El informe clínico describe afecciones concurrentes comunes tales como la ansiedad, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, así como creciente evidencia que justifica las intervenciones tempranas.
La American Academy of Pediatrics (AAP) ha actualizado por primera vez en 12 años sus recomendaciones médicas sobre el trastorno del espectro autista, examinando la investigación más reciente sobre este trastorno neurológico del desarrollo que se estima afecta a 1 de cada 59 niños.
"Identificación, evaluación y control de niños con el trastorno del espectro autista", es el título del informe clínico (en inglés) publicado en el número de enero del 2020 de Pediatrics, que enfatiza la importancia de la detección temprana del autismo, cuyo diagnostico puede ser confirmado desde los 18 meses de edad. El informe, junto con el resumen ejecutivo, refleja cambios considerables en este campo desde la publicación de las recomendaciones en el 2007.
En este tiempo, la investigación que examina las posibles causas del trastorno del espectro autista ha progresado rápidamente, así como el entendimiento de la interacción entre la constitución genética y el medio ambiente.
Los médicos tienen ahora un mejor entendimiento sobre las afecciones y problemas del comportamiento que con frecuencia se presentan al mismo tiempo que el autismo, y el cuerpo de investigación que apoya las intervenciones basadas en la evidencia ha crecido considerablemente. La actualización del informe clínico refleja esta nueva evidencia y ofrece recomendaciones a los médicos para identificar y controlar el trastorno, y para tratar afecciones concurrentes que se presentan con frecuencia.
Ya que la detección temprana es tan importante, la AAP continúa recomendando la vigilancia del desarrollo y la conducta de los niños en cada visita de control del niño sano, evaluaciones del desarrollo a los 9, 18 y 30 meses, así como exámenes específicos para detectar el trastorno del espectro autista a los 18 y a los 24 meses.
"Sabemos que entre más temprano se empiecen las terapias para los niños que muestran síntomas de retrasos del desarrollo, hay mayor posibilidad de obtener mejores resultados", dijo Susan L. Hyman, MD, FAAP, autor principal del informe del Consejo de Niños con Discapacidades de la AAP y la Sección Sobre el Desarrollo y el Comportamiento Pediátrico de la AAP.
"No hay razón para esperar por un diagnóstico del autismo para empezar algunos de los servicios, tales como terapias del habla y del comportamiento", dijo el doctor Hymann, un pediatra del desarrollo y comportamiento de la Universidad de Rochestester y el Hospital Infantil Golisano. "las intervenciones funcionan mejor cuando se empiezan temprano, cuando se hacen de manera intensa y cuando participa la familia".
Más de 5 millones de estadounidenses se ven afectados por el trastorno del espectro autista, y su predominio ha aumentado a 1 de cada 59 niños, un aumento de la cifra de 1 de cada 155 niños establecido en el 2007. El trastorno se caracteriza por deficiencias en las comunicaciones y las interacciones sociales y por patrones de comportamiento repetitivo.
Muchos individuos con autismo sufren de afecciones concurrentes que pueden y deben ser tratadas, de acuerdo con la AAP. Tales como, discapacidad intelectual, trastornos del lenguaje, trastorno por déficit de atención e hiperactividad y ansiedad, así como trastornos del sueño, alimentarios, síntomas gastrointestinales y crisis convulsivas. El informe de AAP indica que 40 % de los individuos con trastorno del espectro autista sufren de una discapacidad intelectual. Y hasta de un 40 % a un 60 % de niños en edad escolar y adultos con autismo reportan sufrir de trastornos de ansiedad.
La AAP apoya las intervenciones conductuales para el desarrollo de aptitudes, basadas en la investigación más reciente, y señala que terapias combinadas y enfoques para su tratamiento que incluyen a los padres se usan cada vez más y están disponibles en las comunidades.
"Las familias desempeñan un papel muy importante en el tratamiento, promoción y defensa de los derechos de un niño con el trastorno del espectro autista", dijo Susan E. Levy, MD, MPH, FAAP, coautora del informe, pediatra del desarrollo de la conducta en el Hospital Infantil de Filadelfia y profesora de Pediatría en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvana.
"Los niños también necesitan el apoyo de un equipo de profesionales, de médicos, educadores y terapeutas que trabajen junto para ellos".
La AAP recomienda que los pediatras:
Conduzcan exámenes para supervisar el desarrollo y la conducta durante las visitas de control de los niños, así como evaluaciones del desarrollo durante las visitas de los 9, 18 y 20 meses y formatos de detección normalizados para el trastorno del espectro autista a los 18 y 24 meses de edad.
Ayuden a garantizar que los niños con el trastorno del espectro autista reciban servicios basados en evidencia y para atender necesidades sociales, académicas y de comportamiento en el hogar y la escuela, con acceso a servicios de salud mental pediátrica, servicios temporales de ayuda para el cuidado infantil y actividades de esparcimiento.
Tomen parte junto con las familias y los jóvenes para crear un plan para hacer la transición al sistema de atención médica y de comportamiento para adultos.
Informen a los pacientes y las familias sobre intervenciones basadas en evidencia, refieran a las familias para su posible participación en estudios clínicos y refieran a las familias a organizaciones que ofrecen apoyo.
Aunque ahora tenemos más conocimiento sobre el trastorno del espectro autista gracias a los estudios de investigación, la AAP admite que todavía hay mucho trabajo por hacer.
"Es necesario que las terapias sean más equitativas y asequibles a todas las familias, desde el diagnóstico hasta el inicio de la vida laboral (empleo) y la vida adulta", dijo la Dra. Hyman. "Todos los niños merecen tener opciones y esperanza de tener vidas productivas y satisfactorias".
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