Los pediatras deben aprovechar cada oportunidad que tengan, durante las consultas, para ayudar a los varones a transitar cuestiones sensibles.
A medida que los varones entran en la adolescencia, es menos probable que acudan a su médico para controles de salud de rutina; no obstante, esta es la época en la que necesitan la guía de un experto sobre pubertad, conducta sexual, anticoncepción y enfermedades de transmisión sexual.
Por tal motivo, la American Academy of Pediatrics insta a los médicos a abordar los temas de pubertad y sexualidad con sus pacientes adolescentes no solo durante las visitas de rutina para control de la salud sino también cuando los atiendan por enfermedades o lesiones.
En un informe clínico titulado,
“Cuestiones emergentes en la atención médica de la salud sexual y reproductiva de los varones adolescentes" (en inglés), la AAP actualiza la información sobre conducta sexual, cuestiones emergentes sobre la confidencialidad médica, discusión sobre el consentimiento para actos sexuales entre adolescentes, orientación de los varones respecto a su rol en la toma de decisiones sobre anticoncepción, enfermedades de transmisión sexual (ETS), consentimiento, uso de los medios, vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y la disfunción sexual.
El informe clínico, que es una revisión de las pautas de 2011, se publicará en la edición de mayo de 2020 de
Pediatrics.
“Sabemos que es más fácil forjar relaciones a lo largo del tiempo en vez de hacerlo en una o dos citas médicas de rutina", dijo Laura K. Grubb, MD, MPH, FAAP, directora de Medicina Adolescente en el Floating Hospital for Children del Tufts Medical Center y autora principal del informe redactado por el Comité sobre Adolescencia.
“Este informe se basa en las formas en que los médicos pueden abordar temas delicados,
generar una relación de confianza y ofrecer a los jóvenes un lugar seguro donde plantear sus preguntas".
Los pediatras están en una posición ideal para ofrecer servicios de atención de salud sexual y reproductiva de alta calidad durante las varias visitas médicas de varones adolescentes, inclusive aquellos con discapacidades del desarrollo o físicas, afirma el informe.
Según el Sistema de vigilancia de conductas de riesgo entre jóvenes de 2017, el 41 % de los varones adolescentes reportaban haber tenido relaciones sexuales con una persona del sexo opuesto para cuando estaban en 12.o grado. Entre los estudiantes de escuela secundaria, el 22 % manifestó
haber consumido alcohol o drogas antes de la última vez que tuvieron relaciones sexuales, el 12 % dijo haber tenido 4 o más parejas en su vida, el 39 % no usó preservativo en su última relación sexual y el 5 % dijo haber iniciado la vida sexual activa a los 13 años o antes.
“Los adolescentes podrían tener preguntas sobre la orientación sexual, la identidad sexual o la
identidad de género", dijo Makia Powers, MD, MPH, MSc, FAAP, coautora del informe clínico y pediatra en Children's Healthcare of Atlanta. “Es importante que tengan estas conversaciones en un entorno confidencial, donde no se les juzgue".
La AAP recomienda a los pediatras:
Hablar del sexo y sexualidad con los adolescentes durante las visitas de rutina e investigar sobre la actividad sexual, incluyendo la de alto riesgo, según corresponda.
Investigar el uso de redes sociales de los adolescentes, en especial lo relacionado con el material
sexualmente explícito.
Investigar y hablar sobre los principios del consentimiento sexual y el no consentimiento.
Orientarlos sobre cómo hablar con sus parejas sobre sexo y planificación familiar. Fomentar el uso de anticonceptivos, tanto hormonales como de barrera, según corresponda.
Ofrecer evaluaciones de
riesgo de ETS de rutina y sus correspondientes pruebas y tratamientos.
Tener como objetivo lograr la
vacunación contra el VPH completa de todos los varones. Tener en cuenta comenzar con la vacunación a los 9 años y ofrecer la vacunación de rutina a todos los varones a los 11 años. Hacer énfasis en la importancia de la vacunación contra el VPH a quienes se involucran en conductas de alto riesgo.
Evaluar la presencia de problemas sexuales en todos los varones sexualmente activos, en visitas de rutina y según sea necesario. Tener en cuenta las herramientas estandarizadas de evaluación para la disfunción sexual. Investigar más detalladamente para detectar problemas de salud física o mental. Hacer un seguimiento de los que presenten problemas y considerar la posibilidad de terapias tales como orientación o farmacoterapia según corresponda.
“Hoy en día, los adolescentes están bombardeados con información e ideas a través de las redes sociales", dijo la Dra. Grubb. “Esperamos poder comenzar estas conversaciones en forma temprana para ayudarlos a fomentar hábitos saludables que les representen beneficios para toda la vida".
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