bebiendo suficiente leche o que esté succionando de manera ineficaz.
10. El dolor intenso interfiere con la lactancia. Probablemente su bebé no se esté prendiendo correctamente. Si tiene un dolor intenso en el pezón o un agrietamiento significativo de los pezones que hace que le resulte demasiado doloroso amamantar, consulte a su médico o especialista en lactancia. Pueden detectar una infección en el pezón o en los senos, como mastitis, y ayudarla con cualquier problema para prenderse. Es posible que deba comenzar a amamantar en el lado menos dolorido o incluso usar un extractor de leche eléctrico hasta que sus pezones hayan sanado. Su especialista en lactancia o un voluntario de La Liga La Leche puede mostrarle cómo hacerlo.
11. Después de una o dos semanas, no nota las sensaciones asociadas con el reflejo de bajada de la leche. Aunque esto puede no indicar ningún problema, podría significar que su producción de leche es baja. Pídale al pediatra de su bebé que evalúe a su bebé y observe su técnica de lactancia. Su voluntario local de La Liga La Leche o su especialista en lactancia también pueden ayudar a evaluar la situación.
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