Los hermanos suelen ser los primeros compañeros de juego de un niño. Sin embargo, como cualquier padre sabe, eso no significa que siempre jueguen juntos de manera pacífica. Los niños tienen dificultades para ver las cosas desde
el punto de vista de los demás y asumen de manera natural que el mundo gira a su alrededor. Algunos niños, como por ejemplo aquellos con
TDAH o
autismo, necesitan ayuda para reflexionar sobre lo que piensan los demás, o sobre de qué manera coordinar sus comportamientos con los de los demás.
Aquí se incluyen algunas ideas para intentar que los niños piensen de manera colaborativa cuando
juegan.
Anímeles a ser compañeros
Cuando salgan corriendo al aire libre o comiencen a pelearse en el pasillo, deles una pista de cómo podrían jugar en equipo. Piense en personajes que les gusten. Por ejemplo: "¡Oye, tú serás Harry y tú serás Hermione! Imaginen que se dirigen al Bosque Prohibido". O bien, sugiera que un hermano sea el maestro y otro el alumno. Un niño puede ser el que hace las compras y el otro el cajero. Asegúrese de que cambien los roles después de un rato.
Consiga un juego de mesa que implique que trabajen juntos
Busque juegos que fomenten la colaboración para resolver el problema. Los juegos de construcción, los juegos de estrategia y las sopas de letras o los juegos de imágenes ocultas son fantásticos para que los practiquen juntos.
Cree un dibujo absurdo por turnos
Pídale a un niño que dibuje algo ("un día se despertó un caimán..."), y al otro niño que lo adorne con algo absurdo ("...y se puso unos patines...") y así sucesivamente. Cuente una historia por partes y vea hasta dónde llega y lo ridícula que puede llegar a ser.
Use un temporizador para fijar los turnos
Si los niños se pelean por un juguete, intente que usen un temporizador para turnarse. Permítales decidir si serán 5 minutos, 10 o más. Haga que se encarguen de entregar el juguete al otro hermano cuando terminen y ¡elógielos cuando lo hagan!
Organice un juego de niños contra adultos
Puede ser un juego de mesa, de fútbol, de persecución o una búsqueda del tesoro. Y quizás puede considerar la posibilidad de permitir que los niños ganen algunas veces.
Si sus hijos dan por terminada una pelea, hable con ellos sobre cómo quieren separarse
cuando las cosas se tornan difíciles. ¿En qué rincones de su casa van a descansar los unos de los otros? ¿O quieren que los padres se mantengan al margen y prometen que harán lo posible por resolver el problema juntos?
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