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Edades y Etapas

Por qué hablar sobre el consumo del alcohol a una edad temprana

La mayoría de los padres no se dan cuenta de cuánto beben sus hijos: en una investigación se ha demostrado que solamente un 10 % de los padres cree que sus hijos adolescentes consumen alcohol; sin embargo, el 52 % de los adolescentes admiten que consumen alcohol. Lo notable es que los padres sí creen que los hijos de otras personas beben: en el mismo estudio, se observó que los padres consideran que el 60 % de los niños de 10.º grado beben alcohol. 

Como padres, debemos recordar la cruda realidad, que es que nuestros hijos no son inmunes a los vicios de este mundo, y el alcohol es un frecuente culpable.

De acuerdo con la American Academy of Pediatrics (AAP), el alcohol es la sustancia de la que más abusan los adolescentes y su uso ocasiona la mayoría de las lesiones y muertes por accidentes, los homicidios y los suicidios entre los adolescentes. 

El 80 % de los adolescentes dice que sus padres son quienes más influyen en su decisión de beber  

Usted es la mayor influencia para proteger a sus hijos del consumo de alcohol. Aunque crea que a sus hijos no les importa lo que tiene para decirles... en realidad, les importa. La mejor solución para evitar el consumo de alcohol en menores es hablar con nuestros hijos y hablar lo antes posible.

Hable sobre el tema de forma natural y sin amenazas. Cuénteles experiencias de su propia vida o si ha visto a personas afectadas por el alcohol. Sea claro sobre lo que espera de ellos con respecto al consumo del alcohol. Lo más importante es ser honesto, se lo agradecerán.

Entonces, ¿qué tiene de malo beber un trago de vez en cuando, especialmente si los adolescentes beben con responsabilidad? Esto es lo que arrojan los datos

  • Entre más joven se empieza a beber, más probabilidades hay de tener problemas con la bebida como adulto: los adultos de 21 años o más que comenzaron a consumir alcohol antes de los 15 años tuvieron casi 6 veces más probabilidades de padecer dependencia al alcohol o alcoholismo que los adultos que empezaron a beber después de los 21 años (15,1 % versus 2,6 %), de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés) del 2008 realizada por la Administración de Servicios sobre el Abuso de Sustancias y la Salud Mental (SAMHSA, por sus siglas en inglés).

  • Beber no es bueno para sus calificaciones: alrededor del 25 % de los estudiantes universitarios reportan consecuencias académicas negativas debidas al consumo de alcohol, que incluyen faltar a clases, quedarse rezagados, bajos resultados en los exámenes o pruebas y bajas calificaciones en general, de acuerdo con un estudio del 2002 realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard, Wechsler y otros.

  • Con frecuencia ocurren violaciones y se practica el sexo sin protección después de consumir bebidas alcohólicas: en un extenso estudio realizado entre 1998 y 2005, 97.000 estudiantes de entre 18 y 24 años fueron víctimas de ataque sexual o violación que ocurrieron durante una cita debido al alcohol. Unos 400.000 estudiantes tuvieron relaciones sexuales sin protección y más de 100.000 estudiantes informaron haber estado demasiado alcoholizados como para saber si accedieron voluntariamente a tener relaciones sexuales (Hingson y otros, 2009).

  • Acaban en la sala de emergencias: en el mismo estudio, 599.000 estudiantes de entre 18 y 24 años sufrieron lesiones involuntarias bajo la influencia del alcohol (Hingson y otros, 2009).

  • Pueden morir: 1.825 estudiantes universitarios de entre 18 y 24 años murieron a causa de lesiones involuntarias relacionadas con el consumo de alcohol, incluso en accidentes automovilísticos (Hingson y otros, 2009).

Recuerde

Si tiene alguna pregunta sobre la salud de su niño, consulte con su pediatra.

   

​Información adicional:

 

Última actualización
6/8/2020
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright © 2015)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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