Con tantos mensajes contradictorios sobre las vacunas y su seguridad, es fácil sentirnos confundidos al tratar de separar la información correcta de la información falsa.

Gran parte del contenido en las redes sociales que nos alienta a no confiar en las vacunas viene de un número pequeño de cuentas. La desinformación se amplifica rápidamente porque presenta una reacción fuerte, como miedo, enojo o pánico, que nos hace reaccionar. Los algoritmos de las redes sociales se alimentan de estas reacciones y ayudan a que la desinformación se propague en línea. Al mismo tiempo, parte de este contenido parece y suena legítimo, utilizando palabras técnicas o datos y gráficos difíciles de leer. Esta es una táctica de manipulación llamada ciencia encubierta (en inglés).

Si ve algo en línea que parece alarmante, recuerde mantener la calma y buscar recursos de confianza. Sospeche cuando no reconozca el origen de los contenidos.

Siempre puede verificar la información en HealthyChildren.org, AAP.org, los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), y verificadores de datos como PolitiFact o FactCheck.org.

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Seguridad y Prevención

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